Buenos Aires — En un contexto de inflación interanual récord para las últimas tres décadas y una fuerte pérdida de poder adquisitivo, en Argentina, la pobreza podría crecer e incluso avanzar con mayor velocidad durante el primer semestre. Para ese período, el indicador podría llegar al 50%, en un contexto en el que los datos de los primeros tres meses marcan un mayor deterioro salarial y los productos esenciales que delimitan la línea de pobreza continúan su marcha por encima de la inflación.
Así lo indicó a Bloomberg Línea, Julián Puig, economista de la consultora Empiria e investigador de la UNLP, quien, advirtió sobre la posibilidad de que la situación “se agudice” en la primera mitad del año.
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“El segundo semestre de 2023 cerró con la pobreza en 41,7%, unas 3,5 millones de personas pobres más con relación al inicio del mandato de Alberto Fernández, debido a una caída del salario de alrededor del 15% en términos reales en promedio en el año pasado, mientras que las canastas, tanto básica como alimentaria crecieron por encima de la inflación”, apuntó.
En ese sentido, remarcó que el mayor incremento fue experimentado por “la canasta alimentaria (+15% real) lo que explica el mayor salto en la indigencia con relación con la pobreza donde la canasta básica total creció 4% en términos reales”.
La pobreza argentina en 2024
La Universidad Torcuato Di Tella proyectó una tasa de pobreza de 48,3% para el semestre de octubre de 2023 y marzo de 2024, al tomar en cuenta las últimas estadísticas del costo de las canasta y la simulación de los microdatos de la EPH del cuarto trimestre de 2023 y del primer trimestre de 2024.
En ese escenario, estimó que desde diciembre último se sumaron 3,2 millones de nuevos pobres en el país.
Por su parte, Julián Puig, economista de la consultora Empiria, pronosticó: “Para el primer semestre de este año se espera que esta situación se agudice y la pobreza se incremente a mayor velocidad, pudiendo alcanzar el 50%, en un contexto en el que los datos del primer trimestre marcan un mayor deterioro salarial (-19% en marzo) y los productos esenciales que marcan la línea de pobreza continúan su marcha por encima de la inflación”.
Además, sostuvo: “La evolución de las jubilaciones y pensiones es otro factor relevante. Se espera que este año pierdan participación de alrededor de medio punto del PBI, pasando de 6,8% en 2023 a 6,2% en 2024 (llegaron a un pico de 9,6% en 2017)”.
“Dado que son una población relativamente más ubicada en los deciles intermedios de la distribución del ingreso, están expuestos a caer en la pobreza”, remarcó el economista.
El Salario Mínimo Vital y Móvil no cubre la canasta de crianza
En medio del crítico escenario económico por el que atraviesa Argentina, el Salario Mínimo Vital y Móvil no alcanza para cubrir la canasta de crianza de la primera infancia medida por el INDEC.
Esa canasta en marzo tuvo un costo de, por lo menos, $282.025, para el caso del menor de un año, mientras que el número asciende a $335.312 para aquellos que se ubican en el rango de uno a tres años.
Para el caso de cuatro a cinco años es de $282.937, al tiempo que escala a $355.836 para el rango de entre seis y 12 años.
Así, todos son montos que superan al del salario mínimo, ubicado en $202.800 desde ese mismo mes, es decir, marzo.
La canasta básica total, en alza
Por su parte, la consultora LCG recordó que, en marzo, la canasta básica alimentaria aumentó un 10,9% mensual, y la total 1 punto más, con lo que respecto del mismo mes de 2023, las subas superan el 300% en ambos casos (308% y 304%, respectivamente).
A su vez, ambas canastas se encuentran por encima del incremento del IPC, de 287,9%, de acuerdo con la medición del Indec.
“Los ingresos mensuales necesarios para que una familia tipo eluda la condición de pobreza se elevaron a $ 773.384 en el mes. Una familia con ingresos equivalentes a dos Salarios Mínimo Vital y Móvil ($202.800 al mes en marzo) alcanzaría a cubrir apenas el 53% de la canasta básica total, cayendo en situación de pobreza”, analizó.
El monto tampoco alcanzaría a cubrir la canasta básica alimentaria, dado que el valor de la canasta básica de alimentos que permite a una familia ubicarse por encima de la línea de indigencia es de $358.048 mensuales.