Buenos Aires — Desde 1931 hasta la fecha, las restricciones cambiarias han sido la norma en Argentina, salvo en muy pocos períodos. Y uno de estos lapsos de dólar libre fue protagonista a Domingo Felipe Cavallo y otro a Federico Sturzenegger. Cavallo fue ministro de Economía (primero entre marzo de 1991 y julio de 1996 y luego desde marzo de 2001 a diciembre de 2001), y Federico Sturzenegger fue como del Banco Central de la República Argentina (BCRA) desde diciembre de 2015 hasta junio de 2018.
Ambos están claramente en contra del cepo, aunque en los últimos días ha manifestados opiniones divergentes respecto de la velocidad con la que se puede salir del mismo. Mientras que Cavallo afirmó que de no darse ciertas condiciones al abrir el cepo puede generar un estallido, Sturzenegger pidió una liberalización urgente de la divisa ni bien cambie el gobierno.
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“Explosión inflacionaria”
En su blog personal, Cavallo afirmó que si el Banco Central “insiste” en aplicar el cepo cambiario a todo tipo de transacciones e impide que funcione al menos un mercado libre y legal para la entrada de capitales financieros, como viene ocurriendo desde su imposición a fines de 2019, “la inercia inflacionaria se agrava porque la acelerada pérdida de reservas lleva a predecir que el ritmo de ajuste del tipo de cambio comercial va a tener que ser incluso superior a la inflación retrospectiva”.
Sin embargo, fue cauteloso respecto de la velocidad con la que se puede salir, al señalar: “Puede parecer paradojal, pero si para evitar la inercia inflacionaria que crea el cepo cambiario, el nuevo gobierno decide eliminarlo de inmediato para todo tipo de transacciones, sin que haya habido tiempo para implementar un ajuste fiscal y la economía haya digerido toda la excesiva emisión monetaria anterior, el resultado puede ser una explosión hiperinflacionaria, costosísima desde el punto de vista social y demoledora desde el punto de vista político”.
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La advertencia de Sturzenegger sobre el cepo cambiario
Sturzenegger escribió una columna en Diario Perfil titulada “Si el próximo gobierno no arranca abriendo el cepo es probable que fracase”.
Según expresa en este texto, el cepo actúa como un impuesto a las exportaciones y un subsidio a las importaciones. Y añadió: “Podría describirse como una sustitución de importaciones a la inversa, es decir, un programa de estímulo a las importaciones”. Además, aclaró que mientras rija el cepo, “no habrá inversiones de fuste en Argentina”.
El expresidente del BCRA se mostró algo más ansioso que su colega en el levantamiento de las restricciones cambiarias y lo manifestó diciendo: “Muchos de mis colegas (...) dicen que el cepo no se puede levantar. Se argumenta que la demanda de dinero está inflada y que abrir el cepo produciría un salto en el tipo de cambio y la inflación. Personalmente, descreo de este argumento”.
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¿Qué contrapone Sturzenegger a esta mirada? Así lo sintetizó él mismo de puño y letra: “Hoy en día, los argentinos si no quieren pesos hace rato lo han convertido a dólares, bienes reales o lo que fuere. La demanda de dinero actual es un 20% inferior a la que había cuando abrí el cepo en diciembre de 2015. Puede haber algún efecto, pero no puede ser significativo. También se dice que el problema radica en los flujos de dividendos y las importaciones pasadas. Lo mismo se decía cuando levanté el cepo en 2015. Pero la realidad resultó ser la contraria”.
Teniendo en cuenta estos argumentos, Sturzenegger aseguró en su columna que “es fundamental eliminar el cepo lo antes posible”. Y justificó: “El país no tiene futuro con el cepo cambiario y ningún plan de estabilización podrá prosperar mientras persista”.
