Bloomberg — En los últimos días de su administración, el presidente Joe Biden está presionando para reforzar la posición de Ucrania frente a Rusia antes del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.
Eso se debe a que el presidente electo se ha comprometido a poner fin rápidamente a la guerra iniciada por el ruso Vladimir Putin hace casi tres años. Eso significa probablemente un acuerdo negociado, y Biden está intentando dar al presidente ucraniano Volodymyr Zelenskiy la mano más fuerte posible.
Entre las recientes medidas de Biden destaca la de permitir a Kiev atacar objetivos militares más al interior de Rusia, una medida que Moscú y el bando de Trump consideraron inmediatamente una escalada innecesaria.
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También en rápida sucesión esta semana, la Casa Blanca aprobó el envío de minas terrestres antipersona, perdonó casi US$5.000 millonesde deuda y sancionó a un importante banco ruso que gestiona los pagos por la venta de gas natural.
Esos pasos, entre otros que aún se están considerando, forman parte de los planes de Biden de hacer todo lo posible para reforzar a Ucrania antes de que Trump tome posesión, según una persona familiarizada con la postura estadounidense, que pidió no ser identificada al hablar de deliberaciones privadas.
La estrategia pretende ayudar a Zelenskiy mostrando que Ucrania tiene el potencial de tomar represalias contra Rusia si continúa con las hostilidades, dijo la persona.
Putin ha respondido rápidamente. Aprobó una nueva doctrina nuclear que rebajaba el umbral para el lanzamiento de armas atómicas tácticas, y después disparó un nuevo misil balístico hipersónico contra Ucrania capaz de transportar ojivas de ese tipo.
Eso no significa que los recientes movimientos de Biden no sean del todo bien recibidos por Trump, que podría utilizar una Ucrania más fuerte como moneda de cambio hacia un acuerdo que podría enmarcar como una victoria.
“Algunas de las decisiones que Biden está tomando ahora podrían ayudar a Trump, al colocar probablemente a Trump en una posición más fuerte para poner fin a la guerra, con Ucrania en una posición más fuerte para cualquier negociación”, dijo Shelby Magid, subdirector del Centro de Eurasia del Consejo Atlántico.
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Aún así, Trump, algunos de los elegidos de su gabinete y sus sustitutos han cuestionado las decenas de miles de millones de dólares estadounidenses prometidos para apoyo financiero y militar.
El representante Michael Waltz, elegido para ser asesor de seguridad nacional de Trump, criticó la decisión de permitir a Kiev disparar ATACMS de fabricación estadounidense más profundamente en Rusia esta semana.
"Es otro paso en la escalera de la escalada, y nadie sabe adónde va esto", dijo en una entrevista en Fox & Friends, calificando el paso como un desarrollo "táctico".
Trump, en cambio, “está hablando de gran estrategia. ¿Cómo sentamos a ambos lados a la mesa para poner fin a esta guerra? ¿Cuál es el marco para un acuerdo, y quién está sentado en esa mesa?”, dijo.
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La Casa Blanca y el Pentágono también se apresuran a agotar los últimos fondos asignados por el Congreso para la defensa de Ucrania, que ascienden aproximadamente a US$9.000 millones. Estados Unidos ha proporcionado hasta ahora más de US$64.000 millones a Ucrania en ayuda militar, según el Departamento de Estado.
"El presidente Biden se ha comprometido a asegurarse de que cada dólar que tenemos a nuestra disposición salga por la puerta de aquí al 20 de enero", dijo el secretario de Estado Antony Blinken a los periodistas en la sede de la OTAN a principios de este mes, refiriéndose a la fecha de la toma de posesión de Trump.
"Nos estamos asegurando de que Ucrania tenga las defensas aéreas que necesita, que tenga la artillería que necesita, que tenga los vehículos blindados que necesita", dijo.
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La capacidad de Biden para aumentar los suministros de armas a Ucrania tiene límites, ya que la mayor parte del dinero restante solo puede utilizarse para armas que ya se encuentren en los arsenales del Pentágono. Reducirlo demasiado pondría en peligro la propia defensa de EE.UU.
La administración Biden también había considerado pedir públicamente una invitación oficial para ingresar en la OTAN, pero decidió no hacerlo dadas las escasas probabilidades de éxito a corto plazo. Putin también ha enmarcado la adhesión, que los aliados dijeron en julio que era inevitable, como un casus belli.
En su lugar, se improvisarían una serie de acuerdos bilaterales de seguridad para dar garantías a Ucrania.
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