Bloomberg — Las tensiones entre EE.UU. y China pueden pesar sobre los mercados de la energía y las materias primas el próximo año, mientras que las perspectivas siguen siendo brillantes para el oro, dijo ING Groep NV.
Las promesas del presidente electo Donald Trump de imponer aranceles a los socios comerciales, y las posibles represalias, podrían agitar los mercados, incluidos el petróleo, los metales y la agricultura, mientras los operadores también esperan que las medidas de estímulo de China impulsen el consumo, dijo el prestamista en sus perspectivas para 2025.
“Vemos grandes partes del complejo a la baja en 2025 con equilibrios de oferta y demanda relativamente cómodos”, dijeron Warren Patterson y Ewa Manthey en el informe. “La posibilidad de una escalada de las tensiones comerciales es un riesgo a la baja, mientras que los mercados están a la espera de ver si las medidas de apoyo chinas llegan a los mercados de materias primas y cuándo”.
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Aunque es poco probable que Trump mueva mucho la aguja en la producción de petróleo estadounidense, el crudo se verá presionado por el fuerte crecimiento de la oferta no procedente de la OPEP, e ING ve que el Brent se deslizará hasta una media de US$71 el barril el próximo año, desde los niveles actuales en torno a los US$74. Mientras tanto, es probable que las nuevas plantas de exportación de GNL de EE.UU. eleven la demanda interna y los precios, al tiempo que permitirán a Europa compensar más fácilmente los suministros rusos, lo que conducirá a una bajada de los precios del gas natural en la región suponiendo un invierno normal.
El oro continuará la racha de este año de batir récords consecutivos por las preocupaciones geopolíticas, según ING, con precios medios de US$2.760 la onza en 2025 desde los niveles actuales de alrededor de US$2.713. La mayor parte de las compras provendrán de los bancos centrales que buscan diversificar sus reservas de divisas, mientras que el aumento del comercio y las fricciones geopolíticas podrían aumentar el atractivo de refugio del lingote.
Las perspectivas para los metales industriales son más turbias, ya que es probable que influyan los movimientos comerciales, los posibles cambios en las leyes climáticas de Biden y la demanda china, según ING. El cobre se situará en una media de US$8.900 la tonelada en 2025, frente a los niveles actuales por encima de los US$9.200. Es probable que los cereales sean un objetivo clave en cualquier disputa, mientras que las preocupaciones climáticas siguen ejerciendo presión sobre las materias primas blandas, con los precios del cacao y el café a punto de fluctuar aún más el próximo año.
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