Argentina da paso clave hacia la OCDE: visita del secretario general y beneficios de ingresar

Mathias Cormann llegó en las últimas horas al país y se reunió con la canciller Diana Mondino. En una entrevista con Bloomberg Línea, el exrepresentante argentino ante la OCDE Marcelo Scaglione explica los beneficios de ingresar

La sede de la OCDE en París. Photographer: Getty Images/AFP
30 de agosto, 2024 | 03:00 AM

Buenos Aires — El acceso de la Argentina a la OCDE sumó esta semana un nuevo capítulo. El secretario general del organismo, Mathias Cormann, llegó al país en las últimas horas para mantener diversas reuniones con representantes del Gobierno nacional, las provincias y representantes de la sociedad civil y del sector privado, en el marco del proceso de acceso de la Argentina a este organismo internacional que se inició formalmente en mayo pero que lleva casi una década gestándose.

Fuente: Cancillería argentina

El camino de la Argentina a la OCDE se inició, en realidad, en 2016, cuando el por entonces ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, convocó a Marcelo Scaglione para que lidere las negociaciones con el organismo a fin de gestionar la invitación. Y si bien durante el gobierno de Mauricio Macri el país logró reunir las voluntades de los países miembros, la invitación formal para iniciar el acceso no llegó hasta enero de 2022. Pero la misma no fue aceptada (en los 17 meses siguientes el Gobierno de Alberto Fernández no aceptó ni declinó la invitación) hasta el 11 de diciembre pasado, cuando la por entonces flamante canciller Diana Mondino anunció, horas después de que Javier Milei asumiera la Presidencia, que se aceptaría iniciar el ingreso.

¿Cuáles son los beneficios de ingresar al organismo? ¿Qué significa la visita de Cormann? ¿Cuánto falta para que la Argentina pertenezca formalmente a la OCDE? En una entrevista con Bloomberg Línea, Scaglione analizó estas y otras cuestiones y explicó por qué adecuarse a los estándares del organismo puede permitirle al país pasar del subdesarrollo al desarrollo en 25 años y ahorrar, en el camino, miles de millones de dólares que hoy se escurren por corrupción, o la excesiva regulación.

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La siguiente entrevista ha sido editada con motivos de extensión y claridad.

Gentileza: Marcelo Scaglione

¿Qué significa la visita del secretario general de la OCDE, Mathías Cormann, a la Argentina?

Es una visita política, donde se reúne con todos los actores principales del Poder Ejecutivo, de otros poderes, de la sociedad civil, de las provincias, de la academia. Recordemos que Argentina inició formalmente el proceso de acceso hace muy poco tiempo, más allá de que la candidatura se presentó en el año 2016. Esa candidatura tardó seis años para que la OCDE la analizara en conjunto con las candidaturas de otros países. Y recién el proceso de acceso formal comenzó el 2 de mayo de este año, cuando Argentina recibe de parte de la OCDE la hoja de ruta en París en la reunión ministerial anual.

¿Es común que el secretario general de la OCDE visite los países que están iniciando el proceso de acceso al organismo?

Es una práctica común dentro del proceso de la OCDE. Es una visita eminentemente política, pero donde también el Secretario General busca ver cómo se está organizando el país frente a este proceso, teniendo en cuenta que Argentina tiene que converger con un cuerpo jurídico de aproximadamente 250 buenas prácticas y estándares internacionales en políticas públicas, en temas institucionales, en temas económicos y productivos, en temas de capital humano, con foco en educación y salud, y en temas de ambiente y desarrollo sostenible. Entonces, para eso, el Secretario General viene con su equipo, donde va a evaluar cómo se está organizando Argentina frente a este proceso, cuál es la gobernanza del proceso, cómo se organiza para pasar examen en 26 comités.

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Es un proceso largo.

Estamos hablando de procesos de varios años, que exceden un mandato presidencial. A Chile le llevó 6 años pasar estos exámenes en los comités, en el caso de Colombia llevó 8. Con lo cual la OCDE y el Secretario General también quieren evaluar la sostenibilidad del proceso. También, cuál es el ecosistema de actores que juega, porque en este proceso de acceso no es únicamente el Gobierno nacional el que tiene que rendir pruebas, muchas pruebas tienen que ser rendidas por las provincias.

¿Puede esperarse entonces que en esta visita haya reuniones con diversos actores más allá de los representantes del Gobierno?

