Bloomberg — Un avión de Spirit Airlines (SAVE) fue alcanzado por las balas cuando aterrizaba en la capital de Haití, lo que llevó a las autoridades a cerrar el principal aeropuerto de una nación atrapada en una furiosa guerra de pandillas.
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El vuelo procedente de Fort Lauderdale fue desviado a República Dominicana el lunes y una azafata reportó “lesiones leves”, dijo la aerolínea en un comunicado.
“Una inspección reveló evidencia de daños a la aeronave consistentes con disparos”, dijo Spirit. “No se reportaron heridos de huéspedes”.
Un vuelo de JetBlue Airways Corp (JBLU) de Haití a Nueva York también fue alcanzado por una bala el lunes, dijo la compañía en un comunicado el martes.
Spirit dijo que estaba deteniendo el servicio a la capital de Haití, Puerto Príncipe, y a la ciudad norteña de Cap-Haitien “a la espera de una evaluación adicional”. American Airlines Group Inc (AAL) y JetBlue también suspendieron los vuelos a Haití, y American lo atribuyó a “disturbios civiles”.
En un comunicado separado, la embajada de Estados Unidos en Haití dijo que las operaciones en el principal aeropuerto internacional del país, el Toussaint-Louverture, habían sido canceladas, como resultado de “los esfuerzos liderados por pandillas para bloquear los viajes hacia y desde Puerto Príncipe, que pueden incluir violencia armada e interrupciones en carreteras, puertos y aeropuertos”. La FAA dijo que otros dos vuelos estadounidenses con destino al aeropuerto de Puerto Príncipe fueron desviados como medida de precaución.
El incidente marca una escalada de violencia para la nación más pobre del hemisferio.
Más de 4.900 personas han sido asesinadas este año en Haití, según la ONU, y más de 700.000 han sido desplazadas a medida que las pandillas toman el control de grandes partes del país. Más de 5,4 millones de personas, o aproximadamente la mitad de la población, pasan hambre.
Los políticos locales no han logrado contener la violencia, y sus esfuerzos se han visto envueltos en luchas internas. El domingo, el primer ministro Garry Conille fue destituido por un consejo de transición a menos de seis meses de su mandato, lo que pone en duda la capacidad del gobierno para organizar elecciones largamente esperadas.
El aeropuerto es particularmente crítico en un momento de migración masiva fuera de Haití. Se estima que 1,1 millones de personas de ascendencia haitiana viven en Estados Unidos, y casi la mitad de ellas viven en Florida. Los vuelos diarios a Haití cuestan alrededor de US$400 ida y vuelta, en múltiples aerolíneas.
En marzo, las pandillas ya habían cerrado con éxito el aeropuerto después de una fuga masiva de la prisión. Luego, en junio, llegó al país el primer contingente de una Fuerza de Seguridad Multinacional liderada por Kenia, con la tarea de estabilizar Haití.
El lunes, la fuerza de seguridad dijo en un comunicado que continuaría asegurando la “infraestructura crítica del gobierno” y apoyando a la Policía Nacional de Haití en su lucha contra las pandillas.
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