Estos son los cuatro destinos turísticos más infravalorados de México

Prístinas ciudades coloniales, aguas cristalinas de lagos, cerámicas pintadas a mano: uno de estos destinos podría ser su próximo viaje soñado

Habitas Tulum | Riviera, Maya (Yucatan) Luxury Hotel, Resort, and Travel Photographer | Architecture + Lifestyle | Tanveer Badal Photography // TANVEERBADAL.COM
Por Gina Hamadey
27 de octubre, 2024 | 03:18 PM

Bloomberg — En el año 2023 visitaron Cancún diez millones de personas, es decir, 1 de cada 4 turistas que visitaron México ese año. Tratándose de un país tres veces el tamaño de Texas, rico en cultura, arte y naturaleza, este dato resume perfectamente la problemática del turismo excesivo: las personas descienden a uno o dos puntos destacados mientras docenas de lugares espectaculares pasan en gran medida desapercibidos.

Cuando México se dispone a preparar su temporada alta, que se extiende desde las vacaciones invernales hasta el receso primaveral, está haciendo todo lo que puede por diseminar las multitudes más allá de Cancún.

El Tren Maya facilita el acceso acceso de los viajeros a Campeche una cuidad colonial con enormes murallas.

A comienzos de este año se inauguró un aeropuerto en Tulum, con vuelos a diario desde Dallas, Miami y Nueva York. En Mérida, otro aeropuerto se encuentra en las fases finales de una ampliación a gran escala que doblará sus llegadas nacionales e internacionales.

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Además, el esperadísimo, aunque muy cuestionado Tren Maya, inaugurado en diciembre, conectará destinos en cinco estados del este del país, suma a su creciente red de rutas las estaciones de Chetumal y Bacalar.

Sin embargo, todavía quedan numerosos destinos menos conocidos para aquellos que buscan una experiencia sin multitudes. He aquí cuatro destinos que conservan un secreto digno de conservar, aunque ahora sean más accesibles que nunca.

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El secreto de la costa

Tras una década de gasto gubernamental restaurara y repintar numerosas fachadas coloniales del centro y sus imponentes murallas fortificadas, Campeche está listo para su portada. Facilitando el acceso está el nuevo Tren Maya, de US$28.500 millones, que para justo en el centro de la ciudad, depositando a los viajeros que han hecho el viaje de 300 millas (482 km) y seis horas desde Cancún a Campeche.

Tal y como están las cosas, la mayoría de los turistas de la capital costera son “viajeros experimentados procedentes de Europa”, dice Sébastien Larmier, propietario y director de Narrativ, una colección de alquileres de alta gama en la ciudad. “Pero cada vez viene más gente de EE.UU. y Canadá. Es un fenómeno nuevo”.

Reconoce que el tren ha llegado con una buena dosis de controversias y preocupaciones medioambientales. (Entre otras cosas, su construcción ha arrasado grandes franjas de selva tropical y ha puesto en peligro a las poblaciones locales de jaguares, pumas, ocelotes y armadillos).

Pero como nativo francés, Larmier dice que ha visto de primera mano cómo una conexión ferroviaria entre dos ciudades puede transformar la economía local. “Cambiará la vida de las pequeñas ciudades de la península de Yucatán”, predice.

Haga de una de las casas de lujo de Narrativ, como la Casa Japa, una mansión del siglo XVIII con cuatro dormitorios inaugurada en 2023, su base de operaciones para explorar los alrededores de la ciudad, incluido su sendero del Malecón de seis kilómetros, que abraza la costa y ofrece las mejores vistas de la puesta de sol de la ciudad.

O pruebe la Hacienda Puerta Campeche, un gran hotel recientemente adquirido por Six Senses Resorts & Spas.

El pueblo en sí es la principal atracción, con excelentes restaurantes como La María Cocina Peninsular o La Casa de los Murmullos; este último sirve cenas de fusión franco-maya de siete platos.

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Pero también puede utilizar Campeche como plataforma de lanzamiento para excursiones de un día a ruinas mayas menos visitadas como Edzná, que contiene 16 kilómetros cuadrados de pirámides y palacios bien conservados, o paseos en barco por los cercanos manglares de Los Petenes, repletos de sábalos.

Una alternativa mágica a Tulum

El diminuto Bacalar ha sido una estrella en ascenso desde que el gobierno mexicano lo incluyó en la lista de Pueblos Mágicos de México en 2006, una designación que reconoce características espectaculares como su homónima Laguna de Siete Colores.

En 2021 recibió su primer eco-resort de lujo, un puesto sólo para adultos de Habitas que domina el lago de Bacalar, de brillantes colores, desde sus cabañas con forma de tienda de campaña. Pero es ahora, en 2024, cuando resulta más fácil visitar el pueblo, gracias al nuevo aeropuerto de Tulum que reduce a la mitad el trayecto de casi cinco horas en coche al sur desde Cancún.

