Buenos Aires — Los bancos argentinos empezaron a cumplirle el deseo de Luis Caputo. De la mano de la desaceleración de la inflación y la incipiente recuperación del crédito privado, las entidades desarmaron buena parte de su exposición a las flamantes Letras Fiscales de Liquidez (LeFi), cuyo stock se redujo 30% dos semanas después de su estreno. De esta manera, el pedido del ministro de Economía de ‘que los bancos vuelvan a trabajar de bancos’ empieza a materializarse, aunque en ese largo camino se estén dando recién los primeros pasos.
Al 6 de agosto, último dato oficial disponible, las entidades tenían en su poder LeFi por ARS$8,1 billones. Un 24% menos que los ARS$10,8 billones que captó la Letra emitida por el Tesoro para reemplazar a los pases pasivos el día de su debut, el 22 de julio. El monto es también un 31% menor a los ARS$11,9 billones colocados el jueves 25 de ese mes, fecha que en la que el stock de LeFi alcanzó su nivel más alto desde que el Banco Central (BCRA) comenzó a ofrecerlas. La caída llegó a ser mayor: al 5 de agosto tocaron niveles de ARS$7,7 billones, pero treparon más de ARS$487.000 millones del lunes al martes.
El desarme de LeFi es positivo en la medida en que la menor demanda obedezca a que los bancos prioricen esa liquidez para otorgar créditos al sector privado, que según reveló Caputo a fines de abril llegó a mínimos del 4% del PBI, el nivel más bajo de la región y solo por encima de Haití. Esa menor demanda, si se canaliza a créditos privados, implica también un alivio para las arcas públicas.
Sin embargo, la incipiente reactivación del crédito privado no es el único factor que explica el desarme. Según coinciden analistas, la baja del stock de LeFi también es consecuente con un aumento de los encajes.
Desarme de LeFi: los motivos
Un informe de la consultora Outlier se refirió al desarme de LeFi por ARS$4,2 billones observado entre el 25 de julio y el 5 de agosto. Si bien desde la firma señalan que esperaban que el desarme de LeFi de cierre de julio se revirtiera durante los primeros días de agosto, mostrando el movimiento habitual de la liquidez bancaría que antes mostraban los pases, marcan que eso no ocurrió.
“Además, el incremento de los encajes en pesos que se dió a la par de desarme de LeFi fue por un monto menor. Es decir, parte del desarme terminó en circulante. Con lo cual, interpretamos que el sistema financiero está demandando mayor liquidez, post canje de puts y dados estos niveles de tasas, en un contexto dónde el crédito en pesos al sector privado se sigue recuperando fuerte”, expresaron.
“En el caso del stock de crédito en pesos al sector privado, julio fue la tercera alza real consecutiva para el stock y fue por lejos la de mayor magnitud”, agregaron al respecto.
Según datos del Banco Central, los créditos al sector privado crecieron en julio un 12,7% mensual desestacionalizado (a precios constantes). De esta manera, acumulan cuatro meses consecutivos de crecimiento y dos meses seguidos creciendo a tasas mensuales de dos dígitos.
Dentro del equipo económico celebraron esta dinámica. “Con equilibrio financiero, el Estado deja de absorber recursos que ahora pueden canalizarse a familias y empresas”, escribió el asesor del ministro Caputo Martín Vauthier en redes sociales.
Para Salvador Vitelli, economista jefe de Romano Group, parte del desarme de LeFi se fue a la licitación del Tesoro del 26 de julio, pero el resto se repartió entre crédito privado y encajes.
“Parece que es un mix. Es decir, mayor crédito al sector privado, por lo que desarman LeFis para para dar créditos allí, y al mismo tiempo encajes también por cautela teniendo en cuenta la dinámica del contexto externo”, señaló. Entre el 22 de julio y el 5 de agosto, detalló el economista, los encajes subieron ARS$1,95 billones.
Ese aumento de los encajes explicó también por qué en los últimos días la base monetaria experimentó un incremento considerable. “En términos netos, gran parte de dicho aumento proviene de desarme de LEFI que se transforman en encajes”, señaló Romano Group.
“En un contexto en el que los créditos privados crecieron bastante fuerte en julio, eso es positivo para el Tesoro. Sería de cierta manera un círculo virtuoso, por eso la base monetaria puede crecer por (el desarme de) las LeFi y también por los depósitos que tenga el Tesoro en la medida que ese superávit fiscal vaya dándose en un contexto de normalización del crédito. Hay que tener en cuenta que gran parte del dinero que tiene el Tesoro en depósito es deuda. Entonces si los bancos comienzan también a prestarla, el Tesoro irá cancelando eso y no necesariamente teniendo que renovar, entonces todo eso se vuelca también a dinero transable y a la economía”, explicó Vitelli.
Crédito privado, un largo camino por recorrer
Un informe de Quantum Finanzas publicado el mes pasado abordó la incipiente recuperación que se está observando en los créditos al sector privado. Titulado ‘El despertar del crédito bancario al sector privado’, el trabajo recordó que “durante los últimos años el rol de intermediación de los bancos fue disminuyendo” producto del marco regulatorio y que “las políticas monetaria y fiscal propiciaron un esquema de negocio que favorecía la canalización de recursos al sector público”.
Pese a ello, marcaron que “esta orientación se alteró en los últimos meses”. Y agregaron: “Se nota una mayor actividad de los bancos como prestamistas al sector privado en distintas facetas, ya sea medidas por moneda como por receptores de los fondos”.
Aun así, los analistas de la firma expresaron que “la exposición de los bancos según riesgos crediticios entre el sector público (considerando tanto el Tesoro como el BCRA) y el privado todavía marca un notable nivel de asignación hacia el primero, que alcanza una participación del 68% del total”.
Al cierre de 2023, Quantum Finanzas había calculado que la exposición de los bancos al sector público se había disparado al 78%, mientras que solo un 22% del crédito total estaba destinado a privados.
Aun así, el crédito privado en Argentina tiene un largo camino por delante. “También continúa siendo bajo el porcentaje de préstamos al sector privado con relación al PBI, hoy en niveles del 6%, en comparación con otros países de la región (Brasil 72%, Chile 83% y Uruguay 26%)”, detalló la consultora en el citado informe enviado a clientes el mes pasado.