Bloomberg Línea — Durante las últimas dos décadas, la tasa de homicidios en América Latina y el Caribe fue, de manera sistemática, mayor que en otras regiones del mundo, según lo consignaron el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en un nuevo estudio.
En 2022, la región registró 20 homicidios por cada 100.000 habitantes, cifra que triplica la tasa observada a nivel mundial, de acuerdo con los datos hasta julio de 2024 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
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“El crimen es una carga significativa para nuestras sociedades y el desarrollo económico. Limita el crecimiento, genera desigualdad y desvía la inversión privada y pública. Debemos unirnos y redoblar esfuerzos para cambiar esa realidad”, fueron las palabras de Ilan Goldfajn, presidente del BID.
Un incremento en la tasa de homicidios, que se presenta en diferentes países tanto de Centroamérica como de Sudamérica, tiene además un impacto anticipado en el turismo de los países de la región. Según el informe, este aumento anticipa caídas en el ingreso de turistas internacionales en los años subsiguientes.
Y es por esta razón que las empresas que perciben el crimen, el robo y el desorden como un obstáculo para sus operaciones, tienen una productividad entre 10% y 35% menor que aquellas empresas que no reportan estos obstáculos a nivel regional
En América Latina y el Caribe, como conjunto, “el Fondo Monetario Internacional estima que reducir los niveles de homicidio al promedio mundial podría incrementar la tasa de crecimiento económico anual en un 0,5%, principalmente debido a mayores inversiones y productividad. Un estudio complementario con datos subnacionales para distintos países de la región sugiere que un aumento del 10% en la tasa de homicidios a nivel municipal reduce la actividad económica en 6,5%”, se señala en el estudio ‘Los costos del crimen y la violencia: Ampliación y actualización de las estimaciones para América Latina y el Caribe’.
Un incremento del 0,5% anual en el PIB implicaría ganancias del 5% para el PIB en 10 años, pero con la necesidad de un enfoque integral que sobrepase el gasto en orden público y en seguridad, es decir, con más inversión social, acceso al trabajo y mejoras en el Estado de derecho.
La región, pese a que tiene apenas el 8% de la población mundial, registra un tercio de los homicidios del mundo, y los grupos delictivos organizados y las pandillas están vinculados al 50% de los asesinatos, más del doble del promedio mundial.
En medio de este panorama, los organismos también cuestionan los avance de los sistemas judiciales de la región, que muestran un rezago en su capacidad para procesar y castigar de manera eficaz los delitos graves.
“Por cada 10 víctimas de homicidio, 8 sospechosos son condenados en Europa, alrededor de 6 en Asia, pero solo 2 en los países del hemisferio occidental”, indicó el FMI en el texto.
¿Cuánto cuestan el crimen y la violencia en América Latina?
Los organismos multilaterales también presentaron en el informe los costos que suponen el crimen y la violencia para la economía de los 22 países de América Latina y el Caribe.
Los costos directos de ambas causas promediaron el 3,44% del PIB en 2022 , “un porcentaje levemente inferior al registrado en 2014 (3,64%)”. En el mismo año, los gastos en seguridad por parte de las empresas privadas representaron el 47% del costo total del crimen, mientras que el gasto estatal en prevención del crimen representó el 31% y la pérdida de capital humano el 22%.
Si se discrimina por subregiones, en Centroamérica, el promedio de los costos directos del crimen y la violencia fue de 3,46% del PIB; en el Caribe, los costos promediaron 3,83% del PIB; mientras que en la Región Andina y el Cono Sur promediaron 3,22% y 3,2% del PIB, respectivamente.
Ese costo de 3,44% del PIB, que reseñan ambos organismos, equivale al 78% del presupuesto público de la región, el doble de lo destinado a asistencia social y 12 veces el gasto en investigación y desarrollo.
El estudio calculó el costo directo del crimen en tres áreas: pérdida de capital humano (costos del tiempo productivo perdido como resultado de crímenes no letales, homicidios y encarcelamientos), gastos en mitigación del crimen por parte de las empresas y gasto público en prevención del crimen y justicia penal.
“La evidencia muestra que la prevención focalizada y los sistemas efectivos de seguridad y justicia son clave para un cambio duradero. La experiencia práctica del BID trabajando con los países muestra que podemos mitigar el impacto del crimen. Estamos ampliando nuestro impacto en esta área mediante el establecimiento de una Alianza Regional para la Seguridad, la Justicia y el Desarrollo”, concluyó Goldfajn, el presidente del BID.
Por último, el estudio también comparó el costo directo del crimen en Latam con seis países europeos: Polonia, Irlanda, República Checa, Portugal, Holanda y Suecia, donde los costos promedian el 2% del PIB (42% menos que en América Latina y el Caribe). “Reducir el costo del crimen a estos niveles liberaría el equivalente a casi el 1% del PIB de la región para invertir en programas de bienestar social”, se precisó.