¿Será 2025 el año de las energías verdes para Latam? Los 5 desafíos que hay que superar

Con miras a que Latinoamérica pueda avanzar hacia la adopción de energías limpias en el 2025, los expertos identificaron cinco retos que la región debe enfrentar para cumplir ese objetivo:

Paneles solares y una turbina eólica en la red eléctrica local, operada por EON SE, en Simris (Suecia).
25 de diciembre, 2024 | 06:00 AM

Bloomberg Línea — Las barreras regulatorias, la falta de financiamiento y los atrasos en infraestructura podrían impactar en las energías renovables en su camino hacia la consolidación en Latinoamérica, en donde estas fuentes representan el 68% de la generación eléctrica. Sin embargo, el año 2025 podría convertirse en un punto de inflexión para aprovechar plenamente las ventajas naturales de la región.

El 2025 tiene el potencial de consolidarse como un punto clave para el desarrollo de las energías verdes en América Latina debido a una convergencia de factores como los compromisos climáticos, la creciente inversión internacional en tecnologías limpias y la necesidad de garantizar la seguridad energética frente a fenómenos climáticos extremos, explicó a Bloomberg Línea el Consejo Mundial de Energía Colombia (WEC, por sus siglas Inglés), un foro especializado de líderes, profesionales y actores del sector.

La vasta disponibilidad de recursos naturales -energía solar en Chile y México, energía eólica en Argentina y Colombia, y proyectos emergentes de hidrógeno verde en países como Chile y Colombia- representa para Latinoamérica “una oportunidad única de liderar la transición energética global”.

Desde hace varios años, América Latina ha experimentado un crecimiento significativo en la adopción de energías renovables, impulsado por políticas gubernamentales, la reducción de costos tecnológicos y el creciente interés de inversionistas internacionales, dice en entrevista con Bloomberg Línea la presidenta ejecutiva de la Asociación de Energías Renovables colombiana (SER Colombia), Alexandra Hernández.

El director ejecutivo de la Organización Latinoamericana de Energía (Olade), Andrés Rebolledo, considera que Latinoamérica es una región que sigue ejerciendo un liderazgo en materia de la transformación del sector energético hacia un modelo más sostenible, “incorporando crecientemente e ininterrumpidamente energías renovables a su matriz energética”.

“América Latina y el Caribe probablemente seguirá siendo durante mucho tiempo la región más verde del mundo y líder en materia de incorporación de energías limpias”, dijo Rebolledo durante el lanzamiento del Panorama Energético de América Latina y el Caribe 2024 el pasado miércoles 18 de diciembre.

PUBLICIDAD

No obstante, al mismo tiempo, la región ha tenido que convivir con impactos asociados a la seguridad energética por cuenta de eventos como la sequía, traduciéndose en medidas como los racionamientos en Ecuador. Estos eventos muestran la necesidad de avanzar en la mitigación al cambio climático, la integración energética regional y la diversificación de la matriz, según Andrés Rebolledo.

De acuerdo con cifras de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), citadas por WEC, la inversión en energías renovables en la región podría superar los US$20.000 millones de anuales en 2025, lo que reflejaría el creciente interés del mercado en aprovechar el potencial de América Latina.

Además, espera que para 2030 la región instale cerca de 173 GW de capacidad solar y eólica, con Brasil como el principal contribuyente, seguido de Chile, México y Colombia, según cifras de la Agencia Internacional de Energía citadas por SER Colombia.

PUBLICIDAD

Un punto de inflexión para las energías verdes en Latinoamérica

La planta de hidrógeno verde de Iberdrola en Puertollano, España. Foto: Bloomberg

“Más que un ‘año de las energías verdes’, el 2025 podría ser un punto de inflexión. La diversificación de matrices energéticas en países como Colombia y Perú, sumada de la electrificación del transporte y la integración de tecnologías innovadoras para la generación distribuida aportarán a la construcción de un planeta más limpio y sostenible”, dijo a Bloomberg Línea la cofundadora y CFO de la startup dedicada a desarrollar tecnologías de energía renovable Solenium, Paola Santiago Ribón.

En 2024, los avances fueron prometedores y Colombia, por ejemplo, alcanzó su primer gigavatio (GW) de capacidad instalada, mayoritariamente solar, y se estima que cierre el año con alrededor de 1,9 GW.

