Buenos Aires — El Gobierno argentino mantiene, por estos días, dos negociaciones en simultáneo que se desarrollan a más de 18.000 kilómetros una de otra pero que están íntimamente relacionadas y serán clave para la salida del cepo cambiario. Con parte del equipo económico en China para renegociar el vencimiento de un tramo del swap, representantes del FMI llegaron al país para la octava revisión de un acuerdo que más temprano que tarde deberá renegociarse.
Las dos negociaciones guardan estrecha relación entre sí. Y las dos tienen también el mismo propósito: fortalecer el nivel de reservas del Banco Central para eliminar los controles cambiarios. Pero la diferencia radica en las llaves necesarias para destrabarlas.
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FMI: metas cumplidas, pagos y desembolsos
La visita de los equipos técnicos del FMI al país para la octava revisión del acuerdo fue confirmada a este medio por un portavoz del organismo internacional.
Si bien no brindó mayores precisiones respecto de las reuniones que mantendrá la comitiva, subrayó que el objetivo del Fondo sigue siendo apoyar los esfuerzos en curso de las autoridades para restablecer la estabilidad macroeconómica, apoyar a las familias trabajadoras y para sentar las bases de un crecimiento más sólido y sostenible.
Desde el Ministerio de Economía tampoco brindaron mayores precisiones respecto de los encuentros. Apenas dijeron que se tratarán de reuniones técnicas por la octava revisión del acuerdo, que se mantendrán a lo largo de toda la semana.
¿Qué les mostrarán los representantes del Gobierno a los emisarios del Fondo en esas reuniones? Que se cumplieron las metas del primer trimestre, tal como anticipó diez días atrás Rodrigo Valdés, director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Al brindar una conferencia de prensa en el marco de las reuniones de primavera del FMI y el Banco Mundial en Washington, el funcionario había indicado que la Argentina está cumpliendo los acuerdos con el organismo con “márgenes importantes” y reveló que las conversaciones entre el Gobierno y el Fondo están enfocadas en mejorar la “calidad y durabilidad” del ajuste fiscal, y en cómo adaptar la política monetaria para reforzar la caída de la inflación y la acumulación de reservas.
La presunción de que el Gobierno argentino cumplió las metas trimestrales acordadas con el FMI también fue alimentada por el propio Gobierno. Cuando la semana pasada, en cadena nacional, el presidente Javier Milei anunció que su gobierno cerró el primer trimestre del año con superávit financiero del 0,2%, tácitamente anticipaba que se logró cumplir con la meta fiscal.
Eso fue luego ratificado por el Ministerio de Economía al informar un superávit primario de 0,6% del PBI, “sobrecumpliendo incluso la meta fiscal acordada con el FMI en el Acuerdo de Facilidades Extendidas para el primer trimestre”. El superávit primario, de AR$3,8 billones, quedó muy por encima del target de AR$962.400 millones acordado con el Fondo.
La meta de acumulación de reservas también se cumplió con creces. El acuerdo con el FMI estipulaba que las reservas internacionales netas (RIN) al cierre del primer trimestre fueran unos US$6.000 millones por encima de los niveles que se observaban al momento del cambio de gestión.
Entre el 11 de diciembre y el cierre de marzo, el BCRA compró más de US$11.400 millones en el mercado de cambios, y según cálculos privados, superó la meta de acumulación de reservas por más de US$2.200 millones.
Sin emisión directa e indirecta para asistir al Tesoro durante el primer trimestre del año, el Gobierno de Milei también cumplió con la meta monetaria.
Por la consecución de esas metas, el Fondo desembolsará unos US$790 millones. Pero esos fondos apenas compensarán en parte la salida de los US$1.963 millones que deberá abonar el país este martes, por los tres vencimientos que decidió unificar a fin de mes en un pago, y los US$850 millones que deberá abonar el 1° de mayo.
Hacia adelante, los pagos al Fondo seguirán superando los desembolsos. Durante el segundo semestre, el país deberá afrontar vencimientos por US$681 millones en julio, US$850 millones en agosto y otros US$850 millones en noviembre. En cambio, mientras que apenas recibirá US$527 millones en agosto si alcanza las metas correspondientes a la novena revisión del programa, y otros US$545 millones en noviembre.
