Bloomberg Línea — Cada vez más jóvenes latinoamericanos se alejarán de los trabajos tradicionales en la agricultura y manufactura para migrar a sectores como el de servicios, a pesar de que este se caracteriza por enfrentar bajos niveles de productividad laboral en la región, concluyó un informe de la organización Ayuda en Acción y la Cepal.
Al 2030, “bajo un escenario realista”, más de 1,2 millones de jóvenes en 16 países de Latinoamérica dejarían el sector agrícola y cerca de 640.000 dejarían el sector manufacturero, mientras que más de 1,8 millones ingresarían al sector servicios.
Con esto, más del 60% de la juventud ocupada se concentrará en el sector de servicios públicos y empresas (34%) y en comercio (30%), mientras que solo el 8,2% en el sector de agricultura o el 7,4% en construcción, dice el Estudio prospectivo de empleo joven en América Latina: la educación y formación para el trabajo como eje clave.
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En otros términos, cuatro de cada 10 jóvenes ocupados en 2030 serían trabajadores de servicios, otros cuatro se desempeñarían como obreros, y los dos restantes, como profesionales o directivos, señala el documento elaborado por Mariana Huepe, oficial de Asuntos Sociales de la División de Desarrollo Social de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Según el reporte, este fenómeno podría ser de mayor dimensión debido a la intensificación de la migración interna producto del cambio climático y a la reconfiguración de la migración intrarregional.
“Si no se implementan medidas para anticiparse a estos cambios, podría ocurrir que el mayor número de jóvenes buscando empleo supere la demanda de empleo existente, en particular, en zonas urbanas (principales receptores de nuevos trabajadores)”, dijeron los autores.
Asimismo, perciben que el desajuste entre oferta y demanda de empleo podría profundizarse debido a los procesos de automatización, riesgo en el que la población joven se encuentra sobrerrepresentada.
En este marco, estos cambios podrían derivar en mayores niveles de desocupación juvenil y en el aumento de sectores informales y con menores barreras de entrada, como los trabajos en plataformas.
De acuerdo con las proyecciones realizadas, en todos los grupos o clústeres de países, la proporción de jóvenes trabajando en el sector agrícola y en el sector manufacturero disminuiría al 2030, mientras que lo contrario ocurriría en el sector comercio. Sin embargo, la intensidad de este cambio varía según el escenario proyectado, siendo menor en el escenario realista y mayor en el escenario ideal, y según las características de cada grupo de países.
Estudio prospectivo de empleo joven en América Latina: la educación y formación para el trabajo como eje clave.
De acuerdo a los datos publicados por la Cepal, mientras en Brasil la tasa de jóvenes ocupados en área de servicios llegaba al 69,9%, la de jóvenes ocupados en el área industrial era de 21,2%.
En México, la relación era de 58,1% (tasa de jóvenes ocupados en área de servicios) frente 26,9% (tasa de jóvenes ocupados en el área industrial), en Argentina de 71,9% frente 24,4%, en Chile de 71,1% frente a 21,7%, en Colombia de 65% frente a 19,7% y en Perú de 59,2% frente a 16%.
Los “trabajadores de servicios” experimentaron un crecimiento de 8,6 puntos porcentuales en las últimas dos décadas. De hecho, esta es la ocupación que ha experimentado el mayor aumento entre los jóvenes ocupados en Latinoamérica entre 2001 y 2022.
Estos trabajadores se concentran especialmente en servicios públicos, empresas y financieros (31,8%) y en comercio, hotelería y restaurantes (30,1%).
Cuando las personas jóvenes trabajan, lo hacen mayormente como trabajadores asalariados (empleados) (72% de los ocupados en 2022, en el caso de los hombres, y 73% en el caso de las mujeres).
Sin embargo, “al analizar el periodo 2012-2022, se evidencia que el porcentaje de trabajadores asalariados ha ido disminuyendo paulatinamente, mientras que el peso de los trabajadores por cuenta propia ha aumentado tanto en hombres como mujeres jóvenes”, dice el reporte.
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Una de las conclusiones es que los jóvenes en Latinoamérica se enfrentan a desigualdades y una situación de desventaja, pues no solo les cuesta más encontrar empleo, sino que cuando lo logran acceden a trabajos de menor remuneración y mayor desprotección.
En 2022, más del 20% y del 37% de las personas ocupadas entre 15 y 29 años recibían ingresos laborales menores a la línea de la pobreza y a los salarios mínimos nacionales.
Para ese mismo año, el 31% de las personas entre 15 a 19 años se encontraba en situación de pobreza, y el 8,5% en situación de pobreza extrema.
Estos porcentajes disminuyen a 22% y 5,7%, respectivamente, en la población entre 20 y 24 años, y a 21,5% y 5,6%, respectivamente, en la población entre 25 y 29 años.
Y si bien “la incidencia de la pobreza entre la población joven es menor que entre las personas de 14 o menos años, supera el porcentaje de pobreza y pobreza extrema de la población adulta”.
Los autores concluyen que el hecho de que niñas, niños, adolescentes y jóvenes se encuentren particularmente afectados por situaciones de pobreza y pobreza extrema es “particularmente preocupante debido al efecto que tiene la escasez de recursos para el proceso de desarrollo y las trayectorias de inclusión social y laboral, así como para la reproducción intergeneracional de la pobreza”.
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