Bloomberg — Donald Trump y Kamala Harris llegan al debate del martes en busca del mismo objetivo: un momento que les ayude a ganar ventaja en una carrera que, según las encuestas, está esencialmente empatada.
Lea también: Las prioridades de latinos ante elecciones en EE.UU: ¿qué esperar en debate Harris-Trump?
Los retos a los que se enfrenta cada uno para asegurarse esa ventaja son marcadamente diferentes cuando suban al escenario en Filadelfia a las 21.00 hora local, potencialmente su único enfrentamiento cara a cara a menos de dos meses del día de las elecciones.
Trump, en su tercera carrera hacia la presidencia, es una figura bien definida, aunque polarizante, para los votantes. Algunos aliados quieren verle centrarse en la política y evitar los ataques personales, manteniendo la esperanza de que pueda demostrar un comportamiento presidencial y aliviar las preocupaciones entre los votantes sobre la vuelta al poder del ex presidente y ahora delincuente convicto.
Para Harris, el reto es abordar las preocupaciones de los votantes que dicen no saber lo suficiente sobre ella o sus políticas, y para aquellos escépticos de que la número 2 del presidente Joe Biden pueda ser un agente de cambio. Se espera que millones de estadounidenses la vean, lo que convierte el debate en su mejor oportunidad para definir su imagen.
Los votantes “no sólo están poniendo a Kamala Harris bajo el microscopio, sino que están mirando de nuevo a Donald Trump”, dijo el encuestador demócrata John Anzalone, veterano de las campañas de Hillary Clinton y Biden.
Aunque es poco probable que tenga consecuencias tan inmediatas como el enfrentamiento de junio entre Biden y Trump que acabó con la carrera política del presidente, el debate está preparado para cambiar la trayectoria de la carrera a pocos días de que comience la votación anticipada en algunos estados. Tanto Trump como Harris buscan obtener una ventaja convincente en las encuestas de los campos de batalla y una actuación fuerte, o débil, podría marcar la diferencia.
Harris quiere aparecer como una política moderada muy competente, capaz de manejar a alguien tan impulsivo como Trump. Trump pretende presentar a Harris como demasiado liberal y vincularla a políticas impopulares de la administración, mientras que sus ayudantes esperan que evite los ataques sobre su intelecto e identidad que han repelido a algunos votantes.
Las encuestas sugieren que la tarea de Harris puede ser más crítica para su viabilidad electoral. En una encuesta del New York Times/Siena College publicada el domingo, el 28% de los probables votantes dijeron que necesitaban saber más sobre ella, mientras que sólo el 9% dijo lo mismo de Trump.
Más de seis de cada 10 dijeron que el próximo presidente debería representar un cambio importante respecto a Biden, una tarea difícil para su segundo al mando, incluso mientras su campaña intenta presentar a Harris como una joven agente del cambio. Una página sobre política en el sitio web de Harris titulaba el lunes “Una nueva forma de avanzar”. Sólo una cuarta parte de los encuestados en el sondeo dijeron que Harris representaba ese cambio, mientras que el 53% dijo que Trump sí.
La estratega demócrata Karen Finney dijo que la yuxtaposición en el escenario, con una mujer de 59 años, negra y asiático-estadounidense que se enfrenta a un hombre blanco de 78 años, ayuda a Harris.
“Cuando se piensa en el futuro frente al pasado, el contraste va a ser bastante llamativo”, dijo Finney. “¿Cómo le va a Trump contra una persona más joven que es capaz de hacer un debate de verdad?”.
Finney espera que la comparación convierta la edad y la agudeza de Trump en un obstáculo mayor para los votantes.
“¿Es este el momento en que empezamos a hablar de la edad de Trump y de que sus disparatadas declaraciones quizá no se deban sólo a que está chiflado?”, dijo.
Trump tiene la oportunidad de ser quien defina a Harris. Le ha dado por llamar a su oponente “camarada Kamala” y describirla como socialista, marxista y fascista. Las encuestas revelan que son más los votantes que la ven a ella como demasiado liberal que los que lo ven a él como demasiado conservador.
Sus asesores esperan que Trump afine ese mensaje, vinculando a la vicepresidenta con el historial de la administración en materia de economía, inmigración y ciertas cuestiones de política exterior, áreas en las que Trump lleva ventaja en las encuestas sobre los estados indecisos.
"El presidente Trump tiene una oportunidad única de esbozar dos historiales opuestos en el poder ejecutivo y dos visiones opuestas", dijo Hogan Gidley, vicesecretario principal de prensa en la Casa Blanca de Trump. "Puede pregonar su historial que mejoró la vida de la gente y también exponer el de Kamala Harris que la empeoró".
Harris buscará oportunidades para que Trump se dañe a sí mismo.
"Él juega a partir de este libro de jugadas realmente viejo y cansado", dijo Harris al presentador de radio Rickey Smiley en una entrevista emitida el lunes. "No hay suelo para él en términos de lo bajo que caerá, y debemos estar preparados".
Para desequilibrar a Hillary Clinton en un debate de 2016, Trump invitó a sentarse entre el público a mujeres que habían lanzado acusaciones de agresión sexual y acoso contra el ex presidente Bill Clinton.
"Espero que parte de su estrategia sea no corregir cada locura que dice, quitarse de en medio y dejarle ser quien es", dijo Finney.
Para inquietar a Trump, la campaña de Harris está llevando al debate a ayudantes convertidos en críticos: el exdirector de comunicaciones de la Casa Blanca Anthony Scaramucci, y Olivia Troye, una exfuncionaria de seguridad nacional. La campaña también dio a conocer un anuncio en el que aparece el expresidente Barack Obama ridiculizando la obsesión de Trump con el tamaño de las multitudes.
Trump contará con una serie de sustitutos en el debate, entre ellos su compañero de fórmula JD Vance, el presidente del Comité Nacional Republicano Michael Whatley y la copresidenta Lara Trump.
Trump es notoriamente impulsivo y el pasado de Harris como fiscal sugiere que estará ansiosa por diseccionar cualquier afirmación falsa que haga.
“Deberíamos estar preparados para el hecho de que probablemente va a decir muchas falsedades”, dijo a Smiley.
Gidley dijo que la preparación de Harris podría ser contraproducente y resultar “engreída y débil” para algunos votantes. “Espero que tenga un montón de historias ensayadas, arte escénico, momentos en los que mire fijamente a la cámara, tenga pausas perfectas e intente destripar a Donald Trump”, dijo.
La gobernadora de Arkansas, Sarah Huckabee Sanders, ex secretaria de prensa de la Casa Blanca de Trump, dijo que estaría "lista para el juego".
“Por eso están escuchando tanto sobre la preparación de la vicepresidenta Harris, porque esto no es algo que ella haga muy a menudo”, dijo en el programa de la cadena ABC. “Tiene mucho para lo que prepararse”.
La predicción segura es esperar lo inesperado.
Cuando Trump está en el escenario, "nada es normal", dijo Anzalone.
Lea más en Bloomberg.com