Son los últimos pagos y desembolsos previstos dentro del actual programa, que el Gobierno y el FMI deberán renegociar. La expectativa dentro del oficialismo seguía siendo, hasta hace pocos días, que el nuevo programa incluyera fondos frescos, aunque en las últimas semanas perdió fuerza la expectativa respecto del monto que pueda aportar el organismo.
En un encuentro organizado por Fundación Mediterránea, Luis Caputo reflejó esa menor expectativa de que ingresen fondos frescos del FMI de forma inminente. Al referirse a la salida del cepo cambiario, expresó: “¿Podría haber algún atajo? Sí, si tuviéramos plata para recapitalizar el Banco Central eso sería un atajo. No creo que pase en el cortísimo plazo. Recién estamos hablando de un nuevo programa con el FMI, donde estamos explicándole nuestro programa monetario y cambiario”.
Al respecto, Caputo incluso marcó que el haber ganado credibilidad con el FMI representa también una desventaja. “Típicamente, cuando uno negocia un programa con el Fondo es cuando la economía se está derrumbando. Pero este es el primer caso en que estamos yendo a un nuevo programa con todo recuperándose, incluso más rápido de lo que cualquiera hubiera imaginado”.
Por eso, el ministro de Economía argentino especuló que ante ese panorama, con el BCRA comprando entre US$100 o US$150 millones por día, el FMI tendrá menos incentivos a acelerar el envío de fondos.
En diálogo con Bloomberg Línea, Héctor Torres, ex representante argentino ante el FMI, avaló esta postura. “No creo que esta misión tenga ningún inconveniente en recomendar la aprobación del desembolso. El Fondo está dispuesto a seguir apoyando al gobierno con un nuevo programa pero dentro del objetivo de progresivamente reducir su exposición con Argentina”, resumió.
Los US$15.000 millones que alguna vez mencionó Milei para salir del cepo, por lo tanto, deberán provenir de diversas fuentes.
Más allá de los resultados del primer trimestre, el Fondo Monetario Internacional también estará atento a lo que ocurra en el Congreso con las reformas que busca pasar el Gobierno de Milei. La ‘durabilidad’ del ajuste depende, en buena medida, de lo que ocurra en el Congreso y de la capacidad que muestre el oficialismo para mantener el apoyo de buena parte de la sociedad y contener la conflictividad social.
Sin anuncios concretos por el swap
La otra negociación que generaba gran expectativa en estos días era la que se esperaba que afrontaran los representantes del equipo económico que viajaron en estos días a China, en el marco del vencimiento de un tramo del swap por el equivalente a unos US$5.000 millones en junio.
Semanas atrás, dentro del equipo económico señalaban que la expectativa era que el Gobierno argentino y su par chino alcanzarían un acuerdo para renegociar el vencimiento del tramo del swap utilizado durante la gestión anterior, pero reconocían que para ello haría falta una señal política.
El presidente del Banco Central, Santiago Bausili, acompañó este lunes a la canciller Diana Mondino en un encuentro con el presidente del Banco Popular de China, Pan Gongsheng.
Según el comunicado oficial difundido por la Cancillería argentina, los funcionarios “dialogaron sobre la relación histórica entre ambos Bancos Centrales, iniciada con la firma del primer swap hace 25 años; el compromiso de la Argentina en la internacionalización del RMB como moneda para la liquidación del comercio; la identificación de áreas técnicas para completar las revisiones contempladas bajo el acuerdo del swap; y los acuerdos de cooperación e intercambio de experiencias técnicas y regulatorias”.
La falta de anuncios concretos al respecto generó algunas dudas. Un consultor, que pidió reserva dado que se trataban de conversaciones privadas, reveló que entre ejecutivos de empresas chinas con presencia en el país la información que circulaba durante la tarde del lunes era que los funcionarios volverían al país sin anuncios concretos. Ante ese panorama, había quienes especulaban con un posible viaje de Milei a China para destrabar la negociación.
