Bloomberg — Israel declaró que su ejército atacó el principal cuartel general de Hezbolá en el sur de Beirut en una oleada de nuevos atentados con bomba, lo que supone una importante escalada de las hostilidades en Líbano.
Las Fuerzas de Defensa de Israel llevaron a cabo un “ataque preciso” contra el centro de mando central del grupo militante respaldado por Irán el viernes, dijo el portavoz Daniel Hagari en una declaración por vídeo. Las oficinas estaban situadas bajo edificios residenciales, dijo.
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Columnas de humo naranja y negro se elevaron en el barrio de Haret Hreik, densamente poblado de Beirut, donde el grupo tiene oficinas y centros. La televisión mostró imágenes de los equipos de rescate buscando entre los escombros. La Agencia Nacional de Noticias, dirigida por el Estado, dijo que seis edificios habían sido arrasados por los ataques aéreos.
El ataque se produjo poco después del discurso del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, en el que prometió seguir adelante con la operación militar en Líbano, desafiando los esfuerzos de Estados Unidos para garantizar un alto el fuego. Su oficina distribuyó más tarde una foto suya aprobando el asalto a Beirut.
“Mientras Hezbolá elija el camino de la guerra, Israel no tiene elección y tiene todo el derecho a eliminar esta amenaza”, afirmó. Reflejando la posibilidad de una escalada mayor, la oficina del Primer Ministro dijo que volaría de regreso de Estados Unidos antes de lo previsto, rompiendo la convención israelí al viajar en el Sabbat judío.
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Los medios locales israelíes dijeron que el objetivo de la operación podría haber sido matar al secretario general de Hezbolá, Hassan Nasrallah, aunque no se pudo verificar inmediatamente su paradero.
Preguntado sobre si Nasralá era la motivación del ataque, un alto funcionario israelí ni confirmó ni desmintió, aunque citó un comentario anterior de Netanyahu de que “ya basta”.
Estados Unidos y sus aliados se han esforzado por conseguir una pausa en los combates entre Israel y Hezbolá tras días de intensos ataques transfronterizos con cohetes. Crece el temor a que el conflicto se convierta en una guerra regional que podría arrastrar a Washington y a Teherán, patrocinador de Hezbolá.
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Los acontecimientos de este viernes demuestran que Israel no busca una tregua, declaró el primer ministro libanés, Najib Mikati. Hezbolá es también un partido político libanés con gran influencia en la política nacional. Muchos en el país se oponen a la ideología del grupo y lo acusan de hacer el juego a Irán en la región.
Israel ha bombardeado Líbano con intensos ataques aéreos desde el domingo, matando a más de 700 personas, entre ellas al menos 50 niños, según funcionarios libaneses. Decenas de miles de personas han huido de los bombardeos en las regiones del sur y el noreste del país.
Uno de los principales objetivos declarados de Israel en la campaña de Hezbolá es el regreso de los residentes de las comunidades del norte del país, desplazados debido a casi 12 meses de lanzamiento transfronterizo de cohetes entre ambas partes.
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Hezbolá comenzó a disparar misiles contra Israel justo después del inicio de la guerra del país con Hamás en Gaza el pasado octubre, luchando en apoyo del grupo palestino. Tanto Hezbolá como Hamás han sido designadas organizaciones terroristas por Estados Unidos.
Hezbolá ha afirmado que seguirá luchando hasta que se alcance un acuerdo para al alto el fuego en Gaza, perspectiva que parece lejana tras varios meses de estancamiento de las conversaciones.
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