Bloomberg Línea — En medio de las presiones financieras de los hogares y el aumento del costo del endeudamiento que puso presión a las ventas del mercado inmobiliario, el alquiler ha surgido con fuerza como solución de vivienda para las familias, junto a un fenómeno de desplazamiento a las periferias, incluyendo los pueblos.
Se estima que en la Unión Europea un 30% de los residentes vive en arriendo y un 70% son propietarios, en tanto que un 17% vive en condiciones de hacinamiento, de acuerdo a cifras de Eurostat.
Al 2021, la mayor proporción de ciudadanos viviendo en arrendamiento estaban en países como Suiza (57,8%), Alemania (50,9%), Austria (45,8%), Dinamarca (40,8%), entre otros.
Con el fin de reducir costos, los europeos también están buscando opciones más económicas fuera de las grandes ciudades que se ven enfrentadas a fenómenos como la inflación y la gentrificación.
Ver +: La falta de vivienda convierte los pisos de alquiler en un bien escaso en toda Europa
En este marco, el portal inmobiliario español Fotocasa se refiere a una serie de propiedades en alquiler a partir de 210 euros al mes, casi equiparado a un salario mínimo en países como Brasil (R$ 1.412 o 229 euros) o Colombia (COP$ 1.300.000 o 280,3 euros).
Para quienes ganan el salario mínimo en Brasil, el coste de este alquiler base en Europa representa el 91,7% y para los colombianos con este ingreso el 74,9%.
En el caso de los españoles, el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) es de 1.134 euros al mes. Es así que las personas que tienen estos ingresos en ese país, tienen que destinar solo el 18,5% de su salario.
En todo caso, “el contraste entre los alquileres europeos y los salarios mínimos en América Latina revela una preocupante disparidad en el acceso a la vivienda y el poder adquisitivo de nuestros ciudadanos. Es alarmante ver cómo, en algunas localidades europeas, se pueden encontrar viviendas en alquiler por menos de 200 euros al mes, mientras que en América Latina, muchos trabajadores apenas ganan lo suficiente para cubrir sus necesidades básicas”, dijo a Bloomberg Línea el académico y analista Mario Posada García-Peña, rector de la Universidad de América.
“Este fenómeno no solo pone de manifiesto las desigualdades económicas entre regiones, sino que también subraya la urgente necesidad de repensar las políticas de vivienda y salario en nuestra región, donde el acceso a un hogar digno sigue siendo un desafío para millones de familias”, explicó.
En un blog que publica el portal inmobiliario Fotocasa, explica que en la zona rural el precio del metro cuadrado puede ser la mitad que en las ciudades, “por lo que algunos escogen vivir en un pueblo bien conectado para aprovechar esta ventaja”.
Se refiere especialmente en España al caso de “Lucena, cerca de Córdoba: de Gerindote, Ocaña y Fuensalida, en los alrededores de Toledo; de Alpuente, relativamente próximo a Valencia; de Aller, cerca de Oviedo; de La Guarda, en Pontevedra; de Atarfe, cerca de Granada o de Fajardo, en Ferrol”.
En el municipio español de Ávila (de la provincia homónima), por ejemplo, publica una propiedad con cuatro habitaciones y 2 baños (con un espacio total de 104 metros cuadrados) por 200 euros al mes en renta.
Ver +: Escasez mundial de vivienda aplasta el crecimiento económico impulsado por la inmigración
En Malahá, municipio español de la provincia de Granada, se promociona una propiedad de una habitación y un baño con un total de 50 metros cuadrados por 240 euros al mes.
En Arcos de la Frontera, un municipio español de la provincia de Cádiz, presentó una propiedad de tres habitaciones y 1 baño, con un total de 90 metros cuadrados, por 250 euros al mes.
No obstante, “es importante destacar que estos alquileres europeos no están exentos de sus propias dificultades. Las viviendas que se encuentran a precios tan bajos suelen estar situadas en zonas rurales o periféricas, lejos de los centros urbanos y con servicios limitados. Además, son propiedades que, en muchos casos, requieren reformas o están en condiciones poco óptimas”, dice García-Peña.
“Esto nos recuerda que la solución no radica simplemente en comparar precios, sino en abordar estructuralmente la problemática de la vivienda, enfocándonos en generar mejores condiciones salariales y sociales que permitan a nuestros ciudadanos vivir con dignidad, sin necesidad de migrar o conformarse con condiciones de vivienda precarias”, explica.
Comparativamente, en municipios cercanos a la capital colombiana, como Mosquera, el alquiler de un apartamento puede rondar entre los COP$1.100.000 (237,4 euros) y COP$1.300.000 (280,3 euros) a partir de los 50 metros cuadrados. No obstante, hay opciones más económicas con menos metros cuadrados desde COP$600.000 (129,5 euros).
En abril de este año, el Banco de España informó que el déficit de vivienda en el país alcanzará las 600.000 unidades hasta 2025 ante factores como la falta de suelos para construir. El ‘Informe anual de 2023′, indica que esta realidad contrasta con el hecho de que hay casi 4 millones de viviendas vacías o desocupadas.
Uno de los aspectos que revela el informe es que en España las viviendas turísticas contribuyen ya con el 10% del tamaño del mercado del alquiler. Desde 2007, el parque de alquiler ha sumado 1,3 millones de viviendas.
En un contexto de encarecimiento de precios y difícil acceso a la vivienda, los jóvenes españoles están entre los europeos que más tarde se independizan, según cifras de Eurostat recopiladas por Statista.
Según el listado, que se elabora con base en cifras del 2022, quienes más tardan en emanciparse del hogar en Europa son los croatas (33,4 años), seguidos por los griegos (30,7) y los españoles (30,3).
El Banco de España calcula que para el 2022 los jóvenes menores de 30 años contribuyeron con el 60% del total de inquilinos en el país.
Ver +: La crisis de vivienda afecta a las ciudades más habitables del mundo