Bloomberg — Un repunte de los precios mundiales de los alimentos amenaza con aumentar los costos de las compras de los consumidores este año, justo cuando el mundo agrícola se prepara para posibles interrupciones del comercio.
Un índice de las Naciones Unidas que rastrea los costos de las materias primas alimentarias terminó el año con una subida de casi el 7%, la primera ganancia anual en tres años. Aunque tarda en filtrarse a los supermercados y el indicador sigue estando muy por debajo del máximo alcanzado en 2022, podría suponer un nuevo apretón para los compradores afectados por las presiones inflacionistas más generalizadas de los últimos años.
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Aunque los suministros y los precios de los alimentos están a menudo a merced del impredecible clima, este año podría traer más incertidumbre con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. El presidente entrante ha propuesto aranceles generalizados sobre los bienes importados a EE.UU., y una cuestión clave es cómo afectará cualquier guerra comercial -especialmente con China- a los flujos globales y a los precios de las materias primas alimentarias.
“Hay mucha incertidumbre y la futura dirección de la política es una de esas incertidumbres”, afirmó Monika Tothova, economista de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación. Los riesgos meteorológicos, la geopolítica y la política macroeconómica serán también influencias clave en los precios de los productos básicos en 2025, señaló.
Aunque el índice de precios alimentarios de la FAO en diciembre se redujo ligeramente respecto al mes anterior, sigue estando cerca del nivel más alto desde abril de 2023. Las subidas del año pasado se debieron principalmente al aumento de los costes del aceite vegetal -el aceite de palma subió debido a la escasez de suministros-, así como a las subidas de los productos lácteos y la carne. Los costes de los cereales se suavizaron en medio de una oferta abundante.
Las recientes tendencias observadas en los aceites vegetales y los cereales podrían continuar este año, según Tothova. Mientras tanto, los precios de la carne y los productos lácteos podrían bajar, salvo que se produzcan brotes importantes de enfermedades animales, afirmó.
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Rabobank dijo el mes pasado que espera que la escasez de aceite de palma se prolongue hasta 2025, lo que haría subir los precios. También ve un déficit de trigo, en contra de la buena oferta en los mercados de maíz y soja.
Por ahora, sin embargo, los mercados esperan claridad sobre las estrategias comerciales de EE.UU. una vez que Trump jure su cargo a finales de este mes.
"Las políticas de la nueva administración estadounidense y las respuestas de otras regiones, en particular China y Europa, conformarán las perspectivas para 2025", señalaron los analistas de Rabobank Carlos Mera y Oran van Dort en el informe del mes pasado. "Dadas las perspectivas de guerra comercial, los márgenes de los agricultores y procesadores de alimentos se verán presionados en diferentes puntos según los países y las materias primas".
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