Ribón anticipa que para el próximo año la apropiación de fuentes renovables no convencionales en la región, como la energía solar, impulsará el protagonismo de las energías limpias. Asimismo, se refiere a la adopción de compromisos climáticos más ambiciosos bajo pactos internacionales, como el Acuerdo de París, que hace que también se refuerce la transición hacia energías sostenibles.

“Podemos proyectar que 2025 es un año de gran potencial para las energías verdes en América Latina, pero dependerá de cómo los países aborden los desafíos estructurales y regulatorios que enfrentan. Latam cuenta con una ventaja natural: una abundancia de recursos renovables, como energía solar, eólica, hidroeléctrica y biomasa. La implementación de políticas públicas, como subastas de energía renovable, incentivos fiscales y marcos regulatorios más flexibles, ha acelerado el crecimiento del sector en países como Brasil, México y Chile”, dijo la ejecutiva.

La transición energética en América Latina se encuentra en un momento crucial, en opinión del líder del Sector de Servicios Públicos/Infraestructura Eléctrica para América Latina y el Caribe de la firma energética Aggreko, Hugo Domínguez. “A pesar de esa visión positiva, enfrenta desafíos considerables, desde barreras financieras hasta cuestiones regulatorias y una falta de claridad legislativa. Sin embargo, los desafíos identificados no oscurecen la visión optimista de las empresas, que ven como una oportunidad la transición hacia fuentes de energía sostenibles”.

Un estudio de Aggreko, realizado con más de 830 profesionales del sector energético en 13 países de América Latina, revela un fuerte impulso hacia un futuro energético sostenible en la región. Destaca que el 65% de los encuestados considera la transición hacia fuentes de energía más limpias como una gran oportunidad y el 34% ya tiene planes en marcha en ese campo.

Los modelos de negocio preferidos son “energía como servicio” (35%), seguido por “funcionamiento y mantenimiento” (32%) y la “venta directa de energía” (19%). Las energías solar (84%), eólica (72%) e hidroeléctrica (43%) se perfilan como las principales fuentes para la transición.

Ver +: Brasil y Uruguay lideran el consumo de energía renovable; Argentina y México están rezagados

Medidas consideradas como radicales pueden impactar el sector energético en 2025

Para WEC, “este panorama prometedor enfrenta retos estructurales, económicos y políticos que pueden frenar la adopción de energías verdes a gran escala. Aunque no es el principal factor, la inestabilidad política en varios países de la región, especialmente debido a políticas radicales de algunos gobiernos, ha generado incertidumbre entre los inversionistas internacionales”.

PUBLICIDAD

Se refiere puntualmente a cambios regulatorios en países como México, donde “las reformas energéticas han limitado la participación privada, retrasando el desarrollo de proyectos renovables”, y en Colombia, donde la incertidumbre en torno a las políticas de transición energética ha moderado el interés de algunos grupos empresariales.

En contraste, opinan que países como Argentina han comenzado a dar señales de mayor apertura y estabilidad para los inversores, generando un renovado interés del sector privado y de organismos multilaterales. “La desregulación y la confianza en el mercado están posicionando a Argentina como un destino atractivo para las energías verdes, lo cual puede ser un precedente importante para otros países de la región”.

PUBLICIDAD
Brasil, a la cabeza en energías renovables

Según un reciente informe de Moody’s Analytics, Latinoamérica está en una buena posición para aumentar el suministro de energía renovable gracias a los abundantes recursos naturales y las tecnologías mejoradas, a medida que mercados como Brasil y Uruguay toman la delantera.

En Brasil, las fuentes renovables representan más del 50% del consumo total de energía primaria en el gigante sudamericano. De hecho, el país ocupa el octavo lugar en consumo de energías renovables en el mundo. Por su parte, Uruguay tiene una mayor proporción de energías renovables en su combinación energética en América Latina, dice el documento titulado Los Retos de la Transición Energética en América Latina.

En cambio, en México, las energías renovables solo representan un 10% del consumo de energía primaria y en Argentina el 16%. Y en ambos países, el petróleo y el gas natural representan más del 80% del consumo energético. En el caso de México, de acuerdo al reporte, “la geografía del país no permite un amplio uso de la hidroelectricidad, fuente de energía primaria en la mayor parte de Sudamérica”.

