Buenos Aires — Javier Milei volvió a ponderar al capitalismo y a defender su gestión en un foro internacional. Poco más de cien días después de su participación en Davos, el jefe de Estado argentino ratificó sus elogios hacia el sistema capitalista y las ideas de la libertad, en detrimento del “fracaso de las ideas colectivistas” que, a su juicio, habrían alejado a Occidente del camino de la prosperidad.
Al participar de un foro global organizado por el Instituto Milken en Los Ángeles, Estados Unidos, Milei destacó “la superioridad del capitalismo”, elogió a empresarios –a quienes llamó “los verdaderos héroes” del progreso – y celebró el “giro argentino al liberalismo”. En esa línea, consideró que Argentina “está preparada para ser la nueva meca de Occidente”.
Qué dijo Milei en el Estados Unidos
Milei inició su exposición celebrando al Instituto Milken, al que señaló como una de las pocas organizaciones de inserción internacional que durante décadas se mantuvo firme defendiendo “los verdaderos principios del capitalismo y las ideas de la libertad, algo lamentablemente escaso en el mundo de hoy”.
Acto seguido, recordó que hace tan solo unos meses, transmitió en el Foro de Davos su “profunda preocupación por el camino que Occidente ha tomado” en los últimos años. “Lo que dije en aquella presentación, que aparentemente fue muy comentada, es que Occidente está en peligro”, dijo. Y explicó: “Está en peligro porque sus líderes hace tiempo se alejaron de las ideas de la libertad, ideas que hicieron de Occidente la hazaña civilizatoria más importante de la historia humana”.
Pero ahora, comentó, esos mismos líderes “en vez de defender las ideas que generaron la prosperidad de la que todos aquí gozan, escuchan cantos de sirena que conducen inexorablemente al socialismo y en consecuencia a la pobreza”.
Para Milei, la Argentina es un fiel reflejo de este camino. “Los argentinos somos profetas de un futuro apocalíptico que ya hemos vivido. Todas estas discusiones de hoy, basadas en supuestos deseos bienpensantes de querer ayudar al prójimo, basadas en una idea errónea acerca de la naturaleza y la función del Estado, sostenidas por teorías económicas que han sido largamente refutadas por los datos y la empiria, nosotros los argentinos las vivimos hace cien años y lamentablemente fueron escuchadas”, marcó.
“Lo sé a ciencia cierta, porque vengo de Argentina, donde todo esto, tristemente, ya ocurrió a lo largo de los últimos cien años”, añadió.
En esa línea, el presidente lamentó que “la Argentina debe ser tal vez el caso más paradigmático en la historia del mundo occidental del fracaso de las ideas colectivistas”. Pese a ello, consideró que el país “no es la excepción sino la regla”.
Por todo ello, Milei celebró “el giro argentino al liberalismo” y todos los cambios que el país está emprendiendo: “Veo que estamos a contramano del mundo. Porque mientras en el resto del mundo las ideas de la libertad están bajo asedio, en la Argentina se erige una fe renovada en ellas”.
Para el presidente argentino, mientras Occidente gira hacia el control y hacia la imposición, el país gira hacia la confianza en sus ciudadanos en el ejercicio de su libertad. En esa línea, sumó que “mientras Occidente gira hacia el déficit, la burocracia y el estado entrometedor, Argentina gira hacia la austeridad, hacia el ahorro y retira al estado de la actividad económica”.
Siguiendo esa misma línea argumental, Milei sostuvo: “Mientras Occidente gira hacia el chamanismo económico y hacia formatos insostenibles de heterodoxia que ponen en peligro el futuro de todos, la Argentina vuelve al sendero de la razón. Y lo hace con amplio apoyo en todos los estratos de la sociedad”.
Por todo ello, sostuvo que la Argentina está preparada para el enorme desafío de “ser la nueva meca de Occidente”. Y añadió: “Estoy convencido, sin la más mínima duda, que Argentina tiene todas las condiciones”.
Al respecto, destacó que después de décadas de recesión, “el consenso pro-capitalista es transversal a la sociedad”. Por eso, consideró, es que su Gobierno está pudiendo “hacer el ajuste del Estado más rápido y más grande de la historia de la humanidad, sin perder un solo apoyo en el camino”. Esto, explicó, fue posible porque “la sociedad entendió que vale la pena hacer el esfuerzo que requiere dar un cambio de rumbo”.
“El modelo del Estado grande es una cárcel, y la sociedad argentina lo entendió”, analizó. Gracias a ello, dijo, es que la fuerza política que encabeza, en minoría y en un contexto “de penuria económica total”, pudo impulsar los proyectos de reforma del Estado, tributaria, fiscal y regulatoria a los que calificó como los “más importantes de los últimos 150 años”.
“La sociedad argentina exige un cambio de rumbo profundo y urgente para volver a abrazar las ideas de la libertad. Estamos cumpliendo”, expresó.
