¿Cómo construir un ecosistema inversor sólido para la Argentina?

La atracción de capital necesita condiciones macro que generen confianza. Pero también de un liderazgo que ponga a los argentinos al frente de su propio futuro.

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La Argentina se enfrenta a enormes desafíos hoy en día. Sin duda que está transitando un cambio de ciclo político-económico. Y en ese contexto, las inversiones y los inversionistas tienen un rol para jugar.

Partiendo de la base de que toda inversión implica de por sí un riesgo, dado que el dueño del capital nunca sabe todas las cartas con las que juega, nuestro país necesita comenzar a dar los primeros pasos con un objetivo de largo plazo: Generar confianza.

Venimos de varios ciclos políticos y económicos que para muchos pueden haber sido positivos en alguna cuestión, o mala en otra. Pero sin entrar en discusiones coyunturales para posicionarnos de un lado de la grieta u otro, lo que sí nadie puede estar en duda, es que las condiciones para atraer inversiones no se han dado. O mejor dicho, no las hemos sabido construir.

Hay una coincidencia generalizada en que la Argentina, una nación con vastos recursos naturales y un talento humano de primera clase, ha luchado durante décadas para encontrar su lugar en el ecosistema global inversionista. Pero a pesar de su indudable potencial, los vaivenes políticos y económicos que mencionamos, han socavado la confianza de los mercados internacionales, dejando al país en una posición de cierta desventaja frente al resto de la región y el mundo.

Entonces, ¿Cómo lograr que en la Argentina se cree un ecosistema inversor robusto que genere inversiones desde y hacia el país?

Los desafíos son evidentes, pero también lo son las oportunidades. En un mundo post-pandémico, donde la inversión extranjera directa global cayó un 35% en 2020 según las Naciones Unidas, sectores como la tecnología o la industria del conocimiento, han demostrado una capacidad de recuperación notable. La Argentina, con su ecosistema emprendedor en auge, tiene la posibilidad de destacarse en estos ámbitos. Empresas como Mercadolibre, Globant y OLX no son solo ejemplos de éxito; son la prueba de que, con las políticas adecuadas, la Argentina puede atraer inversiones significativas en sectores de alto valor agregado.

Con este escenario en mente, se creó RepensAR, integrado por un conjunto de inversores, intelectuales, académicos y empresarios argentinos con la intención de analizar y debatir estrategias que permitan a nuestro país prosperar en el competitivo mundo de las inversiones globales. Ramiro Juliá, CEO de Americas Capital Investments y cofundador de esta iniciativa, comentó: “Este encuentro fundacional llega en el momento óptimo. Por un lado, nuestro país está adentrándose en un nuevo ciclo y paradigma político-económico. Y por otro, el mundo atraviesa profundos cambios geopolíticos que generan grandes oportunidades para el talento emprendedor, la potencia inversora y el capital intelectual argentino”.

Por su parte, Francisco Sosa del Valle, CEO de Bunker y cofundador junto a Juliá de este encuentro, manifestó: “Sabiendo que existen billones de dólares dispersos por el mundo pertenecientes a argentinos se impone preguntarse ¿Cómo podemos repatriar ese capital? y, lo que es más importante, ¿cómo podemos asegurarnos de que esos recursos se utilicen para construir un ecosistema inversor que sea verdaderamente argentino?”.

Sin duda que la confianza es el primer paso. Pero casi en simultáneo, hay otra cuestión fundamental: el liderazgo. Los argentinos debemos ser la punta de lanza, la primera pieza del dominó que se mueva para que comience a generarse el efecto cascada para atraer el capital. Hoy los argentinos no estamos tomando ese liderazgo con la firmeza necesaria. La construcción de un ecosistema inversor robusto, liderado por argentinos, es fundamental no solo para atraer capital extranjero, sino para empoderar a nuestros ciudadanos y garantizar que el capital local se utilice de manera efectiva y estratégica.

El camino hacia un ecosistema inversor fuerte y sostenible en la Argentina no será fácil, pero los beneficios potenciales parecieran ser grandes. Quienes pertenecen al mundo inversor, consideran que es hora de que la Argentina replantee su estrategia y construya un futuro donde el talento local y el capital global se unan para crear un país que sea protagonista en el escenario mundial. La pregunta entonces ya no sería si podemos hacerlo, sino cómo vamos a lograrlo.

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