¿Cómo le fue a Ecuador con la dolarización y qué esperar del plan Milei? Pros y contras

Si bien el esquema cuenta con una enorme popularidad en país sudamericano, los economistas señalan ciertas dificultades en materia de competitividad, entre otros puntos

Por

Buenos Aires — Argentina es actualmente el tercer país del mundo con mayor inflación (113,4% interanual), por detrás de Venezuela (398%) y Líbano (252%), mientras que Ecuador, cuya economía está dolarizada, es el tercer que menos tiene en Latinoamérica (2,07% anual). Esta abismal diferencia entre ambos, sumado a la nostalgia de algún sector de la sociedad argentina respecto de la convertibilidad, llevó a que Javier Milei, candidato a la Presidencia, proponga eliminar el peso y dolarizar la economía.

Si bien el debate sobre la dolarización ya estaba instalado en el país, el buen resultado del candidato libertario en las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) llevó a que se convierta en el epicentro de la discusión. La idea eliminar el peso es mayoritariamente resistida entre los economistas argentinos, sean ortodoxos o heterodoxos. Por ello Bloomberg Línea dialogó con analistas dos ecuatorianos, para conocer su visión al respecto.

En Ecuador el esquema tiene una amplia aceptación social, por lo que las consultas a estos prestigiosos economistas fueron respecto de cuáles son las ventajas y desventajas que observan en su implementación local.

Los pros y las contras de dolarizar según Santiago Mosquera

El director del Departamento de Investigación Económica de Analítica y decano de la Escuela de Negocios de la Universidad de las Américas (UDLA), Santiago Mosquera, también aportó su visión respecto a cómo ha funcionado en Ecuador la dolarización y se expresó respecto de los desafíos que tiene Argentina.

El contexto

  • Antes de dolarizar (en el año 2000), Ecuador estaba inmerso en un proceso de crisis financiera y la inflación estaba en niveles cercanos al 100%. Habían caído algunos bancos y el Gobierno estaba obligado a nacionalizar más del 50% de la banca privada. Había problemas de calidad crediticia y riesgo de tipos de cambio que no habían sido mitigados. Teníamos un descalce de monedas de plazos en el sistema bancario”.
  • “Durante el gobierno de Abdalá Bucaram (agosto de 1996 a febrero de 1997) se hablaba de una convertibilidad como la de Argentina. De hecho, el exministro de Economía argentino Domingo Felipe Cavallo había estado explicando el sistema en Ecuador. En ese momento se hablaba de hacer una convertibilidad a 5.000 sucres por dólar. Años más tarde se hizo a 25.000 sucres por dólar”.
  • “Antes de la dolarización, la economía ya estaba dolarizada de hecho. No solo para la compra de departamentos y automóviles, sino que la gente pasaba sus sucres a dólares y los vendía cuando quería hacer un gasto”.

La inflación y los salarios

  • “En Ecuador lo más importante de la dolarización fue la eliminación del riesgo inflacionario. Le quitas la libertad al Banco Central para operar y la gente empieza a ajustar sus expectativas de inflación futura a la baja. No fue inmediato. No tuvimos el primer año una caída rápida”.
  • “En promedio, en estos 23 años Ecuador estuvo apenas dos o tres puntos por encima de la tasa de inflación de Estados Unidos. Eso tuvo un impacto positivo en la economía”.
  • “En el momento en que dolarizas, tienes un impacto impresionante en el nivel de sueldos que pasan a estar denominados en dólares. La gente pasó a ganar una miseria. Pero con los años comenzó en Ecuador un proceso de subida paulatina (algo más acelerado en la segunda década del milenio) en que los salarios denominados en dólares empezaron a subir”.
  • “El Gobierno empezó a subir los salarios mínimos y el resto de los sueldos empezó a acompañar”.

Problemas

  • “La dolarización hizo subir los costos de la economía, empujada por los salarios, y hacer negocios en Ecuador es bastante costoso. Por los costos laborales en Ecuador, versus los países con los que competimos, como pueden ser Perú o Colombia, nuestra estructura de costos es bastante elevada”.
  • “Es muy difícil competir porque no tuvimos ganancias en productividad”.
  • “Una economía tiene que tener un amortiguador ante shocks externos. La variable para absorber shock externos debería ser el tipo de cambio, que te ayuda a mejorar el perfil de tus exportaciones netas. Al no poder ajustar esta variable, ni la política monetaria, es clave la disciplina fiscal”.

Cuatro aspectos clave

Para que la dolarización funcione se necesita cumplir cuatro reglas básicas:

  • Disciplina fiscal
  • Independencia del Banco Central
  • Reforma laboral
  • Reformas estructurales

“Ecuador perdió competitividad porque no se hizo la tarea en materia de flexibilidad laboral. La pregunta es si Argentina puede lograr esto último”.

