Bloomberg — A Estados Unidos y Reino Unido les preocupa cada vez más que Rusia esté compartiendo con Irán información y tecnología secretas que podrían acercarle a la posibilidad de fabricar armas nucleares, a cambio de que Teherán proporcione a Moscú misiles balísticos para su guerra en Ucrania.
El Kremlin ha aumentado en los últimos meses su cooperación con Irán en relación con sus ambiciones de obtener armas atómicas, según funcionarios occidentales familiarizados con el asunto, que hablaron bajo condición de anonimato para discutir evaluaciones que no se han hecho públicas.
Los responsables de EE.UU. y el Reino Unido debatieron el asunto esta semana en Washington, cuando el primer ministro británico, Keir Starmer, se reunió con el presidente Joe Biden en la Casa Blanca para mantener un encuentro estratégico sobre política exterior. Lo describieron como preocupante y como una escalada de los lazos militares entre Rusia e Irán.
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El gobierno de Biden sigue profundamente preocupado por las actividades nucleares de Irán, según un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca. Biden ha dejado claro que EE.UU. está dispuesto a utilizar todos los elementos del poder nacional para impedir cualquier escalada nuclear por parte de Irán, dijo el portavoz el sábado.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia y la embajada de Irán ante el Organismo Internacional de la Energía Atómica en Viena no respondieron a las peticiones de comentarios.
Los ministros de Asuntos Exteriores del Grupo de los Siete condenaron “la exportación por parte de Irán y la adquisición por parte de Rusia de misiles balísticos iraníes” en una declaración conjunta el sábado, calificándola de una nueva escalada del apoyo militar iraní a la guerra de Rusia en Ucrania y exigiendo que cese inmediatamente.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, sugirió, durante una reciente visita a Londres, que Rusia estaba intercambiando tecnología nuclear con Teherán, afirmando que Moscú había recibido un cargamento de misiles balísticos Fath-360 de Irán.
“Por su parte, Rusia está compartiendo tecnología que Irán busca -se trata de una vía de doble sentido-, incluso en cuestiones nucleares, así como cierta información espacial”, declaró Blinken.
Irán insiste en que no pretende fabricar armas nucleares, aunque existe la preocupación de que pueda construirlas en respuesta a la escalada de tensiones con Israel.
En abril, un general iraní de alto rango dijo que la República Islámica podría revisar su doctrina nuclear si Israel atacaba sus instalaciones atómicas, comentarios que se consideraron una advertencia de que podría intentar fabricar una cabeza nuclear, tras haber afirmado durante mucho tiempo que sus capacidades atómicas eran sólo para fines civiles.
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El OIEA, organismo de control de las Naciones Unidas, declaró que los niveles de combustible nuclear de Irán aumentaron entre junio y agosto, lo suficiente para alimentar un puñado de cabezas nucleares en caso de que Irán tomara la decisión política de fabricar armas.
En una conferencia celebrada en Londres el pasado fin de semana, el director de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense, William Burns, afirmó que Rusia e Irán estaban intensificando sus relaciones militares.
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