Recordemos que la OCDE evalúa las competencias en políticas públicas donde se origina. Casi un tercio de este cuerpo jurídico de 250 buenas prácticas están relacionadas con ambiente, que es una competencia de las provincias. Las cuestiones relacionadas al capital humano, educación y salud también son competencia de las 23 provincias y la Ciudad de Buenos Aires. Y lo mismo ocurre con la economía extractiva, energía, minería, pesca, o aquellas buenas prácticas que tienen que ver con el buen gobierno, la toma de decisiones basadas en evidencia o el funcionamiento de los distintos poderes, cómo tener una Justicia independiente, moderna, ágil, los mecanismos de lucha contra la corrupción y el lavado de dinero de fuentes ilícitas, los organismos de control interno y externos… Esas cuestiones están tanto en el gobierno nacional como en el gobierno provincial, con lo cual es un trabajo muy importante que también tiene que hacerse a nivel de las 24 jurisdicciones.

También hay que tener en cuenta que en la OCDE, si bien es un organismo internacional conformado por gobiernos, tiene una pata dedicada a la actividad de las empresas, que está conformada justamente por las asociaciones empresarias de los países miembros de la OCDE. En Argentina participan como observadores tanto la Unión Industrial Argentina como la Cámara Argentina de Comercio y Servicios, y pasa lo mismo con el sector sindical: los sindicatos también forman parte de la gobernanza de la OCDE junto con las empresas, y a nivel sindical por Argentina participa la CGT como miembro observador junto con las asociaciones sindicales de los países miembros de la OCDE.

¿Cuáles son los beneficios de ingresar en la OCDE?

Vamos a arrancar por el beneficio final, que me parece importante visualizar. El acceso a la OCDE es una herramienta que te permite pasar del subdesarrollo al desarrollo en 25 años. Tenemos los casos de los países europeos, después de la Segunda Guerra Mundial, que se refundaron. No nos olvidemos que la OCDE es la continuación del Plan Marshall que pusieron en marcha Estados Unidos y Canadá para reconstruir a los países europeos luego de la Segunda Guerra. La OCDE se conforma con 20 países, 18 europeos más Estados Unidos y Canadá. Luego, estas buenas prácticas de la OCDE se expandieron hacia los países de Europa y el Este, que salían del yugo comunista. Esos países están muy avanzados en su desarrollo. También se expandió en la década del 60 hacia Asia, con Japón, que ingresó en 1964, y después con Corea del Sur, que ingresó en 1996.

No es la primera vez que citas a Corea del Sur como un caso de éxito.

Corea del Sur es realmente un modelo muy válido para mostrar cómo en 25 años un país puede pasar de ser subdesarrollado a convertirse en la doceava economía desarrollada del mundo, en el sexto exportador mundial. Corea del Sur tuvo un aumento de su PBI per cápita de más del 250% en 25 años. Ese es el resultado final, ser un país desarrollado en 25 años.

¿Argentina puede seguir ese camino? ¿Se pueden esperar efectos en el corto plazo por el solo hecho de ir cumpliendo los pasos del proceso de acceso?

En el medio tenés un montón de avances. Hoy, las empresas argentinas, sobre todo aquellas que salen al mundo, ya se benefician de un costo de capital más bajo por el hecho de que Argentina es un país en acceso a la OCDE. ¿Por qué? Porque las agencias calificadoras de riesgo ven que la OCDE es una herramienta que te permite converger hacia las reglas del mundo desarrollado, en instituciones, en las cuestiones económicas, de capital humano, del ambiente, con lo cual hay una hoja de ruta que señaliza esa convergencia. Y eso disminuye riesgos.

En el marco del proceso de acceso tenés un montón de beneficios que se miden en términos de impacto. Te doy ejemplos con indicadores numéricos. En los países desarrollados, la OCDE estima que el costo de la corrupción es el 1% anual de su PBI. Hay un estudio de la OCDE que indica que en Europa se pierde 120.000 millones de euros anuales a causa de la corrupción. Pero este indicador alcanza el 5% en los países subdesarrollados de América Latina. Esto significa que Argentina, con un PBI promedio de 600.000 millones de dólares (situamos el PBI de fines de 2022), todos los años pierde, a causa de la corrupción, 30.000 millones de dólares. Si analizamos la excesiva regulación, que es una de las prioridades de este gobierno, la OCDE también estima que anualmente los países pierden, a causa de la excesiva regulación sobre las personas y sobre las empresas, entre el 1% y el 3% de su PBI.

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¿Qué resultados pueden obtenerse a partir de esa información?

México, trabajando con las buenas prácticas de la OCDE en temas de política regulatoria, logró disminuir casi 2,5% de su PBI, bajando trámites innecesarios. Es lo que está haciendo ahora Federico Sturzenegger desde el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado. Si tomamos la parte más baja de esos indicadores, es decir el 1%, estamos hablando de 6.000 millones de dólares que se pierden todos los años por excesiva regulación hacia las empresas y hacia los individuos. Y agarramos un tercer ítem, que tiene que ver con las compras públicas, otro de los temas importantes de agenda del gobierno. En América Latina, las compras públicas representan entre el 10% y el 15% del PBI. Volviendo a tomar a Argentina, si agarramos ese 10%, ese 10% son 60.000 millones de dólares que se van en compras y contrataciones públicas, en promedio. Ahora, la OCDE tiene determinado que existen sobreprecios por cartelización de la obra pública y de las compras públicas, que representan hasta el 25% del contrato.