PUBLICIDAD

Ver +: Triplicar las energías renovables para 2030 requiere un billón de dólares al año: BNEF

¿Cuáles son los principales retos que enfrentan las energías verdes en Latam?

Un aerogenerador sobre una hilera de paneles fotovoltaicos en la planta híbrida eólico-solar BaCa de Iberdrola SA, en la comarca burgalesa de Vallejera, España, el miércoles 14 de febrero de 2024.

Con miras a que Latinoamérica pueda avanzar hacia la adopción de energías limpias en el 2025, los expertos identifican cinco retos que la región enfrenta para cumplir ese objetivo:

  1. Infraestructura insuficiente y desactualizada: WEC subraya que las redes actuales no están preparadas para manejar la intermitencia de las energías renovables (fuentes como la solar y la eólica) ni conectar proyectos ubicados en zonas alejadas con los centros de consumo.
  2. Barreras regulatorias: aunque existen avances, muchos países todavía enfrentan marcos regulatorios complejos o desactualizados que limitan la adopción de energías renovables, como la falta de incentivos claros para la generación distribuida y las comunidades energéticas, según Solenium. La falta de marcos regulatorios estables genera incertidumbre entre los inversionistas, limitando el desarrollo de nuevos proyectos, explica SER Colombia. “Un ejemplo reciente es la expedición de la Resolución CREG 101 066 de 2024 en Colombia, que fijó un tope para los precios de energía en bolsa. Esta genera incertidumbre en el sector energético, afectando el desarrollo de nuevos proyectos y desincentivando la contratación a largo plazo, fundamental para la expansión de las energías renovables en el país”.
  3. Acceso al financiamiento: las energías limpias requieren inversiones iniciales elevadas. En Latam, el acceso a financiamiento accesible sigue siendo limitado, especialmente para pequeños y medianos proyectos, indicó Solenium. Según el reporte de Moody’s Analytics, en Latinoamérica, la brecha de financiación para la transición energética es del 68%, y la de adaptación al clima llega al 86%, mayor al promedio global. La región necesitaría invertir US$220.000 millones anuales en mitigación y adaptación climática al 2030 para lograr la neutralidad de carbono para 2050. En este campo se incluyen los factores estructurales y financieros que limitan las oportunidades del sector privado, incluida la capacidad limitada de la red, los riesgos cambiarios y de tasas de interés, y una relativa falta de mano de obra calificada, expone Alejandro Duarte, country manager de la consultora en sostenibilidad ERM en Colombia.
  4. Resistencia al cambio y desigualdades regionales: las comunidades locales a menudo muestran resistencia ante grandes proyectos energéticos debido a la falta de inclusión o beneficios tangibles. En Latinoamérica, ejemplos como los de las minigranjas solares que buscan involucrar a las comunidades locales en la generación de energía podrían cambiar el paradigma, opinó Ribón. Además, “hay una brecha significativa entre países con avances robustos en energías renovables y aquellos rezagados por falta de recursos o voluntad política”. Alejandro Duarte matiza que la incapacidad de los productores independientes de energía (IPP) para comprender el contexto local también “conduce a malas decisiones de inversión, creando reputación negativa y relaciones problemáticas con las partes interesadas”.
  5. Dependencia de los combustibles fósiles y otras fuentes de energía: en gran medida, Latam todavía depende económicamente de la extracción y exportación de combustibles fósiles. “Esto crea un conflicto entre objetivos climáticos y necesidades económicas inmediatas”, explicaron desde Solenium. Otro desafío fundamental es la alta dependencia de la energía hidroeléctrica, que representa más del 45% de la generación eléctrica en la región. En WEC señalan que si bien esta fuente es renovable, es vulnerable a fenómenos climáticos extremos como sequías, lo que se ha evidenciado en Ecuador, Brasil y Colombia en años recientes. “Esta situación subraya la necesidad de diversificar las matrices energéticas con fuentes solares, eólicas y sistemas de almacenamiento energético, tecnologías que no solo garantizan un suministro más estable, sino que también reducen la vulnerabilidad climática”.

Ver +: La energía limpia debe ofrecer más esperanzas para derrotar a los combustibles fósiles