Buenos Aires — “Argentina recauda y gasta, en cantidad, como un país desarrollado, pero pagan más los que menos tienen”, afirma el informe de performance del sistema tributario argentino que este martes publicó el Centro de Estudios Tributarios (CET) de la Universidad Austral.
Sobre ese punto, se destaca que Argentina (última información disponible 2021) recauda “un 60% de impuestos regresivos por cada unidad de gasto social, mientras que los desarrollados un 40%”.
“La elevada inflación agrava aún más el carácter regresivo de nuestro sistema tributario. En 2022 el impuesto inflacionario presentó el valor más alto de la serie, profundizando aún más la inconsistencia entre quienes reciben el gasto del Estado y quienes, en cierto punto, lo financian”, agrega.
El nivel de presión tributaria es similar al de los países desarrollados y también el nivel de gasto público consolidado “se parece mucho más al de los países desarrollados que al de los países emergentes o de Latinoamérica”, dice el CET de la Universidad Austral. “El nivel elevado de gasto público, que genera un déficit fiscal permanente”, agrega.
La presión tributaria ronda el 30% en Argentina, cuando el promedio de los países se ubica alrededor del 20%. “Más presión tributaria y más gasto público, en el sentido que nuestro país viene teniendo, no están originando crecimiento económico”.
Variación de impuestos
El informe destaca que durante el 2022 el Gobierno de Alberto Fernández “mantuvo la tendencia alcista de la presión tributaria mostrada en los primeros dos años”, mientras que en 2023, terminó mostrando una caída de esa presión, vinculado a “situaciones coyunturales en un año electoral y no de una política tributaria deliberada”.
En ese ámbito se ubica la caída de la recaudación del impuesto a la exportación (1,22%), por una menor venta de granos en el año de la sequía. Y también una caída del impuesto a las Ganancias (0,4%) por la propuesta del exministro de Economía Sergio Massa, de dejar de cobrar este tributo a la cuarta categoría de asalariados.
Los cuatro tributos que más aportaron a la recaudación durante el 2023 son los mismos que en los dos años anteriores, aunque con “dos particularidades”: IVA (un cuarto de la recaudación nacional (27,8% en 2023), aportes y contribuciones (18,2%), impuestos provinciales (18,2%) y Ganancias (16,5%).
Hubo un tributo que durante el 2023 creció considerablemente: el impuesto PAIS, representando el 3% en la participación relativa de impuestos al “duplicar su peso en la recaudación alcanzando el 0,8% del PBI, producto de un incremento nominal del 324%”.
“No se observan en los últimos 14 años cambios significativos que conduzcan a dotar de mayor progresividad al sistema tributario, sino más bien modificaciones coyunturales con un fin recaudatorio”, dice el CET.
Esto podría cambiar durante el Gobierno de Javier Milei, que en su campaña prometió una fuerte reducción de impuestos, pese a que “las primeras medidas de su gobierno no avizoran una baja de la presión tributaria ni una simplificación del Sistema tributario”.
Además de proponer ahora la reincorporación del impuesto a las Ganancias para la cuarta categoría de asalariados, intentó sin éxito aumentar las retenciones para determinadas actividades industriales y agrícolas.
Performance del sistema tributario argentino
El CET elabora un indicador que refleja cuánto le cuesta a los países recaudar. Mientras más costoso es recaudar para un país, más complejo es su sistema tributario. En 2022 marcó un puntaje de 4,5, igual que el año anterior. Según el informe, “Argentina se sigue ubicando en la zona de ‘logra parcialmente los objetivos’”.
“Argentina -comparado con los países de la OCDE- se encuentra entre los últimos 8 países con sistemas más complejos y en el último puesto con relación a la alícuota de impuesto a las ganancias de empresas”, concluye la CET.