Bloomberg — El Banco Central de la República Argentina (BCRA) acaba de aumentar su tasa de referencia por 10 puntos puntos porcentuales, pero lo que parecería ser una frenada en seco en la práctica termina siendo muy poco y demasiado tarde. Y no salvará el peso.
Como un auto que va a toda velocidad en una película de Buster Keaton, se puede empezar observar cómo las ruedas de la economía argentina tambalean cada vez más fuertemente. Los tipos de cambio no oficiales han estado bajo presión a medida que los operadores pierden la paciencia con la dependencia del Gobierno de emitir dinero. La gran pregunta este año ha sido si el Gobierno puede mantener las cosas en marcha hasta después de las elecciones de octubre o si el país se desplomará económicamente antes de esa fecha.
El tipo de cambio conocido como contado con liquidación, una medida del verdadero valor del peso, saltó hoy. Pero es poco probable que incluso 1.000 puntos básicos detengan la caída a largo plazo. La inflación supera el 105%, por lo que el aumento de 10 puntos porcentuales en la tasa de referencia, al 91%, aún deja al país con una de las tasas de interés reales más bajas de los mercados emergentes (solo en Turquía, donde el presidente cree que las alzas de tasas causan inflación, son más bajas). Al mismo tiempo, una sequía récord está haciendo estragos en las exportaciones del país de maíz, trigo y soja.
Lo que Argentina necesita es que el Gobierno gaste menos que sus ingresos para poder pagar parte de la deuda en pesos, en lugar de aumentar constantemente y eventualmente recuperar el acceso a los mercados internacionales. Sin embargo, recortar el gasto no parece ser políticamente posible, por lo que seguirá confiando en parches tales como controles de precios y en una política de tipo de cambio absurda para tratar de frenar la inflación.
Ha habido cierta especulación de que el ministro de Economía, Sergio Massa, podría ser el candidato de la coalición gobernante en las elecciones de este año, pero si no puede frenar la inflación o estabilizar la moneda, eso parece una tarea difícil. El presidente, Alberto Fernández, ya se descartó.
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