Buenos Aires — El presidente Javier Milei busca, junto a su asesor Damián Reidel, que Argentina se convierta en uno de los 4 polos de inteligencia artificial en el mundo. Según Reidel, los planetas se alinearon para que eso sea posible.
Para que eso suceda, el Gobierno trabaja en un esquema de baja regulación que permita al país diferenciarse de los tres principales centros de inteligencia artificial: la Unión Europea, China y los Estados Unidos.
Bloomberg Línea conversó con dos ejecutivas del sector tecnológico para analizar las ventajas y los desafíos que tiene el país para concretar ese objetivo.
Según Silvia Tenazinha, directora general Salesforce, entre las ventajas que tiene el país está el huso horario. “Estamos en el mismo huso del mayor nivel de consumo de la costa este de Estados Unidos”, dice. También el capital humano: “Tenemos buenos profesionales, un buen nivel de inglés”.
Sofía Vago, CEO de Accenture Argentina, menciona algunos de los desafíos para el mercado local sea más competitivo: “Somos uno de los países con mayor carga tributaria para el comercio exterior y tenemos una cantidad de impuestos distorsivos en general para el consumo internos y para la exportación que nos hacen caros en muchos sentidos”.
Aún así, la economía del conocimiento ya representa, según Vago, el tercer sector exportador: “Esto puede seguir creciendo. Hay muchísima demanda que hoy tenemos del exterior para seguir desarrollando y creciendo en empleo”.
Tenazinha sostiene que en Argentina el 11% de las compañías “están usando de forma productiva la inteligencia artificial o modelos sofisticados comerciales”, y que un mayor desarrollo del sector será el fruto de una articulación público y privada.
En lo que respecta a los centros de servicios que distintas empresas internacionales han instalado en el país, la CEO de Accenture hace hincapié en que el costo del recurso humano en Argentina es eficiente: “Tenemos un valor adicional en nuestro talento, con lo cual hay que diferenciar un poco lo que es bajo costo de lo que es costo eficiente”.
No obstante, reconoce que distintos países de la región están siendo competitivos, como Brasil o Colombia, y que en esos casos se debe mucho a “la estabilidad, la previsibilidad, con los proyectos a largo plazo, tiene que ver con varias razones, y tiene que ver también un poco con el costo”.