Y si vemos algunos casos que han sido denunciados, sobre todo en el gobierno kirchnerista, como la causa de los cuadernos, podemos decir que este 25% nos quedamos cortos. Bueno, ese 25% sobre 60.000 millones de dólares, estamos hablando de 15.000 millones de dólares adicionales. Si agarramos los 30.000 que se van por la corrupción, los 6.000 que se van por exceso regulatorio, y los 15.000 que se van por cartelización de las compras públicas, estamos hablando de más de 50.000 millones de dólares que se van de nuestras arcas por no contar con las herramientas adecuadas.

El impacto puede verse en diversos ámbitos.

Y te paso un indicador más, del área de salud. Argentina tiene en su inversión en salud, sumando todos los niveles, casi la misma inversión que tienen los países desarrollados. ¿Pero cuál es el problema de Argentina? No es lo que se invierte en salud, sino que el impacto es malo. ¿Por qué? Porque la gobernanza del sistema, la rendición del sistema es mala. Hay una multiplicación de acciones duplicadas entre el gobierno nacional, los gobiernos provinciales, las obras sociales, la medicina prepaga, las obras sociales sindicales, y todo eso hace que, por más que se gaste en agregado, que se invierta, lo mismo que en un país desarrollado, el impacto sea muchísimo menor.

Y si vamos a otro tema importantísimo de capital humano, que es la educación, en las pruebas PISA Argentina está, si tomamos por ejemplo matemática, en el puesto 71 sobre 80 países. Es decir que tenemos un muy mal impacto de la calidad educativa por muchas razones, y eso es un problema para las futuras generaciones. Y eso también tiene que ver con la sostenibilidad de las transformaciones, porque vos podés hacer transformaciones económicas en el corto plazo, pero si no tenés un buen sistema de salud que invierta y que tenga impacto, y un buen sistema de educación que invierta y que tenga impacto, las transformaciones económicas no van a ser sostenibles en el tiempo.

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¿Cómo se logra que sean sostenibles en el tiempo?

A mí me gusta comparar a la OCDE con un centro de alto rendimiento deportivo. En las charlas que he dado por todo el país, una que me gustó mucho fue en Bahía Blanca, donde está el centro de alto rendimiento deportivo de Pepe Sánchez, gran basquetbolista de la NBA. Vos llegás al centro y tenés lo último en herramientas para crear a un deportista de alto rendimiento. Tenés computadoras, médicos, psicólogos, nutricionistas, rutinas… Tenés absolutamente todo para que una persona se convierta en un deportista de alto rendimiento. ¿Pero qué pasa? Si la persona no tiene el propósito de querer convertirse en deportista y después la regularidad de ir todos los días a entrenarse, a seguir la dieta, a seguir con los tratamientos, todo eso no sirve absolutamente de nada. La OCDE es como el centro de alto rendimiento deportivo de Pepe Sánchez en Bahía Blanca.

Ofrece los instrumentos pero el cambio depende de lo que haga el país.

Tenés a los mejores expertos en todos los temas. La OCDE tiene más de 300 comités y grupos de trabajo, donde tenés los expertos de los 38 países miembros. Recordemos que la OCDE es un organismo internacional que no busca replicar el sistema de Naciones Unidas, de casi 200 miembros. Hay únicamente 38 países, que originan el 75% de la inversión y el 60% del comercio global. Y establecen a través de estos estándares internacionales prácticas que se obligan a utilizar entre sí para construir confianza y para invertir entre ellos y comercializar entre ellos. Este principio de ayuda mutua, de cooperación mutua se basa en la confianza de decir ‘todos utilizamos las mismas reglas’. Ahora bien, la OCDE te da todo eso, te da la hoja de ruta, te da los técnicos -que son más de 15.000- y los podés utilizar en el buen sentido. Ahora, si vos no tenés el propósito de convertirte en un deportista de alto rendimiento y no tenés la regularidad de ir todos los días durante varios años, la OCDE no te va a servir para nada.

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El cambio tiene que venir de adentro.

