Bloomberg — Irán disparó el martes unos 200 misiles balísticos contra Israel, en una brusca pero breve escalada entre adversarios de Oriente Próximo que amenazó con desencadenar una nueva ronda de ataques, mientras el primer ministro Benjamin Netanyahu prometía tomar represalias.
La andanada comenzó hacia las 19.30, hora de Israel, después de que Estados Unidos advirtiera horas antes de la inminencia de un ataque. Las Fuerzas de Defensa de Israel dijeron que muchos de los misiles habían sido interceptados y los informes indicaban que una persona había muerto en Cisjordania.
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El ataque del martes fue una represalia después de que Israel llevara a cabo una dramática serie de ataques contra Líbano en los últimos días, matando al líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, en un ataque aéreo en Beirut y enviando fuerzas terrestres a través de la frontera. Teherán también había amenazado con tomar represalias después de que el líder político de Hamás fuera asesinado en Teherán en julio, un ataque del que se culpó a Israel.
No hubo una evaluación independiente de los daños causados por el ataque. Mientras que Israel y Estados Unidos dijeron que era limitado, la televisión estatal iraní, citando al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC), dijo que el 90% de los misiles alcanzaron objetivos estratégicos en Israel. Los videos tomados de los ataques entrantes indicaron que algunos lograron atravesar la cacareada red de defensa aérea del país.
“Irán cometió un gran error esta noche, y lo pagará”, dijo Netanyahu en la apertura de una reunión de su gabinete de seguridad. “El régimen de Irán no entiende nuestra determinación de defendernos y nuestra determinación de tomar represalias contra nuestros enemigos”.
Horas más tarde, las Fuerzas de Defensa de Israel dijeron que habían lanzado nuevos ataques contra objetivos de Hezbolá en el Líbano.
Los precios del petróleo subieron más de un 5% en medio de preocupaciones de interrupciones en el suministro de la región rica en energía. Mientras tanto, el persistente repunte de las acciones se desvió de su curso, mientras que los bonos y el oro también subieron a medida que los inversores se retiraron a los refugios seguros.
El presidente Joe Biden dijo que el ataque parecía haber sido “derrotado e ineficaz”. Anteriormente, el asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, calificó el ataque como una “escalada significativa” por parte de Irán y dijo que Estados Unidos estaba trabajando con Israel en una respuesta.
Biden había ordenado al ejército estadounidense que ayudara en la defensa de Israel, y los destructores navales estadounidenses dispararon alrededor de una docena de interceptores durante el ataque, dijo el Pentágono.
Los ataques fueron la última escalada de un conflicto más amplio que comenzó cuando Hamas, también apoyado por Irán, atacó al estado judío el 7 de octubre. Israel ha rechazado los llamados a un alto el fuego de Estados Unidos y otros países, y dijo el mes pasado que está cambiando el enfoque de las operaciones militares de su campaña en la Franja de Gaza hacia el Líbano.
“Estamos al borde de una guerra total entre al menos Israel y Hezbolá, que podría ser devastadora para el Líbano y bastante dolorosa para Israel”, dijo Bruce Riedel, exalto funcionario de inteligencia de Estados Unidos y miembro no residente del Centro de Política de Medio Oriente de Brookings. “Si traen también a los iraníes, toda la región va a estar en riesgo”.
El ataque del martes se produjo con una advertencia mínima, en contraste con el ataque de abril que Irán telegrafió con mucha anticipación e involucró misiles y aviones no tripulados que se movían más lentamente. Eso ayudó a la fuerza aérea israelí a derribar la gran mayoría de los proyectiles con la ayuda de Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Jordania.
Después de ese ataque, Israel lanzó un ataque mínimo que parecía diseñado para demostrar su capacidad para atacar sitios iraníes sensibles, sin provocar una guerra total.
El lunes, las tropas israelíes habían comenzado lo que el gobierno de Netanyahu dijo que eran “incursiones terrestres selectivas” en el Líbano junto con ataques aéreos en los suburbios del sur de Beirut, y el ejército informó más tarde de “intensos combates”. Hezbolá disparó una salva de cohetes en respuesta.
La Unión Europea, que al igual que Estados Unidos ha tenido poco éxito en controlar o poner fin a los combates en Gaza o Líbano, dijo en un comunicado que “sucesivas oleadas de ataques y represalias han estado alimentando una espiral incontrolable de conflicto”.
Estados Unidos ha reforzado su postura militar en Oriente Medio en los últimos días, dijo el Pentágono, y anunció el lunes que enviaría unos pocos miles de soldados adicionales a la región, incluidos escuadrones de aviones de combate adicionales. El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, dijo el martes a su homólogo israelí, Yoav Gallant, que Estados Unidos está “bien posicionado” para defender a sus aliados, socios y tropas estadounidenses de las amenazas iraníes. Los dos discutieron las “graves consecuencias” de un ataque directo contra Israel, según una lectura de la llamada.
Irán tiene un arsenal “sustancial” de misiles balísticos y de crucero capaces de alcanzar objetivos a una distancia de hasta 2.000 kilómetros (1.200 millas) de sus fronteras, dijo en abril la Agencia de Inteligencia de Defensa de Estados Unidos en su evaluación anual de amenazas globales. Agregó que el año pasado Teherán “se centró en desplegar una nueva generación de sistemas de largo alcance para contrarrestar a Israel”.
Desde principios de 2023, dijo la DIA, Teherán ha presentado tres nuevos misiles capaces de golpear a Israel desde la parte occidental de Irán, incluido un misil de crucero de ataque terrestre y un misil balístico que, según afirma, es hipersónico.
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