Ajuste de Milei pone contra las cuerdas a la industria ensambladora de Tierra del Fuego

Las fábricas de Río Grande, que antes funcionaban 24 horas, ahora cierran temprano. La crisis económica y el desempleo reflejan el impacto de las políticas del nuevo Gobierno argentino

Una recientemente cerrada fábrica textil en Río Grande
Por Patrick Gillespie y Silvia Martinez
01 de octubre, 2024 | 06:00 AM

Bloomberg — En mejores épocas, quienes descendían a las llanuras patagónicas de Tierra del Fuego, azotadas por el viento, eran recibidos por representantes de las mayores empresas argentinas con ofertas de trabajo que hasta cuadruplicaban lo que podían ganar en cualquier otra parte del país.

Cuatro décadas después, el único vuelo diario que aterriza de madrugada en la ciudad de Río Grande es recibido por desempleados conduciendo Uber y compitiendo con taxistas para llevar a pasajeros por US$5 como máximo.

Los afortunados que aún tienen trabajo se mueven por calles embarradas hasta las fábricas para ensamblar teléfonos Samsung y sistemas de aire acondicionado. Pero si el año pasado las fábricas de electrónica, plásticos y textiles de la ciudad bullían de actividad las 24 horas del día, ahora muchas cierran a primera hora de la tarde, una vez que los trabajadores terminan sus turnos.

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Recuperación en fabricación de productos electrónicos  | Contracción afectó al motor económico de Tierra del Fuego

Las exenciones fiscales concedidas hace medio siglo animaron a muchas empresas a instalarse en Tierra del Fuego, la provincia insular de montañas, glaciares y pingüinos en el extremo sur de la Patagonia, donde el continente da paso a la Antártida. Hoy en día, el principal centro de producción electrónica de Argentina y los habitantes de la región están siendo llevados al límite por la terapia de shock del presidente Javier Milei, la cual busca volver a poner en pie la moribunda economía del país. En Río Grande, el polo industrial en el fin del mundo, se sabrá si el experimento rendirá frutos.

En realidad, Río Grande lleva mucho tiempo en declive. Años atrás, el sueldo mensual de un maestro bastaba para alquilar una casa, amueblarla y llevar de vacaciones a una familia. La situación ha cambiado mucho: La pobreza se ha disparado ya que la provincia de Tierra del Fuego ha perdido uno de los mayores porcentajes de puestos de trabajo en el sector privado de cualquier provincia desde que Milei asumió el poder en diciembre: el 10% de los aproximadamente 37.900 puestos que tenía el mes anterior.

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“Es una situación bastante triste a lo que era hace un año atrás”, dijo Pablo Blanco, senador nacional por la provincia de Tierra del Fuego. “Si no tenés para comer o salir adelante, no te vas a comprar un televisor, un aire acondicionado o un celular”.

La ciudad industrial, la mayor de la isla por población y la más afectada por la austeridad de Milei, no cuenta con ninguno de los atractivos naturales que atraen a los turistas a las montañas nevadas y los plácidos lagos de Ushuaia, más al sur. También es la pesadilla de un urbanista: una amalgama de casas móviles de latón y residencias de madera de una sola planta sobre suelo industrial y fábricas gigantescas que se desparraman sobre zonas residenciales.

En invierno, la gente practica deportes de interior o se queda en casa, acurrucada cerca de sus estufas de leña. Requiere cierta dureza aguantar lo peor, tanto en la vida como en el trabajo.

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La producción de productos electrónicos, principal pilar de la isla, cayó cerca de un 50% en el primer semestre del año en comparación con el mismo periodo del año anterior, según Ana Vainman, directora ejecutiva de la Asociación de Fábricas Argentinas Terminales de Electrónica, o AFARTE. Sin embargo, parece que se está recuperando en la segunda mitad del año, a medida que los duros días de invierno se alargan hasta la primavera. Los supermercados y las tiendas de artículos para el hogar ofrecen ahora hasta 12 meses de financiación sin intereses.

Obviamente en la medida en que no mejore el poder adquisitivo del salario, se va a hacer difícil. Pero el aumento de la financiación es una herramienta que está ayudando y eso ya lo estamos viendo”, dijo desde su oficina en Buenos Aires, donde residen todos los ejecutivos de las empresas.

Máquinas sin operar en la planta textil de Barpla Foto: Luján Agusti/Bloomberg

Desde que asumió la presidencia, Milei ha logrado poner coto a la inflación galopante, la promesa que le llevó a ser elegido presidente de una Argentina al borde del colapso. Pero la amarga solución —el brutal recorte de costos en todos los aspectos de la vida cotidiana— ha causado una profunda recesión que ha disparado la pobreza y el desempleo a niveles que rivalizan con la pandemia. Ahora Milei tendrá que convencer a la gente de que puede frenar la espiral de precios y reactivar la economía.

