Bloomberg — Los negociadores sobre el clima lograron un gran avance el primer día de la cumbre sobre el clima COP29 al acordar las normas para un mercado mundial del carbono administrado por las Naciones Unidas.
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Sus defensores sostienen que el nuevo mercado constituirá el patrón oro para el comercio de emisiones, desbloqueando miles de millones en financiación para proyectos de mitigación de emisiones en el mundo en desarrollo. Los compradores, en su mayoría de los países más ricos, podrían cumplir sus objetivos climáticos adquiriendo créditos de proyectos que reduzcan la contaminación.
Las normas, denominadas “Artículo 6.4″ por las propuestas iniciales del histórico Acuerdo de París de 2015, estipulan cómo deben comerciar los países con los créditos de carbono a través de un mercado operado por la ONU. Se han visto atascadas en los últimos años debido a desacuerdos sobre su integridad, o sobre cómo garantizar que cualquier reducción de emisiones prometida sea adicional y pueda verificarse fácilmente.
El presidente de la COP29, Mukhtar Babayev, dijo hoy en la sesión inaugural en Bakú (Azerbaiyán) que un acuerdo final sobre el Artículo 6 “debería haberse alcanzado hace mucho tiempo” y lo calificó de fundamental para “garantizar que proteger el planeta sea rentable”. Los negociadores aún tienen que acordar las normas para el Artículo 6.2, que establece el marco para los intercambios bilaterales.
“Al poner en contacto a compradores y vendedores de forma eficaz, estos mercados podrían reducir el coste de la aplicación de las NDC en US$250.000 millones al año”, afirmó Babayev. “En un mundo en el que cada dólar cuenta, eso es esencial”.
Las NDC, o contribuciones determinadas a nivel nacional, son el plan que los distintos países presentan para cumplir su parte de los objetivos mundiales consagrados en el acuerdo de París.
Los grupos climáticos se mostraron indecisos a la hora de dar la bienvenida a las nuevas normas, que, según ellos, aún tienen "problemas significativos". Carbon Market Watch señaló que una cuestión clave era cómo abordarían los proyectos los llamados riesgos de reversión, en los que el carbono almacenado se filtra de nuevo a la atmósfera, por ejemplo a través de un incendio.
Arrancar la COP29 con un “acuerdo por la puerta de atrás” sienta un mal precedente para la transparencia y la gobernanza adecuada, afirmó Isa Mulder, experta en políticas sobre los mercados mundiales de carbono de Carbon Market Watch. “Si estos textos pueden adoptarse de esta manera, ¿dónde trazamos la línea?”.
-- Con la colaboración de Jennifer A. Dlouhy.
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