Bloomberg Línea — La medición de la inflación es un proceso fundamental para entender el comportamiento de los precios en una economía. En términos generales, la inflación refleja el aumento generalizado y sostenido de los precios de bienes y servicios en un periodo de tiempo.
Los Estados, en general a través de agencias estadísticas, son los encargados de llevar a cabo esta medición, que se realiza a través de diversas metodologías con el fin de proporcionar un indicador confiable sobre la evolución del costo de vida.
Es importante entender que la inflación no arroja nivel de precios, sino la variación de estos. Por ende, que un país tenga inflación alta no significa que sea “caro”, per se. Significa que los precios suben mucho.
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Encuestas de consumo
El primer paso para medir la inflación es conocer el patrón de consumo de la población. Esto se logra mediante encuestas realizadas de manera periódica, en las que se recopila información sobre los bienes y servicios que las personas compran regularmente. Las encuestas suelen abarcar una muestra representativa de hogares y cubren diferentes regiones y grupos socioeconómicos.
Con estos datos, se obtiene un perfil del gasto de los hogares que permite a las agencias estadísticas establecer qué productos y servicios son los más importantes para los consumidores.
Canasta de bienes y servicios
Con base en los resultados de las encuestas, se construye una “canasta de bienes y servicios”, que representa el conjunto de productos que los consumidores adquieren con mayor frecuencia. Esta canasta puede incluir alimentos, transporte, vivienda, vestimenta, servicios educativos, salud y entretenimiento, entre otros. Cada país tiene su propia canasta de bienes y servicios, que se actualiza de manera periódica para reflejar los cambios en los patrones de consumo.
Ponderaciones de los productos
Los productos dentro de la canasta no tienen el mismo peso en el cálculo de la inflación. Cada bien o servicio recibe una ponderación, que refleja su importancia relativa en el gasto de los hogares. Por ejemplo, en la mayoría de los países, el costo de los alimentos tiene una mayor ponderación en comparación con categorías como hoteles y restaurantes o entretenimiento, porque representa una parte más significativa del presupuesto de los consumidores.
Las ponderaciones permiten que el cálculo de la inflación sea más representativo del consumo real de la población. Un aumento en el precio de un bien con alta ponderación, como los alimentos, impacta más en la inflación general que un aumento en un bien de menor ponderación. Las categorías pueden incluir, entre otras, divisiones como:
- Alimentos y bebidas no alcohólicas
- Vivienda y servicios básicos
- Transporte
- Educación
- Salud
- Ocio y cultura
- Hoteles y restaurantes
Estas categorías agrupan productos y servicios con características similares y permiten un análisis más detallado de los cambios de precios en la economía.
Medición mensual y anual
La inflación se mide en forma mensual, aunque ese indicador permite sacar conclusiones interanuales (por ejemplo, al comparar la evolución de precios desde septiembre de 2023 hasta septiembre 2024 podemos ver la inflación interanual a septiembre 2024).
También hay quienes siguen con atención la inflación acumulada en el año calendario.
Acumulación de la inflación: interés compuesto
Para calcular la inflación acumulada a lo largo de un período, no es suficiente con sumar las tasas de inflación mensuales. En su lugar, es necesario recurrir al interés compuesto. Esto se debe a que la inflación actúa sobre un valor que ya ha sido ajustado por las subidas de precios anteriores.
Supongamos que un país tiene una inflación del 1% durante los doce meses de un año: sería un error decir que la inflación anual es de 12%, ya que no hay que sumar los porcentajes en forma suelta, sino acumulativa. En ese caso, la inflación anual del país sería del 12,68%.
Promedios de precios
Los precios de los productos de la canasta se recopilan a través de relevamientos en puntos de venta (físicos o digitales), lo que permite obtener una muestra representativa del precio que pagan los consumidores en diferentes lugares y momentos del mes. En lugar de utilizar un solo precio por producto, se calcula un promedio de los precios observados durante el mes. Este enfoque asegura que la inflación refleje de manera más precisa la variación de los precios a lo largo del tiempo.
Para explicar un poco este punto: que un producto cueste US$1 al empezar el mes y US$2 al finalizarlo no implica que la inflación de ese producto sea del 100%, ya que lo que se toma no es el punta a punta, sino la variación promedio.
Esto es porque la inflación se calcula en función del precio promedio durante todo el mes, no solo comparando el precio del primer día con el último.
Los países suelen medir la inflación a través de índices de precios al consumo o índices de precios al consumidor, aunque la nomenclatura oficial cambia dependiendo el lugar.
Ajustes y actualizaciones
Con el tiempo, los patrones de consumo cambian, lo que hace necesario actualizar las encuestas y las canastas de bienes y servicios. Factores como el desarrollo de nuevas tecnologías, cambios en los ingresos y hábitos de consumo influyen en la composición de la canasta. Por ello, los organismos encargados de medir la inflación revisan y ajustan periódicamente sus metodologías para garantizar que la medición sea lo más precisa posible.
La inflación es un indicador clave para los responsables de la política económica, ya que les permite tomar decisiones sobre tasas de interés, políticas fiscales y otras medidas destinadas a controlar los precios y mantener la estabilidad económica.
Inflación y salario
La inflación es clave para entender la diferencia entre el valor nominal y el real de los precios de una economía. A grandes rasgos, si al cabo de un año mi salario de bolsillo creció 10%, pero la inflación fue del 11%, en términos reales perdí poder adquisitivo, más allá de que el recibo de sueldo arroje un número más alto.