Bloomberg — Los líderes mundiales que lleguen a Nueva York para dirigirse a la Asamblea General de las Naciones Unidas este mes verán pocos signos de las medidas de austeridad que los enviados y empleados han soportado en los últimos meses.
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Muchos de los recortes puestos en marcha por el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, en medio de una histórica crisis de liquidez -desde la limitación de horarios para las puertas de entrada y las reuniones hasta la reducción del aire acondicionado- se están suspendiendo para garantizar que el evento anual más emblemático del organismo mundial se desarrolle sin problemas.
La pausa estará en vigor del 22 al 30 de septiembre, ya que se espera que los líderes mundiales, entre ellos el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el nuevo primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, se dirijan a la asamblea.
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"Dada la importancia de la próxima semana de alto nivel, el secretario general ha decidido levantar temporalmente algunas de las medidas relativas al horario de funcionamiento y al apoyo a las reuniones", escribió Courtenay Rattray, jefe de gabinete de Guterres, en una carta enviada el 6 de septiembre al jefe de la Asamblea General.
Dijo que la ONU se compromete "a apoyar el trabajo de la Asamblea General y todas las reuniones intergubernamentales con mandato que tengan lugar en la sede de las Naciones Unidas".
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