Bloomberg — La inflación subyacente de Estados Unidos repuntó inesperadamente en agosto, al acelerarse los costos de la vivienda, lo que reduce las posibilidades de que la Reserva Federal recorte las tasas de interés la próxima semana.
El llamado índice de precios al consumo subyacente -que excluye los costos de los alimentos y la energía- aumentó un 0,3% respecto a julio y un 3,2% respecto a hace un año, según mostraron el miércoles las cifras de la Oficina de Estadísticas Laborales.
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Los economistas consideran que el índice subyacente es mejor indicador de la inflación subyacente que el IPC general. En agosto, la medida general subió un 0,2% respecto al mes anterior y un 2,5% respecto al año anterior, lo que supone el quinto mes consecutivo en que la medida anual ha bajado, arrastrada por el abaratamiento de la gasolina.
La Oficina de Estadísticas Laborales señaló que la vivienda fue “el principal factor” del avance general.
Aunque la lectura del miércoles no disuadirá a la Reserva Federal de recortar las tasas de interés la próxima semana, sí reduce la posibilidad de una reducción de “gran tamaño”.
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Aun así, los responsables políticos han dejado claro que están muy centrados en la debilidad del mercado laboral, que es más probable que impulse los debates y las decisiones políticas en los próximos meses. También tendrán más datos para considerar antes de sus reuniones de noviembre y diciembre.
Tras la publicación del informe, operadores redujeron la probabilidad de que la Fed recorte las tasas medio punto la semana que viene, hasta situarlos cerca de cero. Los rendimientos del Tesoro subieron, los futuros del S&P 500 bajaron y el dólar recortó sus pérdidas del día.
Aunque la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) informa las cifras sobre la base de un decimal, los funcionarios de la Reserva Federal y los economistas suelen mirar más allá para tener una idea más clara de la trayectoria de la inflación. Sobre una base de dos decimales, el IPC básico aumentó un 0,28% con respecto a julio.
Desglose de categorías
Además de la vivienda, el aumento se vio impulsado por los billetes de avión, la ropa, así como por las guarderías y los centros preescolares. Los costos de los seguros de los autos siguieron aumentando, al igual que las estancias en hoteles.
Los precios de la vivienda, la categoría más importante dentro de los servicios, subieron un 0,5%, el mayor aumento desde principios de año. Ese fue el segundo mes de aceleración y desafió las expectativas generalizadas de una desaceleración. El alquiler equivalente de los propietarios —un subconjunto de la vivienda y el mayor componente individual del IPC— aumentó a un ritmo similar.
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Excluyendo la vivienda y la energía, los precios de los servicios aumentaron un 0,3%, el mayor aumento desde abril, según los cálculos de Bloomberg. Si bien los banqueros centrales han enfatizado la importancia de tener en cuenta esa métrica al evaluar la trayectoria de la inflación del país, la calculan en base a un índice separado.
Esa medida —conocida como índice de precios de los gastos de consumo personal— no le da tanto peso a la vivienda como el IPC, en parte por eso tiende a acercarse al objetivo del 2% de la Reserva Federal.
El indicador PCE, que se publicará a finales de este mes, se basa en el IPC y en ciertas categorías del índice de precios al productor. Se prevé que el informe del IPP, que se publicará el jueves, muestre un ritmo moderado de inflación al por mayor.
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