Caen las reservas del Banco Central argentino: ¿Es un problema para pagar la deuda?

Las reservas internacionales terminaron por debajo de los US$28.000 millones. Cómo es el cronograma de pagos de los próximos meses

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Buenos Aires — El nuevo esquema monetario dispuesto por el equipo económico del Gobierno argentino sugiere un impacto en la acumulación de reservas del Banco Central, en un escenario con abultados vencimientos de deuda. Si bien 2024 presenta desafíos, el cronograma del año próximo luce con mayores complicaciones dado que, solamente en enero, se deben desembolsar poco más de US$5.000, de acuerdo con cálculos del sector privado.

Este martes, las reservas internacionales terminaron por debajo de los US$28.000 millones, en US$ 27.613 millones, luego de que la autoridad monetaria vendiera US$3 millones en el mercado de cambios y efectuara un pago programado con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Cuáles son los próximos vencimientos para Argentina

A partir de 2025 el monto de los compromisos hace que sea necesario que baje el riesgo país y pueda colocarse deuda en el mercado internacional”, sostuvo un análisis de la consultora Econviews.

En ese sentido, resaltó: “Lo que queda de 2024 no parece muy complicado. De multilaterales hay vencimientos por US$2.100 millones de acá a diciembre, pero no es descabellado pensar que se puedan refinanciar. De hecho, en el último staff report del Fondo Monetario Internacional (FMI) se habla de financiamiento neto positivo para este año por esa vía. También vencen US$1.500 millones con el FMI, de los cuales dos tercios están cubiertos por los próximos desembolsos y US$1.100 millones de Bopreal, donde ahí sí que el Banco Central tendrá que gastar dólares. En todos estos números consideramos capital e intereses”.

Sin embargo, desde la firma anticipan que el panorama es diferente para 2025: solo los vencimientos de enero suman US$5.100 millones, explicados mayormente por las amortizaciones e intereses de Bonares y Globales. Lo mismo aplica para julio.

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“Aparte de los US$8.900 millones de los bonos, en todo 2025 también vencen US$5.100 millones de multilaterales, US$3.000 millones del FMI, US$2.300 millones de Bopreales y US$500 millones de otras deudas. Todo esto suma US$19.800 millones. Desde 2026 hasta 2032 los vencimientos superan los US$ 20.000 millones por año”, señaló Econviews en un informe.

En ese sentido, el trabajo manifestó que “el Banco Central no tiene los dólares para que el Tesoro pueda afrontar esos pagos, por lo que “se deduce que es necesario que el país vuelva a tener acceso al mercado de deuda internacional”.

La capacidad de pago de Argentina

La capacidad de pago depende, en primer lugar, del superávit fiscal. Las reservas son, en este caso, como el vidrio que tenés que romper para sacar el matafuegos. Pero, si el Gobierno transmite la señal de que va a conseguir superávit y con eso paga la deuda, no sería tan relevante ir a mirar las reservas”, consideró el economista Iván Carrino.

En diálogo con Bloomberg Línea, evaluó: “Evidentemente, en el corto plazo hay algunos agentes del mercado financiero que sí querrían ver un nivel de reservas más elevado, ya sea para asegurar el pago de la deuda ante cualquier eventualidad, y para estar mejor posicionado para abandonar el cepo eventualmente. Y lo que se anunció el último fin de semana, no deja a las reservas en la mejor posición”.

Ramiro Tosi, director de Finanzas de Suramericana Visión, think tank del ex ministro Martín Guzmán, puntualizó: “Una de las condiciones para mejorar la capacidad de pago de la deuda en dólares es un incremento sostenido y significativo de las exportaciones”.

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“Sin embargo, lo que importa es no solo el volumen de esas mayores exportaciones, sino la capacidad del BCRA de comprar divisas en el mercado cambiario, y muchas de esas mayores ventas esperadas tienen regímenes de acceso especial para los productores que les otorga una disponibilidad incremental del flujo de exportaciones, por lo cual no todo dólar de aumento de exportaciones se traduce en un monto equivalente en compras del BCRA y mejora de la capacidad de pago de la deuda soberana en moneda extranjera”, expresó en declaraciones a este medio.

Eugenio Marí, economista jefe de la Fundación Libertad y Progreso, sostuvo: “En Argentina, muchas veces se hace una distinción entre lo que es pagos de deuda en moneda nacional y los que son en moneda extranjera. La realidad es que para un Estado que planea honrar sus deudas en tiempo y forma, y sin recurrir al impuesto inflacionario, es irrelevante”.

En el fondo, la clave para financiar los pagos de deuda manera sostenible es el superávit fiscal. En Argentina, como tenemos una historia muy mala en términos de cumplimiento de nuestras obligaciones, la señal fiscal tiene que ser todavía más contundente. Pero, a medida que se consolide el saldo positivo del Tesoro, irá bajando la percepción de riesgo sobre la deuda”, destacó.

A su vez, afirmó: “Obviamente, ayudará si la economía empieza a recuperarse, ya que los ingresos fiscales siguen el ciclo económico. Y lo mismo si se recupera la demanda de pesos, ya que eso permitirá que el BCRA sanee más rápidamente su balance”.

¿Podría tener impacto la balanza comercial energética?

En las últimas horas, el equipo económico intentó llevar un mensaje de tranquilidad a los inversores en Estados Unidos. El vicepresidente del BCRA, Vladimir Werning, presentó estas estimaciones durante varias reuniones en Nueva York en las que les adelantó que esperan que la tasa de inflación de Argentina caiga al 3,7% mensual en julio, lo que marcaría una significativa desaceleración respecto de los meses anteriores, además de la cifra más baja desde que asumió Javier Milei.

Además, las proyecciones del BCRA para julio indican una nueva disminución de la inflación subyacente al 3,2%, luego de un 3,7% registrado en junio. En esa ronda de reuniones el funcionario también reveló que el Central tiene reservas netas negativas por US$3.000 millones y se refirió a las proyecciones de la balanza energética.

Ante la consulta respecto de si ese superávit energético puede tener algún efecto, Carrino opinó que se trata de “un tema más de largo plazo y que mira un sector ultra-específico de la economía”. “El país puede andar bien con superávit o con déficit de la balanza energética. El orden macroeconómico no pasa por ahí”, estimó.

Marí, por su parte, analizó: “La realidad es que el superávit comercial no es un flujo que está disponible para que el Estado pueda pagar sus deudas, sino que surge de decisiones de producción y ahorro del sector privado”.

“En este sentido, las proyecciones de balanza comercial, en particular de la balanza comercial energética, son positivas, pero no necesariamente por el superávit que se genera, sino porque se está previendo un mayor dinamismo de los sectores más competitivos de la economía argentina, que puede apuntalar el crecimiento del país y los ingresos fiscales”, remarcó.