La dolarización durante el Gobierno de Correa:

  • “Durante los años de Rafael Correa, especialmente después de 2014, el Ecuador no debería haber implementado política monetaria, pero el Gobierno se ideó una forma de hacerlo, a través de un cambio en la estructura de los activos del Banco Central. El Banco Central tiene deudas por el lado del pasivo y son los billetes en circulación, los depósitos del sistema financiero en el Banco Central y los depósitos de las instituciones públicos en el Banco Central. Si todo eso está colocado en activos de buena calidad y monetizable inmediatamente no hay problema, pero en esos años se cambió la estructura de los activos. Se reemplazaron activos internacionales de la reserva con activos del Ministerio de Finanzas. Cambiaron activos de buena calidad por activos que no valían nada, que no eran liquidables, con baja tasa de rentabilidad y que no cumplían con los principios de reserva monetaria internacional, que es: seguridad, liquidez y rentabilidad”.

Los pros y las contras de dolarizar, según Jaime Carrera

El economista ecuatoriano Jaime Carrera, secretario Ejecutivo del Observatorio de la Política Fiscal, dejó algunos textuales evaluando cómo ha resultado en Ecuador la decisión de dolarizar la economía:

  • La dolarización trajo consigo la estabilidad de la economía, expresada en la reducción de la inflación, que en 20 años ha permanecido entre el 2% y 3% en promedio. Asimismo, la estabilidad de precios mantuvo el poder adquisitivo de las personas, facilitó el crédito y el endeudamiento de personas y empresas y se eliminó el riesgo de devaluación”.
  • “En Ecuador, los aspectos negativos de haber dolarizado se evidencian en la incapacidad de mantener elevadas tasas de crecimiento económico, con el consecuente descontento social por la falta de empleo y altos niveles de pobreza”.
  • “Por otra parte, en el período 2007-2017, de populismo económico, el gasto público se duplicó, con elevados déficits fiscales financiados con una explosiva deuda externa que después no fue posible pagarla. Los desajustes fiscales, hoy tienen difícil solución. Lección: la dolarización exige una férrea disciplina fiscal”.
  • La pandemia evidenció otra carencia de la dolarización: como el Ecuador la enfrentó con un elevado déficit fiscal y con escasas reservas internacionales, que habían sido utilizadas por el correísmo, el país tuvo que acudir a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional para obtener dólares y superar la crisis. Conclusión: la dolarización exige mantener un adecuado nivel de reservas internacionales en el banco central, y cuentas públicas equilibradas”.
  • El principal desafío al dolarizar fue establecer un nivel adecuado de sucres por cada dólar, a fin de cubrir con las reservas en dólares del banco central todos los sucres en circulación. Además, dolarizar los depósitos de los bancos, los créditos y deudas y en general todas las variables de la economía”.
  • “El comercio exterior ha tenido una evolución favorable durante este período. Las exportaciones no petroleras han crecido de modo importante en estos más de 20 años de dolarización. Sin embargo, el sistema requiere avances importantes en competitividad y un fomento más agresivo de las exportaciones. Además, un ambiente adecuado para atraer inversión extranjera directa, los dos fundamentos fundamentales de un sistema dolarizado. En este campo, el Ecuador tiene grandes desafíos en el futuro”.
  • “La dolarización se ha constituido en un patrimonio de la sociedad ecuatoriana. Efectivamente, más del 90% de la población la respalda. Salir de la dolarización sería traumático y de impredecibles consecuencias”.

Voces críticas de la dolarización advirtieron a la Argentina

Uno de los más enfervorizados en contra de la dolarización es el estadounidense Robin Brooks, economista jefe del Instituto de Finanzas Internacionales (IFF), quien prácticamente todos los días dedica publicaciones en su cuenta de X (ex Twitter) para criticar la idea: “Argentina ha vinculado repetidamente el peso al dólar, una política que, una y otra vez, termina en una devaluación masiva y dificultades. La dolarización es solo la forma más extrema de esa vinculación, por lo que, desafortunadamente, el debate actual es más de lo mismo”.

Por otro lado, Brooks mencionó que el Producto Interno Bruto real per cápita de Ecuador se estancó por debajo de sus pares latinoamericanos durante este siglo. “Los países de América Latina que permiten que sus monedas floten crecen más consistentemente. Esto lo dice todo...”, resumió.

Otra voz que apoyó la visión de Brooks fue Luis Jacome, quien presidió el Banco Central de Ecuador entre noviembre de 1998 y agosto de 1999, previo a la dolarización. Jacome se montó a un tuit del propio Brooks, en el que el estadounidense marcaba cómo se depreció el peso argentino por culpa del gasto público argentino y añadió: “Por cierto Robin, más allá de las malas políticas, la caída libre podría acelerarse. Cuando anuncias la dolarización, los agentes corren hacia el dólar, considerando que esto ocurrirá a un tipo de cambio sobre devaluado debido a la falta de reservas internacionales”.

