Buenos Aires — El vicepresidente del Banco Central argentino anticipó que en la competencia de monedas que pretende poner en marcha el Gobierno “el desafío será hacerle lugar al dólar”. Al exponer sobre el cierre de las Jornadas Monetarias y Bancarias 2024, Vladimir Werning destacó este martes la confianza de los ahorristas argentinos que en el marco del blanqueo ingresaron US$13.000 millones al sistema financiero local a pesar de la permanencia del cepo cambiario y no descartó que terminen migrando a reservas netas y brutas del BCRA.
Al enumerar una serie de conclusiones del encuentro organizado por la autoridad monetaria, Werning recordó que hasta diciembre de 2023 era “impensado” el ingreso de esa cantidad de dólares que “empiezan a complementar la remonetización que ya hemos visto desde el principio del año en pesos”. En esa línea, anticipó que ese ingreso de dólares podría multiplicarse dado que “el cálculo es que hay activos líquidos en el país por US$200.000 millones”.
De acuerdo al economista con pasado en JP Morgan y Jefatura de Gabinete, la existencia de esos miles de millones de dólares que permanecen en el exterior, producto de la acumulación de salida de ahorros anteriores, permite pensar que la Argentina tenga por delante “un proceso de monetización muy importante”. Pero reconoció que “para que ese ahorro quede en el país es importante que la política monetaria se demuestre independiente de la fiscal”.
Por ello, para el vicepresidente del Central esa dinámica hará que, en la competencia de monedas que espera poner en marcha el Gobierno, “el desafío será hacerle lugar al dólar”, dado que durante la gestión anterior se buscó hacer un “uso forzoso” del peso.
Dominancia fiscal, riesgo de hiperinflación y salida del cepo
En su exposición, Werning también apuntó contra la “dominancia fiscal” que encontró el equipo económico, de la que dijo que “llegó a un extremo en la Argentina pocas veces visto”. Tras recordar que “Argentina ha tenido déficit crónicos”, dijo que “el programa en curso está orientado a eliminar esta dominancia fiscal, pero también la dominancia cuasi fiscal y la dominancia bancaria”. Y sobre el último punto, señaló que al momento del cambio de gestión “el Banco Central no controlaba la liquidez del sistema, sino que los bancos tenían la opción de incrementar la liquidez de la economía”.
Para Werning, en las últimas dos décadas existieron en la Argentina “reincidencias aritméticas monetaristas insoportables”. Y subrayó: “¿Por qué insoportables? Porque cuando uno estira el problema hasta su límite, terminan rompiéndose muchas cosas y se hace insoportable pensar hacia adelante”.
En esa línea, el vicepresidente del BCRA recordó que “la base monetaria llegó a estar en 2,5% del PBI”, lo que reflejó un “rechazo al peso” y un “llamado de atención”. Pero a partir de mediados de este año, dijo que comenzó a observarse una remonetización producto de un proceso sano en el cual el sector privado demanda recursos líquidos. “Históricamente estamos en un 8% del PBI de base. Con 2,5% estábamos cerca de un colapso social y político”.
Werning también recordó que al momento del cambio de Gobierno “se temía un Rodrigazo”. Por ello, expresó que “cuando hablamos de riesgo hiperinflacionario no lo decimos livianamente”, ya que “la bola de pasivos remunerados en relación a la base monetaria superaba los que vimos en la antesala de la hiperinflación que se vivió en 1989″. A esa métrica, sumó que el BCRA tampoco tenía activos para defender la moneda. “Claramente la expectativa inflacionaria entraba por todos lados. No había manera de escaparse”, dijo.
Por último, y dados los desequilibrios heredados, Werning expresó que el cepo no era “algo deseado” pero que sí les brindó tiempo. Y respecto de su eventual eliminación pidió “darle tiempo al tiempo para que estas cosas nuevamente nos permitan estar ordenados internamente en lo financiero, en lo económico, para luego poder abrirnos al mundo de manera exitosa y no de manera aleatoria”.