Buenos Aires — “¿No debería haber más optimismo? Hay escepticismo”, dijo el ministro de Economía, Luis Caputo, ante los cerca de mil empresarios reunidos en Mar del Plata, en el 60° Coloquio de IDEA. El funcionario de Javier Milei considera que los esfuerzos fiscales y las políticas de desregulación deberían ser suficientes para una aprobación mayor por parte del sector privado.
“La economía es la sumatoria de las decisiones individuales. Si no podemos convencerlos de que es el momento, vamos a tardar más en salir”, agregó el ministro, en juego con el eslogan del evento: ‘Si no es ahora, cuándo’.
Ejecutivos de las principales empresas que operan en el país comentaban en los pasillos del Sheraton Hotel un acompañamiento a la marcha general de la economía, con respaldo al orden fiscal que el Gobierno alcanzó en los primeros nueve meses del año.
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No obstante, hay dudas que persisten. Un empresario que pidió reserva confesó en diálogo con Bloomberg Línea que uno de los riesgos es que haya una disociación entre lo financiero y la economía real, y que la estabilidad que el Gobierno logró en los tipos de cambio no tenga su correlato en el empleo, los salarios, los costos de las compañías. Cree, a su vez, que la recuperación vendrá de la mano del crédito.
Otro ejecutivo que pidió no ser identificado marcó que aún hay dificultades para convencer a los inversores extranjeros. Caputo se refirió al “gen” argentino: “Tenemos el gen de que siempre todo salió mal”.
Competitividad
En una de las exposiciones, Esteban Domecq, presidente de Invecq Consultora Económica, se refirió a las derivadas de la inestabilidad económica argentina: “pérdida de competitividad y aislamiento”.
Según los números exhibidos por el economista, las exportaciones de bienes y servicios argentinas representan el 14,8% del PBI, por debajo del 26,8% del promedio en la región. El 83,4% son productos primarios, por encima del 77,4% del promedio regional. Hay también, un promedio del 5,6% de impuestos a derechos de exportación: en el resto de los países comparados es del 0%.
En el rubro de importaciones, el peso sobre el PBI es del 14,4%, contra el 27% del promedio regional. La inversión directa extranjera, sobre el PBI, es del 17,1% en Argentina, en el último escalón de los países de Latinoamérica relevados: el promedio es del 20,7%.
Estos números van en línea a una reciente presentación de la Unión Industrial Argentina (UIA), en la cual se destacó que la inestabilidad económica, la infraestructura, la falta de financiamiento, el costo de la energía y la presión tributaria son los principales elementos que afectan a la competitividad.
De acuerdo al ranking de competitividad publicado por el International Institute for Management Development (IMD), Argentina ocupa el puesto 66 de 67 países. “Esta situación contrasta con uno de los objetivos estratégicos para recuperar la dinámica del crecimiento: la inserción exportadora”, dice el informe de la UIA.