Bloomberg — El Banco Central Europeo bajó las tasas de interés por tercera reunión consecutiva, señalando más reducciones el próximo año a medida que la inflación se acerca al 2% y la economía atraviesa dificultades.
La tasa de depósito se redujo en un cuarto de punto al 3%, como pronosticaron todos los analistas menos uno en una encuesta de Bloomberg. Eso eleva la flexibilización total desde junio a 100 puntos básicos. Como muestra de su cambio de postura, la declaración del BCE eliminó la redacción que decía que la política seguirá siendo “suficientemente restrictiva durante el tiempo que sea necesario”.
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“El Consejo de Gobierno está decidido a garantizar que la inflación se estabilice de manera sostenible en su objetivo de mediano plazo del 2%”, dijo el BCE el jueves. “Seguirá un enfoque basado en los datos y reunión por reunión para determinar la postura de política monetaria adecuada”.
A pesar de que no hay un compromiso firme, se espera ampliamente que las reducciones consecutivas de los costos de endeudamiento continúen hasta mediados de 2025, mientras la ya lenta economía de Europa soporta la agitación política en Alemania y Francia, además de un posible impacto en el comercio global por el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.
El temor es que un crecimiento inferior al esperado arrastre la inflación (actualmente del 2,3%) por debajo del objetivo, recordando la era anterior al Covid, cuando la atención se centraba más en estimular los precios que en contenerlos.
Las nuevas proyecciones trimestrales del BCE, publicadas el jueves, reflejan el frágil contexto y revisan a la baja las perspectivas de expansión económica e inflación para el próximo año.
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No es la única directora del banco central que supervisa las reducciones de las tasas. El jueves por la mañana, el Banco Nacional Suizo siguió la decisión del miércoles del Banco de Canadá de recortar las tasas en 50 puntos básicos. Mientras tanto, la Reserva Federal probablemente hará lo mismo la semana próxima después de que los datos del miércoles mostraran que la inflación estadounidense de noviembre estuvo en línea con las expectativas.
Los preparativos para la reunión del BCE de esta semana estuvieron dominados por las preocupaciones sobre las perspectivas de Europa. Si bien el crecimiento se aceleró inesperadamente en el tercer trimestre, los datos recientes indicaron un deterioro, en particular en el sector de servicios, que durante la mayor parte del año había estado compensando la prolongada debilidad de los fabricantes.
Esto ha encendido un debate sobre hasta qué punto el BCE debería reducir los costos de endeudamiento y cuán efectiva sería esa flexibilización monetaria en un momento en que muchos de los desafíos que enfrenta el bloque de 20 naciones (como la escasez de mano de obra y los mayores costos de la energía) son estructurales.
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Los economistas creen que los tipos se estabilizarán en el 2%, mientras que los inversores creen que una campaña más agresiva los dejará en el 1,75%. Si los mercados están en lo cierto, eso probablemente daría lugar a que la política monetaria se tornara expansiva y cayera por debajo de los llamados niveles neutrales.
El italiano Fabio Panetta y el francés Francois Villeroy de Galhau no descartan aventurarse en territorio expansionista, pero Isabel Schnabel, miembro del Comité Ejecutivo, y Joachim Nagel, presidente del Bundesbank, han advertido que no hay que ir demasiado lejos.
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