Jacome no es el único ecuatoriano de peso que advierte sobre los que son, a su criterio, riesgos de dolarizar. El propio correísmo afirma que si gana las elecciones profundizará la dolarización, pero advierte que lo hará solo porque salir sería peor. “En Ecuador, la dolarización fue traumática y la salida sería catastrófica”, aseguró en una entrevista con el medio argentino Perfil, el economista Andrés Arauz, candidato a vicepresidente en fórmula con Luisa González, quien competirá en la segunda vuelta.

Las declaraciones de Arauz resonaron fuerte en su país y tanto él como González y como el propio Rafael Correa, líder del movimiento, tuvieron que aclarar que la intención del sector izquierdista no era eliminar al dólar como moneda corriente. Pero quedó clara cuál era su postura si pudiesen volver el tiempo atrás.

Asimismo, el exministro de Economía de Líbano y exvicepresidente del banco central de aquel país, Nasser Saidi, también se sumó a la polémica al reseñar: “La dolarización no salvaría a la Argentina. La experiencia de Ecuador muestra que las políticas sólidas son primordiales, cualquiera que sea la moneda. Fuertes lecciones para Líbano y su economía cada vez más dolarizada, basada en el efectivo y su sistema de pago desintermediado bancario”.

En línea con esta mirada, el mexicano Alejandro Werner, exdirector del Fondo Monetario Internacional para el hemisferio occidental, afirmó en La Nación+: “El dólar no es la moneda óptima para la Argentina (...). El ejemplo de Ecuador es ilustrativo. Está utilizando el dólar desde hace mucho tiempo, pero no ha arreglado su situación fiscal, no se ha vuelto una economía que atrae capitales, ni que crece, pero es verdad que no tiene el nivel de incertidumbre nominal de inflación que tiene la Argentina”.

También el argentino Martín Castellanos, quien se desempeña en el IIF, al igual que Brooks, se sumó a los cuestionamientos: “La dolarización aún tiene que persuadir a los ecuatorianos para que dejen de enviar efectivo al exterior. Por el contrario, otros regímenes monetarios han demostrado su eficacia en la lucha contra la inflación al mismo tiempo que refuerzan la credibilidad de las políticas. Difícil pensar que buenas alternativas a la dolarización estén fuera del alcance de Argentina”.

Voces a favor

también hay miradas favorables por parte de analistas internacionales. Entre ellos se encuentra Steve Hanke, profesor de Economía Aplicada en la Universidad Johns Hopkins, quien no solo pondera positivamente lo sucedido en Ecuador sino que también afirmó en una entrevista con el diario La Nación: “La única forma de resolver la inflación es poner al Banco Central y el peso en un museo”.

Hanke, quien asesoró al Gobierno argentino de Carlos Menem cuando se llevó a cabo la convertibilidad uno a uno entre el peso y el dólar, sostuvo: “Si Ecuador abandona la dolarización, en pocos meses, se convertirá en Venezuela”.

Por otra parte, el economista Tyler Cowen, profesor de la Universidad George Mason, aseguró recientemente en una columna publicada en Bloomberg Opinión: “Tres economías latinoamericanas (Panamá, Ecuador y El Salvador) ya han pasado a la dolarización explícita. Aunque los resultados han variado, siendo Panamá, con mucho, el mejor, la dolarización per se ha funcionado para los tres: todos han pasado de regímenes de inflación periódica muy elevada a una relativa estabilidad monetaria. No parece probable que ninguno vuelva pronto a sus monedas fiduciarias nacionales”.

Respecto del caso argentino, Cowen afirmó: “Desde 1980, Argentina ha tenido una inflación media anual de más del 200%. Partes significativas de la economía ya se han trasladado al uso de dólares, y para el caso, de criptomonedas. ¿Por qué no ir hasta el final y dar a la economía una moneda estable que sus políticos no puedan manipular? A los argentinos les resultaría más fácil salvaguardar sus ahorros, los cálculos económicos serían más sencillos y se animaría a los inversores extranjeros”.

El riesgo país, un problema común a ambos

Después de Venezuela, los gobiernos con mayor riesgo país en la región son Argentina (2.111 al cierre del 22 de agosto) y Ecuador (1.750 puntos). Esto les representa una gran dificultad a ambos países para financiarse, dado que que para hacerlo deberían pagar tasas astronómicas. Por ello, las opciones que tienen es: lograr disciplina fiscal o, conseguir financiamiento de organismos multilaterales, aunque este último tiene un techo.