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Cada vez más, la segunda parte de esa ecuación será la clave de su éxito. El sector informal de Argentina —aproximadamente la mitad del mercado laboral total— perdió más de 500.000 puestos de trabajo sólo en el primer trimestre, mientras que en la mano de obra formal los empleados en nómina han perdido empleo durante 10 meses seguidos. Las encuestas del gobierno muestran que más del 20% de los fabricantes de todo el país prevén despedir empleados en los próximos tres meses. Se entiende entonces que ahora, las encuestas muestran que la preocupación por el desempleo ha superado a la inflación como principal preocupación de los votantes.

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Si en definitiva es un remedio que cure la enfermedad y bueno, fue asqueroso tomar el remedio, pero va a valer la pena”, dijo Juan Pablo Guaita, gerente general de Aires del Sur, el cual vende alrededor del 10% de los aparatos de aire acondicionado en Argentina.

Mientras tanto, en su fábrica en el corazón de Río Grande, 160 trabajadores sueldan tubos de cobre, ensamblan piezas en miniatura en paneles de control y las encajan en armaduras de plástico enviadas desde China. La cifra es superior a los 140 trabajadores de antes, pero ni de lejos se acerca a los 420 que emplean durante la temporada alta de verano.

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No sabremos si estamos de acuerdo o no con todo lo que estamos viviendo hasta el final”, añadió Guaita.

La Tierra del Fuego debe su nombre a los fuegos encendidos por sus tribus indígenas, los selk’nam y los yahgan, que vislumbraron los primeros exploradores europeos. La isla está dividida en dos por una línea que separa el escasamente poblado flanco occidental chileno del centro fabril argentino. Más al este se encuentran las islas Malvinas, por las que Argentina entró en guerra con el Reino Unido en 1982. Al sur del archipiélago se encuentra el Canal de Beagle, cedido a Chile en un tratado de 1984.

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Austeridad de Milei agrava crisis del empleo en Argentina

En 1972, cuando esas tensiones aún bullían, el gobierno argentino comenzó a conceder a empresas exenciones fiscales inimaginables, las cuales aún siguen vigentes. Tuvo éxito. Fabricantes de productos electrónicos como Royal Philips NV e Hitachi Ltd., la petrolera estatal YPF SA llegaron a la isla y la población pasó de unos 13.000 habitantes en 1970 a 200.000 en la actualidad. Durante el boom de los años 80, las anchas y cuadradas calles principales de la ciudad estaban flanqueadas por casinos, cines y tiendas de productos importados que no se podían encontrar en las pobres y áridas provincias del norte, de donde procedían la mayoría de los trabajadores.

Era una isla de fantasía”, dijo Santiago Pauli, asambleísta del partido libertario de Milei, mientras tomaba mate azucarado en su despacho de Río Grande, amueblado con dos mesas de madera vacías, un mapa de papel de la ciudad y una pequeña bandera argentina.

Afuera, bolsas de plástico enganchadas en los alambrados y pallets de madera desechados, a menudo quemados por los manifestantes durante las huelgas, ensucian el paisaje. El desaparecido cine es ahora un edificio de apartamentos, y el casino permanece vacío. En toda la provincia, la pobreza pasó del 32% en los tres últimos meses de 2023 a casi el 50% en los tres primeros meses de este año, uno de los aumentos más pronunciados del país, según estimaciones basadas en datos del gobierno.

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El dolor comenzó en la década de 1990, cuando el entonces presidente argentino Carlos Menem —uno de los ídolos de Milei, que ató el peso al dólar de EE.UU.— privatizó la compañía petrolera nacional y despidió a miles de personas. También abrió el país a las importaciones, inundando el país con productos más baratos fabricados en el extranjero. La economía local se reactivó bajo el mandato de Cristina Fernández de Kirchner, quien llevó el proteccionismo a nuevos máximos, pero volvió a caer cuando el pro-empresarial Mauricio Macri abrió algunas importaciones, acabando con la producción en la isla de computadoras portátiles.

Aunque Milei ha cortado con una motosierra el presupuesto del Estado, no ha tocado la ley de exención de impuestos que mantiene a flote a la isla, a pesar de que cuesta aproximadamente el 0,3% del PIB en ingresos perdidos cada año, según datos del gobierno. Ha dicho que bajará los aranceles y suavizará las normativas, pero con la escasez de dólares en el banco central, aún está lejos de poder ofrecer a los argentinos los productos importados baratos que ansían.

Guaita, de Aires del Sur, admitió que “abren la importación y vos te fundís”, pero señaló que los funcionarios del gobierno de Milei habían visitado el polo industrial con más frecuencia que ningún otro gobierno en la historia reciente.

