Bloomberg Línea — Las monedas estables fueron el foco de las operaciones ilícitas en criptomonedas o criptodelitos en 2024 y abarcaron el 63% de todas las transacciones ilícitas, a medida que el interés por BTC se disipa luego de que en 2021 fuera “inequívocamente la criptomoneda preferida por los ciberdelincuentes”, probablemente debido a su alta liquidez, concluyó el reporte The Chainalysis 2025 Crypto Crime Report.
La estimación parcial es que en 2024 se contabilizaron unos US$40.900 millones recibidos por direcciones ilícitas, de los cuales US$10.800 millones correspondieron a transacciones para “organizaciones de actores ilícitos”.
Esta cifra podría elevarse hasta los US$51.000 millones “dadas las tendencias históricas”, explicó Chainalysis , firma de análisis en el mercado de criptomonedas.
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Por ejemplo, en enero del año pasado esa firma calculó inicialmente criptodelitos por US$24.200 millones para 2023, pero un año después la estimación actualizada es que pudieron llegar a los US$46.100 millones.
Este aumento corresponde al análisis de las operaciones de varios tipos de organizaciones de actores ilícitos, entre ellas, aquellas que brindan infraestructura en cadena y servicios de lavado de dinero para actores ilícitos y de alto riesgo, según el informe.
Desde 2020, las estimaciones anuales de actividad ilícita han crecido un promedio del 25 % entre los períodos de informes anuales.
Entre tanto, en 2024 los fondos robados aumentaron un 21% interanual hasta los US$2.200 millones y los recursos se sustrajeron principalmente de los servicios de finanzas descentralizadas (DeFi).
De acuerdo al reporte, las vulneraciones de claves privadas representaron la mayor parte (43,8%) de las criptomonedas robadas en 2024.
Llama particularmente la atención que los piratas informáticos norcoreanos robaron más US$1.340 millones, “lo que representa el 61% del importe total robado durante el año”.
Las estimaciones de criptodelitos de Chainalysis incluyen los fondos enviados a direcciones que han sido identificadas como ilícitas y recursos robados en ataques a criptomonedas.
En todo caso, se excluyen los ingresos provenientes de delitos no relacionados con las criptomonedas, como el tráfico de drogas tradicional o el lavado de activos.
De otra parte, el volumen de transacciones criptográficas asociadas con la actividad ilícita cayó al 0,14% desde el 0,61% en 2023, pero también se espera que esta proporción aumente con el tiempo.
No obstante, explica que históricamente estas tasas se mantienen constantemente por debajo del 1%.
En 2022, el volumen de transacciones criptográficas asociadas a operaciones fraudulentas llegó al 0,31%, mientras que en 2021 fue de 0,12% y en 2020 de 0,70%.
Según Chainalysis, el protagonismo de las monedas estables dentro de los criptodelitos parte de una tendencia global en la que estas “ocupan un porcentaje considerable de toda la actividad criptográfica”.
Explicó que el crecimiento interanual total de la actividad de las monedas estables se ubicó en torno al 77%.
A pesar de estas tendencias que afectan a todo el ecosistema, “algunas formas de delitos criptográficos, como el ransomware y las ventas en el mercado de la red oscura (DNM), siguen estando dominadas por BTC”.
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