Bloomberg — Las exportaciones de Japón aumentaron más de lo esperado en octubre, ya que la demanda de China y del resto de Asia se mantuvo firme incluso ante las crecientes incertidumbres en los mercados de ultramar.
Las exportaciones aumentaron un 3,1% respecto a hace un año, lideradas por el fuerte crecimiento de los envíos de equipos de fabricación de chips, especialmente las ventas a China, según informó este miércoles el Ministerio de Finanzas. La vuelta al crecimiento se produjo tras la primera caída de las exportaciones en 10 meses, en septiembre.
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El resultado de octubre superó la estimación de consenso de los economistas de un aumento del 1%, y también se vio respaldado por los envíos de productos médicos a EE.UU..
Las importaciones subieron un 0,4%, frente al descenso del 1,9% previsto por los economistas. El déficit comercial se amplió a 461.200 millones de yenes (US$2.980 millones) desde los 294.100 millones de yenes.
El crecimiento mayor de lo previsto avivará las esperanzas de que la economía japonesa pueda mantenerse en la senda de la recuperación con el comercio como renovado apoyo. Aunque el Producto Interno Bruto (PIB) del país se expandió por segundo trimestre consecutivo en el periodo hasta septiembre, el ritmo se ralentizó porque las exportaciones netas lastraron los resultados globales.
“Los datos de hoy aumentan las esperanzas de un repunte de la demanda exterior en el trimestre octubre-diciembre”, declaró Hiroshi Miyazaki, investigador principal del Instituto de Investigación Itochu. “Las medidas de estímulo del gobierno chino han frenado el deterioro de su economía, invirtiendo un declive anterior”.
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El mes pasado, las exportaciones a China aumentaron un 1,5% tras caer un 7,3% en septiembre, con un aumento de un tercio en las exportaciones de equipos para la fabricación de semiconductores. En la segunda economía mundial hay indicios de que los agresivos esfuerzos de estímulo emprendidos por el gobierno están empezando a dar sus frutos en algunos sectores, impulsando el consumo.
Las exportaciones japonesas aumentaron en octubre a pesar de que el yen se fortaleció frente al dólar en relación con el mismo periodo del año anterior. El mes pasado el yen se cotizó a una media de 145,87 por dólar, un 2% más fuerte que un año antes, según el ministerio.
El crecimiento de los envíos se produce mientras las autoridades se preocupan por las perspectivas del comercio mundial ahora que Donald Trump se prepara para regresar a la Casa Blanca. Los líderes empresariales mundiales se preparan para el impacto del creciente proteccionismo si Trump cumple su promesa de aplicar aranceles generalizados al 60% de las importaciones procedentes de China y al 20% del resto del mundo.
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Algunas regiones ya están mostrando un debilitamiento de la demanda. En octubre, los envíos a EE.UU. cayeron un 6,2%, mientras que los destinados a Europa descendieron un 11,3%, continuando en ambos casos el descenso del mes anterior.
El banco central japonés sigue de cerca la trayectoria de la demanda exterior. El gobernador del Banco de Japón (BOJ), Kazuo Ueda, declaró el lunes que el banco debe evaluar cuidadosamente diversos riesgos, incluidos los relativos a la economía estadounidense, y sus posibles repercusiones, aunque citó la creciente probabilidad de que la Reserva Federal logre un aterrizaje suave.
Una de las principales preocupaciones sobre el comercio de cara al futuro es la promesa del presidente electo de EE.UU., Donald Trump, de imponer aranceles a las mercancías. El precedente de la anterior guerra comercial entre EE.UU. y China en 2018-19 subraya el impacto potencial, ya que un aumento del 1% en los precios de exportación con aranceles incluidos provocó un descenso de 0,35 puntos porcentuales en los márgenes de beneficio de los exportadores chinos, según una investigación del Centro de Economía e Instituciones de China de la Universidad de Stanford. Una dinámica similar podría contrarrestar los beneficios de la depreciación del yen para las empresas japonesas, erosionando las ganancias de rentabilidad.
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“Todavía no estamos en una fase en la que las políticas arancelarias de Trump empiecen a afectar claramente a los volúmenes de exportación o al comportamiento de los exportadores”, dijo Miyazaki. Pero “todavía hay una sensación de incertidumbre. Tenemos que seguir observando la postura política de la próxima administración Trump”.
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