Llegue a los cenotes y selvas de Bacalar antes de que el pueblo se vuelva tan popular como sus vecinos del norte. Los cenotes locales para nadar son algunos de los más grandes de México; se parecen más a pequeños lagos que a las cuevas que encontrará más arriba en la riviera, siendo el Cenote de la Bruja, uno de los favoritos por sus profundas aguas azul noche.

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Habitas también es un destino en sí mismo.

Hay cenas especiales en honor a la luna llena, un DJ los fines de semana, ceremonias de temazcal (cabaña de sudación) y rituales de cacao que implican chocolate caliente y meditación (¡un combo difícil de discutir!) en un guiño a las raíces mayas de la zona.

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No se pierda la cena en Siete, el restaurante de dos plantas del complejo construido entre las copas de los árboles de la selva. El chef ejecutivo Jonathan Navarrete, que se formó en el NOMA de Tulum y en el Estimar de Barcelona, utiliza ingredientes locales para crear delicias como la carne de cerdo cocinada a fuego lento con puré de piña.

La otra cara de Baja

La capital de la fiesta de Baja California Sur siempre ha sido Los Cabos, sin lugar a dudas, pero la capital real, La Paz, vuela bajo el radar. Durante años se la ha visto como prometedora, pero nunca ha llegado del todo en términos turísticos. Quizá sea por diseño.

Mientras que Los Cabos, en el extremo de Baja California, rebosa de gigantescos complejos turísticos y cruceros, La Paz optó por no ampliar su puerto, impidiendo que los cruceros atracaran allí.

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Pero se están abriendo nuevos restaurantes y bares: el antiguo chef de cocina de Pujol, Alejandro Villagomez, está cocinando en su primer local en solitario, Nemi, donde utiliza productos locales y marisco para elaborar platos de bella composición.

Sunrise/Sunset es un nuevo bar de zumos que se centra en los vinos naturales una vez que llega la tarde y la noche. Y Toto Frito (el nombre significa “todo frito”) ha desarrollado un gran número de seguidores por sus po’boys (emparedados de New Orleans)) de ostras de origen sostenible y sus tacos de pescado, todo ello servido en un comedor en el que no se permite el plástico.

Ahora también hay un lugar estupendo donde alojarse, cortesía del Grupo Habita, con sede en Ciudad de México, que en 2021 inauguró el Baja Club Hotel, de cinco plantas. Sus 32 habitaciones de estilo terroso tienen acceso a una piscina Miami-chic y a un bar en la azotea con vistas al Mar de Cortés.

Sobre el Mar de Cortés: esta prístina zona marina está repleta de aventuras, ya sea nadando con focas, pescando atún o buceando entre formaciones rocosas volcánicas. Y, a diferencia de las playas rocosas de Cabo, algunas de las calas de aquí están abiertas para nadar, como Playa Pichilingue y El Coromuel, que cuenta con sombrillas de palapa con techo de paja y aguas claras y tranquilas donde podrá avistar coloridos pececillos que le rodearán los tobillos.

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El intercambio de San Miguel

Si la ultramoderna Ciudad de México es la elección obvia para un urbanita al sur de la frontera, San Miguel de Allende es su pareja artística e histórica: una ciudad colonial justo al sur de la capital, con carácter y multitudes de sobra. Para encantos similares con menos notoriedad, pruebe Puebla.

En realidad está más cerca de la capital: 131 kilómetros (80 millas) por carreteras lisas en lugar de 170. También es más grande (es la cuarta ciudad más grande de México), pero aún así parece menos abarrotada de turistas y absolutamente rebosante de arte.

Los azulejos esmaltados de Talavera adornan la mayoría de los edificios, incluido el palaciego hotel Banyan Tree en el centro de la ciudad, y puede comprar vajillas hechas con el mismo barro rojo de colores brillantes por toda la ciudad.

Hay nuevas razones para ir, incluida una floreciente escena vinícola que se beneficia de amplias franjas de tierra fértil alrededor del volcán Popocatépetl, a unos 65 kilómetros al oeste de los límites de la ciudad.

Aunque muchos viñedos son aún demasiado nuevos para visitarlos, hay excepciones como Entreerres, donde podrá maridar pinot noir y garnacha con generosas tablas de quesos y embutidos en una bonita terraza frente al activo y humeante pico.

Ese mismo suelo es el que confiere a los chiles poblanos, tradicionalmente de Puebla, el sabor picante que caracteriza al plato local más famoso, los chiles en nogada, dice Zach Rabinor, fundador de la agencia de viajes de lujo Journey Mexico. “Hay entusiasmo y esperanza de que la misma tierra única que hace que los chiles de Puebla sean tan especiales contribuya también a un vino único y excelente”, afirma.

Irónicamente, una de las características más antiguas de la ciudad, una serie de túneles secretos de 500 años de antigüedad, se encuentra también entre sus atracciones más recientes, ya que no fue descubierta hasta 2016. Los huéspedes del hotel Banyan Tree Puebla tienen un acceso privilegiado, ya que uno de los túneles conduce directamente a su jardín.

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