Bloomberg Línea — El régimen nicaragüense expulsó al obispo de la Diócesis de Jinotega, Carlos Enrique Herrera, presidente de la Conferencia Episcopal del país, confirmaron fuentes eclesiales.
Su destierro se suma a una larga lista de ataques contra la Iglesia católica por parte del gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo, intensificados en los últimos años.
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Monseñor Herrera fue desterrado a Guatemala tras hacer declaraciones críticas hacia el gobierno nicaragüense, informó Suyapa Medios, medio de comunicación oficial de la Iglesia católica de Honduras.
El obispo calificó de “sacrílego” el acto de poner música a alto volumen frente a la Catedral San Juan Bautista de Jinotega, al norte del país, durante una misa celebrada el domingo 10 de noviembre.
Herrera señaló al alcalde, Leonidas Centeno Rivera, y a funcionarios locales como responsables de lo que consideró una falta de respeto y una agresión hacia la libertad de culto y el respeto al espacio sagrado.
“Pidamos al Señor perdón por nuestras faltas y también por aquellos que no respetan el culto, verdad, pidiéndole porque este es un sacrilegio que está cometiendo el alcalde y todas las autoridades municipales, y vayan a decírselo porque saben la hora de la misa”, dijo el obispo al iniciar la eucaristía.
El sacerdote de 75 años fue recibido por miembros de su orden franciscana en Guatemala.
Desde las últimas horas, la página en Facebook de la Diócesis de Jinotega se encuentra inhabilitada.
Persecución a la Iglesia católica de Nicaragua
En X, la abogada y defensora de derechos humanos, Martha Patricia Molina dijo que “la dictadura sandinista ha exiliado, desterrado, expulsado y prohibido el ingreso a Nicaragua a 261 religiosos”.
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En lo que va del año, han sido perjudicados 55 de ellos. Paralelamente mantiene bajo vigilancia a todos los obispos, sacerdotes, seminaristas y laicos.
“Llegan a las casas de formación a asediar e interrogar a los sacerdotes y seminaristas. En esta semana también han sido interrogados y perseguidos los monaguillos, varios de ellos menores de edad. A todos les obligan a tomarse fotos y videos junto a los policías”, denunció.
El sacerdote Erick Díaz, exiliado desde 2022, confirmó a la Radio La Máxima Nicaragua que con la expulsión de Herrera ya son cuatro diócesis que están sin su pastor. “Sigamos orando por la iglesia nicaragüense ante esta situación de persecución que vive”, dijo.
Durante las protestas antigubernamentales que estallaron en abril de 2018, Herrera había abogado por varios jóvenes que habían sido arrestados en Jinotega y luchaba por su liberación.
La represión de Ortega y Murillo contra la Iglesia católica, así como contra la sociedad civil, se ha intensificado desde entonces. El régimen acusa a la Iglesia de apoyar a la oposición.
Además de expulsar y perseguir a los religiosos, ha cerrado medios católicos y confiscó la Universidad Centroamericana (UCA), un importante centro de educación superior privado en Managua.
En agosto, el papa Francisco animó al “amado” pueblo de Nicaragua a renovar su “esperanza” en Jesucristo, en medio de unas tensas relaciones con el régimen.