Buenos Aires — Alejandro Díaz es el CEO de la la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina (AmCham), una organización no gubernamental con 106 años de historia en el país que nuclea a más de 700 empresas que aportan, según datos aportados por la AmCham, el 24% del Producto Bruto Interno (PBI) y el 39% de la recaudación fiscal.
Díaz es optimista respecto a la marcha del Gobierno de Javier Milei, al destacar la convicción y la capacidad técnica del equipo económico. “Creo que lo que se está apuntando es un país normal, donde las decisiones sean normales. Entonces ese es el primer aspecto que lo hace diferenciador”, dijo en una entrevista a Bloomberg Línea.
Precisó detalles de una negociación que se está dando con el Gobierno respecto a la deuda de los importadores y afirmó que también está en conversaciones la posibilidad de que se promueva un RIGI para pequeñas y medianas empresas.
Es elogioso del proceso de desregulación que se lleva a cabo como resultado del decreto 70/2023 y la Ley Bases, “que volvió a normalizar un sistema comercial de nuestras organizaciones que estaba absolutamente desactivado y descoordinado”.
Meses atrás, Díaz pronostica una recuperación de la economía con la forma de la pipa de Nike, distinto a los economistas más cercanos al Gobierno que proyectaban una “V”. Según el ejecutivo de AmCham, “en junio o en julio estamos viendo la meseta, comenzando agosto con un factor de empezar a sentir un crecimiento en términos de volúmenes”.
Siempre en términos generales, al señalar que sectores como el de electrodomésticos “han caído arriba del 30%, especialmente en el primer trimestre, tenes entretenimiento también muy complejo, todos aquellos productos que de alguna manera pierden prescindibilidad para el consumidor, y en la otra punta tenes sectores de la tecnología creciendo a doble dígito”.
Según Díaz, los problemas están en la incorporación de gente, “tener capital humano para poder mantener su nivel de crecimiento”. “No veo empresas que digan ‘voy a mejorar mi estructura’”.
¿Un nuevo Bopreal?
En la entrevista, Díaz contó que hay diálogo entre el sector privado y el Gobierno para lanzar una nueva serie del Bopreal, el bono que lanzó el Banco Central destinado al pago de la deuda comercial, que le permitió a los importadores con deuda comercial suscribir con pesos al tipo de cambio oficial a un título con amortización en dólares.
Hubo tres series de Bopreal, en las cuales el BCRA colocó US$10 mil millones, US$5 mil millones en la primera, US$2 mil millones en la segunda y US$3 mil millones en la tercera, según información de la autoridad monetaria.
“Tenes un problema de stock de deuda todavía, De hecho, estamos viendo con el gobierno a ver si es posible sacar Bopreal 4, por ejemplo”, contó. Reconoce que esta propuesta tuvo buena recepción por parte de las autoridades.
“A ellos les conviene también la cancelación de la deuda a través de mecanismos que no sean por ahora el MULC. Están abiertos. Quieren estudiar factores que estamos charlando, necesitan compromiso de que van a tener un volumen importante para no encontrarse una nueva serie que dure seis meses para llegar al cupo”, agregó.
Las empresas socias de la AmCham concentran el 35% de las importaciones y el 45% de las exportaciones de Argentina, según datos de la organización.
RIGI y Vaca Muerta
El sector hidrocarburífero, gas y petróleo, es de los que más potencial tienen en Argentina, debido a los yacimientos no convencionales de Vaca Muerta, que ya explican más de la mitad de la producción y le permitieron al país revertir la balanza comercial energética.
Muchas de las empresas protagonistas son socias de AmCham: YPF, Shell, Vista, Pan American Energy, Chevron, Exxon Mobil, Aconcagua Energía, Compañía General de Combustibles, Halliburton, Oldelval y Transportadora de Gas del Sur, entre otras.
Respecto al debate sobre el potencial, Díaz dice: “La oportunidad está. El problema es la limitación de la infraestructura. En la cuenca neuquina deben haber siete o doce equipos. Necesitamos no menos de 36 para producir una aceleración de la perforación y exploración de la cuenca neuquina”.
Y marca otro limitante: “El transporte. Hay un mapa pero va a llevar dos o tres años. Ni hablar del tema de los puertos para GNL. La oportunidad es latente, pero hay limitaciones”. Según el CEO de AmCham, y en línea con la postura del Gobierno, el desarrollo de la infraestructura lo debe resolver el privado.
Sobre el Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI), que excluye al upstream de los beneficios, Díaz remarca como falencia “que esté focalizado en un alcance de siete industrias, me parece que podría haber sido mucho más amplificado”.
“Pero por lo tanto tiene condiciones que, cuando analizan los regímenes parecidos en el Cono Sur, Chile o Brasil, te encontrarás que es bastante generoso. Ahora, generoso producto de que Argentina no cumplió nada en los últimos 30 años”, explicó. Y no descartó que pueda ser aprovechado por pequeñas y medianas empresas: “Lo están estudiando, lo que se busca es acelerar el proceso de inversión”.