Bloomberg Línea — John Alfred Tinniswood, que el pasado abril se convirtió en el hombre más viejo del mundo, murió en la mañana de este 26 de noviembre, a los 112 años.
El fallecimiento fue anunciado por su familia a través de un comunicado enviado a Guinness World Records, en el que se lee: “Su último día estuvo rodeado de música y amor”.
Tinniswood vivió durante años en una residencia de ancianos en Southport, al noroeste de Inglaterra, razón por la que sus allegados no dudaron en agradecer a quienes estuvieron pendientes de él, siguiendo su ejemplo.
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“A John siempre le gustaba dar las gracias. Así que, en su nombre, queremos dar las gracias a todos aquellos que lo cuidaron a lo largo de los años, incluidos sus cuidadores en la residencia de ancianos Hollies Care Home, sus médicos de cabecera, enfermeras de distrito, terapeutas ocupacionales y otros miembros del personal”.
Tinniswood nació el 26 de agosto de 1912, cuatro meses después del hundimiento del Titanic, y apenas 20 años tras la fundación del equipo de fútbol de sus amores, el Liverpool FC, al que alentó hasta el final de sus días.
Por supuesto, tuvo que ser testigo de los conflictos más atroces de la humanidad y llegó a ser el veterano de la Segunda Guerra Mundial con mayor edad del mundo. En ese entonces, prestó sus servicios en el equipo administrativo del Cuerpo del Ejército Real.
Un dato curioso es que la reina Isabel II, que murió en septiembre de 2022 y era 14 años menor que él, le envió una tarjeta de felicitaciones cuando Tinniswood cumplió su primer siglo de vida.
¿Cuál era la receta de Tinniswood?
Aunque una de las obsesiones contemporáneas es encontrar la receta para vivir más tiempo sin dejar de verse joven, John Alfred Tinniswood aseguró que ese tema siempre lo tuvo sin cuidado y hasta le restó importancia.
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El pasado abril, en diálogo con Guinness World Records, cuando fue preguntado por el secreto de su longevidad, dijo que era “pura suerte”. Sin titubeos y darle mucha vuelta al asunto, comentó: “O vives mucho o vives poco, y no puedes hacer mucho al respecto”.
Lo que sí recomendó Tinniswood fue evitar los excesos para vivir bien, más allá del tiempo al que esté destinado en la Tierra: “Si bebes demasiado, comes demasiado o caminas demasiado, si haces demasiado de cualquier cosa, tarde o temprano sufrirás”.
A decir verdad, las únicas certezas eran su dieta: una ración de pescado y patatas fritas todos los viernes, y su búsqueda por no perder la autonomía pese a su edad: administrar sus finanzas, escuchar las noticias en la radio y acostarse sin ayuda en las noches.
Tinniswood, que se convirtió en el hombre más longevo del mundo en abril, tras la muerte del venezolano Juan Vicente Pérez (114 años), tuvo una hija llamada Susan, producto del amor hacia su esposa Blodwen, quien falleció en 1986, además de cuatro nietos y tres bisnietos.