El caso de Tierra del Fuego es una anomalía en muchos sentidos. La materia prima necesaria en la manufactura llega por barco a Buenos Aires antes de iniciar un viaje por carretera de 3.000 kilómetros hacia el sur, a través de pastizales llenos de ovejas y vacas que en el pasado impulsaron la economía argentina. A continuación, los productos se envían de vuelta a la capital. No es de extrañar que los productos electrónicos cuesten en Argentina entre dos y tres veces más que en el vecino Chile.

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Uno de los últimos intentos de conectar la isla con el mundo por mar se abandonó a medio camino; el rompeolas abandonado del puerto alberga una colonia de lobos marinos. El gigante argentino de la electrónica Mirgor —que opera en la isla extensas plantas de alta tecnología que producen sistemas de control climático para empresas como Ford Motor Co. y Volkswagen AG, además de teléfonos para Samsung Electronics Co.— está aceptando el reto.

Como parte de un esfuerzo para reinventar la economía de Tierra del Fuego —un requisito de la renovación de la ley de exención de impuestos en 2021— Mirgor comenzaría la construcción de un puerto de US$500 millones a 24 kilómetros al norte de la ciudad en los próximos seis meses. El objetivo es no solo aminorar la pesadilla logística, sino servir de puerto de abastecimiento a la Antártida y ayudar a embarcar el abundante petróleo y gas.

En estos 40 años que tiene historia Mirgor, ha sabido pasar todas las crisis y todos los momentos”, dijo desde Buenos Aires Juan Donal, vicepresidente de asuntos corporativos de la empresa. “Esto es una más y vemos que está pasando”.

Al final de un congestionado puente de un solo carril que conecta las fábricas y el centro de la ciudad con la parte más pobre, la carretera principal se convierte en un camino de tierra. Aquí, una mujer menuda, de pie sobre un pallet de madera desechado que hace las veces de felpudo, da la bienvenida a la gente a su garaje reconvertido en cocina comunitaria, donde sirve tres comidas a la semana.

María Elizabeth Leyes, de 51 años, empezó a cocinar junto a un grupo de mujeres en 2022 para ayudar a aliviar su propia depresión y ansiedad, explicó desde la penumbra de su cocina, apoyando la mano en un congelador lleno de pollos pequeños que hornea o cocina en guisos.

Ya veníamos mal. Entonces, supongo que la gente se cansó”, explica sobre la inesperada victoria de Milei. “La gente, acostumbrada a otro pasar acá, creyó en este hombre que dijo que iba a sacar a la casta. No sabían que iba a empezar por ellos mismos”.

El suyo es uno de los 72 comedores sociales de la ciudad, de unos 98.000 habitantes. Lo que antes donaban las familias de clase media, ahora lo llevan a los mercados de fin de semana para obtener ganancias, y las aportaciones de los mayoristas de alimentos han disminuido de lotes semanales a un goteo mensual, dice. A medida que Milei recortaba las transferencias discrecionales a las provincias, los presupuestos para programas de ayuda social también han desaparecido.

“Va a llegar un momento que la gente no le va a dar más el cinturón para decir ya está”, dijo Leyes. “Lo que pasa es que todavía tira”.

Gustavo Melella, gobernador peronista de Tierra del Fuego, atribuye la derrota de su partido ante Milei a su incapacidad para calmar la inflación. Los peronistas despilfarradores estuvieron en el poder durante 16 de los últimos 20 años, y muchos votantes siguen considerándolos responsables de gran parte de la pobreza que envuelve al país.

Con un gobierno que no lleva mucho tiempo en el poder, la gente aún tiene esperanzas, según Melella, ex alcalde de Río Grande. “Cuando la gente vea que no hay crecimiento, no hay avance, no empiece a vivir mejor, y ahí se va la paciencia”, dijo.

A pesar de todo el sufrimiento, es difícil encontrar a alguien en Río Grande que eche toda la culpa a Milei. Al igual que los frágiles árboles que crecen paralelos al suelo para sobrevivir a los vientos huracanados, los habitantes de la isla son muy resistentes.

Ezequiel Ruiz, de 26 años, lleva un mes conduciendo Uber desde que lo despidieron de su trabajo en una empresa de logística. Su pareja, quien perdió su trabajo unos meses antes de la llegada de Milei, lucha por sacar adelante su empresa de catering. Ruiz dice que no votó a Milei y que a duras penas consiguen llegar con sus dos hijas a fin de mes. Pero no se da por vencido.

“Siempre tuve esperanza de que se acomode Argentina”, dice mientras conduce por el malecón desierto con vistas al brillante océano Atlántico Sur. “Un cambio rápido no iba a suceder con ningún presidente”.