Acá lo más importante es la toma de conciencia no sólo a nivel del gobierno nacional. La mayor parte de las transformaciones hay que hacerlas en las provincias, hay que hacer muchas transformaciones en las empresas. Hay cuestiones de la OCDE que tocan la gobernanza corporativa, la conducta empresarial responsable y si las empresas no siguen las buenas prácticas de la OCDE va a ser muy difícil que Argentina construya un verdadero mercado de capitales, que es necesario justamente para financiar el desarrollo a largo plazo. Hoy el mercado de capitales en Argentina es inexistente por varias razones de la coyuntura y de la historia pero también porque tenemos que hacer un upgrade importante en la práctica empresaria. Y también se tiene que hacer a nivel de los sindicatos, de la sociedad civil. Es una transformación que tiene que hacer cada ciudadano, cambiar el chip para pasar de ser un país subdesarrollado a ser un país desarrollado.

¿Para todo eso es la visita del secretario general de la OCDE al país?

Es lo que se está haciendo ahora. Esta visita del secretario general permite hacer una suerte de lanzamiento del proceso con los distintos actores. El secretario general va a tener reuniones con los gobernadores y de alguna manera, es para crear conciencia. En los últimos dos años han recorrido más de dos tercios de las provincias de nuestro país y todavía falta mucha toma de conciencia acerca de lo que significa la OCDE y cómo esas buenas prácticas pueden fortalecer y consolidar un montón de oportunidades para nuestro territorio. Hoy Argentina se encuentra en una situación geopolítica que no se da, creería, desde fines de la Primera Guerra Mundial, cuando éramos el granero del mundo.

¿En qué sentido?

Hoy el mundo está en una situación de guerra que genera inseguridad energética, que genera inseguridad alimentaria, venimos de una pandemia que también nos expone a nuevos desafíos en cuestiones de salud y hoy el mundo necesita energía y Argentina la tiene y tiene capacidad tanto en energía convencional, petróleo y gas, como no convencional, como renovables, como energía nuclear. El mundo hoy también se encuentra en una transición hacia la electromovilidad: Europa ya decidió que en el 2035 no va a haber más autos a combustión fósil, esos autos necesitan baterías que utilizan el litio y el cobre que tenemos en toda nuestra cordillera. El mundo necesita alimentos y Argentina tiene capacidad para producir alimentos para casi mil millones de personas en un mundo de ocho mil millones de personas.

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Con la energía, con la minería, con la alimentación, con el turismo, con la economía y conocimiento, Argentina puede duplicar su nivel de exportaciones en un promedio de cuatro a seis años y pasar hoy de los casi 90 mil millones de dólares que exportamos de manera casi en promedio en los últimos años que estamos estancados a 180 mil o 200 mil millones de dólares en base a estos cinco motores de crecimiento, que están distribuidos en todo el país, pero para poder aprovechar ese potencial, las herramientas de la OCDE son críticas. Aprovechemos que los países miembros de la OCDE, generan tres cuartas partes de la inversión en el mundo y 60% del comercio para desarrollar estas relaciones de confianza, para mejorar nuestras políticas públicas, sobre todo en los territorios, porque al final del día esas inversiones y ese comercio no van ni a la Casa Rosada, ni al Ministerio de Economía, ni a la Cancillería, van a las provincias y para eso es fundamental que los gobernadores, los empresarios y los emprendedores de las provincias tomen conciencia. Porque gran parte del acceso a la OCDE se va a jugar en las provincias y en las empresas.

¿De ahí tu decisión de seguir acompañando el proceso desde otro lugar?

Cuando uno trabaja en temas de política internacional, donde hablas con todos los actores, ve que es una política que exige ver más allá de las alternancias de los eventuales gobiernos. Lo que te puedo decir es que mi decisión es seguir contribuyendo a impulsar el acceso de Argentina a la OCDE, que vengo haciendo desde hace 9 años: cuatro años en el gobierno del presidente Macri y estos últimos cinco años desde mi actividad privada, trabajando con organismos internacionales, con empresas, con provincias y con la sociedad civil. Hace falta construir muchísimas capacidades, en los territorios, en empresas, crear más conciencia a nivel de la sociedad civil, a nivel de la academia, a nivel de los sindicatos, y a su vez, de alguna manera, meter todo esto dentro de un mecanismo regional.

¿Crees que otros países de la región pueden también aprovechar esa oportunidad?

Antes te decía que la OCDE se creó en su primera parte para reconstruir Europa después de la Segunda Guerra Mundial. Y hoy América Latina tiene cuatro países miembros: México fue el primero, en 1994. Después Chile, en 2010, Colombia en 2020 y Costa Rica en el 2021. Pero tiene tres países más candidatos, que son Argentina, Brasil y Perú. Y si miramos las cosas en un horizonte de mediano plazo, de acá a 10, 12 años, América Latina va a ser la segunda región OCDE del mundo. Con lo cual, mi principal objetivo es también ayudar a que este proceso avance y sobre todo que tenga una construcción a largo plazo.