Buenos Aires — La Argentina inició este jueves su camino formal para ingresar a la OCDE. La canciller Diana Mondino recibió este jueves en París, de manos del Secretario General del organismo, Mathias Cormann, la Hoja de Ruta para la adhesión. Este acto marca el comienzo formal de un proceso iniciado en 2016 bajo el Gobierno de Mauricio Macri pero que se interrumpió bajo la gestión de Alberto Fernández.
La OCDE es una Organización Internacional que reúne a 38 de los países más desarrollados del mundo que originan el 75% de la inversión y el 60% del comercio global a través de las mejores prácticas y estándares internacionales para las políticas públicas. El ingreso al organismo había sido una de las prioridades del Gobierno de Macri, y fue reflotado desde la llegada de Javier Milei a la Casa Rosada, en diciembre pasado.
Tras recibir la hoja de ruta para la adhesión, comienza ahora para Argentina un proceso muy exigente, en el que el país será evaluado por 26 comités sobre cuestiones institucionales, económicas, sociales y ambientales. El propósito del proceso es converger hacia la implementación de unas 250 buenas prácticas y estándares internacionales de la OCDE.
Un largo camino y los beneficios de ingresar en la OCDE
Chile completó estas evaluaciones en seis años y Colombia, el último país latinoamericano en ser miembro OCDE, lo realizó en ocho. “Tenemos un largo camino por delante”, expresó en redes sociales Marcelo Scaglione, quien durante el gobierno de Mauricio Macri estuvo a cargo de la tarea.
El proceso, agregó, “constituye una herramienta estratégica para que Argentina pase de ser una economía emergente y subdesarrollada y se convierta en un país desarrollado y completamente integrado al mundo de acá a 25 años”.
“Es el mejor legado que podemos dejarle a nuestros hijos y a las próximas generaciones de argentinos”, subrayó.
Tras la tarea realizada durante la gestión de Mauricio Macri, la Argentina había recibido la invitación para ingresar a la OCDE el 25 de enero de 2022. Sin embargo, y a diferencia del resto de los países que recibieron esa invitación (Brasil, Bulgaria, Croacia, Perú y Rumania), el Gobierno de Alberto Fernández nunca aceptó ni declinó esa invitación.
Esa no respuesta, habían señalado quienes conocen los pormenores de la extensa tarea que recorrió Argentina para lograr esa invitación, representó una oportunidad para el Gobierno de Milei: es que el hecho que no fuera rechazada por la gestión anterior implicaba que la misma seguía en pie.
El 10 de diciembre, mismo día en que asumió como canciller argentina, Mondino anunció que al día siguiente el país firmaría los papeles correspondientes para aceptar esa invitación.
“Este paso reviste fundamental importancia política para el Gobierno argentino como herramienta de legitimización y profundización de las reformas económicas implementadas”, consideró la Cancillería argentina este jueves a través de un comunicado.
En una entrevista concedida a Bloomberg Línea en junio pasado, Scaglione había explicado los beneficios de que el país ingrese a este organismo multilateral creado en 1961 y que tiene sus raíces en el Plan Marshall. “Está demostrado que aquellos países subdesarrollados que ingresan a la OCDE pasan a ser desarrollados en 25 años”, había indicado por entonces.
Como ejemplo de ello, citó el caso de Corea del Sur, que ingresó en la OCDE en 1996 con un PBI per cápita de US$14.000, muy por debajo de los US$48.000 de ahora.
Los países que ingresan, explicó en ese momento, deben realizar una serie de transformaciones vinculadas a la calidad institucional, el desarrollo productivo o el bienestar social a través de la educación y la salud. Respecto de los beneficios de corto plazo, en tanto, había mencionado una baja del costo de capital e impacto en la calificación de riesgo. Eso, explicó, allana el camino para inversiones productivas que se vuelcan directamente en el territorio y economías regionales.
Pero además, Scaglione había señalado que pasar a formar parte del organismo implica una oportunidad de comercio con un mercado de 500 millones de consumidores, ya que entre los 38 países miembro originan el 75% de la inversión y el 60% del comercio global. “Eso haría que se termine el problema de la escases de dólares”, dijo en junio pasado en diálogo con Bloomberg Línea.