España enfrenta críticas tras acoger a opositor venezolano en medio de tensiones

El papel de José Luis Rodríguez Zapatero como intermediario con Caracas ha suscitado críticas dada su larga simpatía por la ideología política de Hugo Chávez y su heredero

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Bloomberg — España se encuentra en una posición difícil tras hacerle un favor a Nicolás Maduro acogiendo a una destacada figura de la oposición venezolana. El hombre que medió en el acuerdo es un ex primer ministro socialista que ha sido durante mucho tiempo defensor del régimen.

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José Luis Rodríguez Zapatero, que procede del mismo partido de izquierdas que el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, lleva fuera del poder desde 2011, pero ejerce una enorme influencia sobre la política exterior de España en América Latina. Su papel de intermediario con Caracas ha suscitado críticas dada su larga simpatía por la ideología política de Hugo Chávez y su heredero.

Esas opiniones, especialmente a la luz de las disputadas elecciones en Venezuela y la represión de la disidencia por parte de Maduro, están reavivando las críticas en España sobre qué tipo de hilos diplomáticos está moviendo Zapatero y dejan al descubierto la torpe política del país hacia Venezuela, una política que está en tensión con la Unión Europea y los aliados occidentales.

La llegada a Madrid el domingo de Edmundo González, candidato presidencial de la oposición venezolana, ha eliminado esencialmente un obstáculo político para Maduro y pondrá a prueba las lealtades de España. Sánchez se encuentra a mitad de camino de una visita de Estado a China y ha guardado silencio sobre el asunto hasta ahora, al igual que los socios de extrema izquierda que han simpatizado con el chavismo.

El propio jefe de la diplomacia del bloque, Josep Borrell -español y compañero socialista- ha dicho que González “parece ser el ganador de las elecciones presidenciales”. Mientras tanto, el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, declaró el domingo a El País que probablemente nunca se sabrá quién ha ganado las elecciones, ya que Maduro no ha hecho públicos todos los resultados.

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España alberga una de las mayores comunidades venezolanas en el extranjero -muchas figuras de la oposición, incluido Leopoldo López, viven allí- y su presencia es un tema políticamente cargado en el país. Una línea de ataque frecuente de los conservadores en España es acusar al Gobierno de actuar como títere de Maduro junto a un debate sobre la limitación de la inmigración.

Y pocas personas son más vilipendiadas por la derecha española que Zapatero, en gran medida por sus vínculos con Venezuela. Hubo un famoso incidente en 2007, cuando Chávez interrumpió a Zapatero durante un discurso y el rey español le espetó: "¿Quieres callarte?".

España es uno de los principales países con fuertes lazos con Venezuela que no ha reconocido a Maduro como ganador de las recientes elecciones ni ha exigido nuevos comicios.

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La cuestión ahora es si la llegada de González a España cambiará esa posición.

Pero, desde que asumió el cargo, Sánchez no ha dejado huella en la política venezolana a pesar de que tres grandes empresas españolas -la productora de petróleo Repsol SA, la operadora de telecomunicaciones Telefónica SA (TEF) y la entidad crediticia BBVA SA (BBVA)- se encuentran entre las pocas corporaciones extranjeras que siguen operando allí.

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