Bloomberg — (Bloomberg) -- El presidente del Banco Central de Argentina, Santiago Bausili, y el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, tienen previsto reunirse con el gobernador del Banco Popular de China, Pan Gongsheng, en Pekín tan pronto como el lunes, en medio de las negociaciones sobre una línea swap de 18.000 millones de dólares, según una persona con conocimiento directo.
Las máximas autoridades económicas, que partieron el viernes de Buenos Aires, viajan junto a la ministra de Asuntos Exteriores, Diana Mondino, en un intento por profundizar los lazos con el socio comercial clave. Mondino, que partió el jueves, mantendrá reuniones bilaterales con el vicepresidente de China, Han Zheng, el representante de Comercio Internacional, Wang Shouwen, y su homólogo, Wang Yi, según la persona, que pidió no ser nombrada porque la información aún no es pública.
Las reuniones están sujetas a cambios en función de los horarios. El Banco Central y el Ministerio de Economía de Argentina declinaron hacer comentarios cuando se les preguntó por la agenda en China.
El asunto más apremiante de la agenda bilateral es un swap de divisas de 18.000 millones de dólares entre las autoridades monetarias de Argentina y China. Buenos Aires necesita renovar antes de junio unos 5.000 millones de dólares de esa línea después de que el ex ministro de Economía Sergio Massa utilizara los fondos en gran parte para financiar importaciones en 2023. El año pasado, el entonces presidente del Banco Central, Miguel Pesce, se reunió con su homólogo chino para negociar otro tramo del swap que nunca se ha utilizado.
La mayor línea de swap de la historia
El swap chino es la mayor fuente de reservas de divisas del Banco Central argentino, cuyas deudas son actualmente mayores que sus activos. Se ha convertido en la mayor línea swap de yuanes del mundo, en un momento en que China los ha estado utilizando en varios países para ampliar su influencia global.
A Mondino le acompaña una amplia delegación de empresarios argentinos que participarán en diversas reuniones para atraer inversiones a Argentina y hacer crecer la asociación comercial. También se reunirá el martes con funcionarios chinos de alto nivel para promover la inversión en infraestructuras en Argentina, según la persona.
Entre otros asuntos, los funcionarios discutirán el futuro de un proyecto hidroeléctrico en Santa Cruz, el mayor proyecto chino en curso en Argentina, que está en suspenso por falta de financiación argentina. El presidente Javier Milei congeló todas las obras públicas desde que asumió el cargo como parte de sus recortes de austeridad.
Durante la campaña electoral, Milei planteó cuestiones sobre el futuro de las relaciones de Argentina con el gigante asiático si resultaba elegido, y calificó a los chinos de «asesinos» y «comunistas». Dijo que dejaría en manos del sector privado el mantenimiento de los lazos comerciales con China. Sin embargo, en una entrevista concedida el 4 de abril a Bloomberg News, el presidente adoptó un tono mucho más pragmático, evitando comentarios incendiarios y asegurando que no tocaría los swaps de divisas.
El comercio y la inversión chinos impulsan amplios sectores de la economía argentina, desde las materias primas y la energía hasta la banca. Esto sigue siendo cierto incluso después de que el país frenara algunas de sus inversiones extranjeras durante la caída del mercado. China es el segundo mayor comprador de las exportaciones argentinas, sólo por detrás de Brasil, y su principal fuente de importaciones.
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