Una startup de algodón cultivado en laboratorio puede hacer que la ropa sea más ecológica y ética

La tecnología utilizada es similar a la de la carne celular y con esto se pretende reducir enormemente el impacto de la producción del algodón en el medioambiente

Grandes empresas como Inditex SA, dueña de Zara, ha visto un avance suficiente como para invertir en la startup
Por Akshat Rathi
08 de septiembre, 2024 | 06:27 PM

Bloomberg — Desmotar, soplar, cardar, estirar, mechar, hilar, tejer, teñir, cortar, coser, planchar, enviar y transportar por camión: todas las etapas necesarias para transformar unas cápsulas de algodón en una camiseta. Asimismo, estos procesos son los que más repercuten en el calentamiento del planeta.

El propio cultivo de las cápsulas de algodón requiere grandes cantidades de agua, pesticidas y fertilizantes. Toda el agua que utilizarás para lavar tu camiseta de algodón a todo lo largo de su vida útil, consumirá cincuenta veces más agua para cultivar el algodón que la compone.

El cultivo del algodón es un operación costosa e intensiva para el medio ambiente.

El algodón emplea alrededor del 2,3% de la tierra cultivable del planeta y acapara el 16% de todas las ventas de pesticidas. Y el sector de la moda se ha tenido que enfrentarse a denuncias de trabajos forzados y malas condiciones de trabajo en algunas regiones productoras de algodón.

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Galy, startup basada en Boston, dice haber hallado una alternativa que evita todos estos problemas cultivando el algodón dentro de un laboratorio.

La compañía compartió una evaluación de la consultora medioambiental Quantis para demostrar que, a escala industrial, su proceso reduce el uso de agua en un 99%, el de la tierra en un 97% y el impacto negativo de los fertilizantes en un 91% en comparación con el algodón convencional.

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El brasileño Luciano Bueno, CEO de Galy, fundó la empresa en el 2019. No obstante el algodón lleva mucho más tiempo presente en su vida empresarial.

“Empecé vendiendo camisetas de puerta en puerta para pagar mis facturas en el instituto”, dijo. Su primer empleo en Deloitte consistió en trabajar para empresas textiles. Su primera empresa, Horvath Co., que fundó en 2015, trataba de desarrollar camisetas resistentes al sudor.

Luego que Horvath se enredara en un acuerdo de exclusividad, se tomó un descanso y estudió empresariales en Silicon Valley. Fue durante el apogeo de la recaudación de fondos para las startups de carne cultivada en laboratorio cuando Bueno pensó que debía aplicar la misma idea al algodón.

Galy ha tardado unos años, pero ahora la startup ha mostrado suficientes progresos como para asegurarse inversiones de grandes consumidores de algodón: Hennes & Mauritz AB (H&M) e Inditex SA, propietaria de Zara.

Galy toma células de una planta de algodón, las añade a una gran cuba y las alimenta con azúcar. Una vez que se han multiplicado lo suficiente, los técnicos de Galy utilizan su conocimiento genético de la planta, desarrollado a lo largo de décadas de investigación, para activar determinados genes y desactivar otros. El resultado es que la célula se transforma y se alarga en una fibra de algodón.

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Hasta ahora, Galy sólo ha podido fabricar unos pocos kilogramos de algodón cultivado en un recipiente. Si puede fabricar más a escala, la empresa tiene grandes sueños de fabricar también cacao y café en polvo cultivados en laboratorio. En su puesto de la Cumbre Breakthrough Energy celebrada en Londres en junio, Galy mostró los tres productos.

A los compradores de algodón les importa la longitud de la hebra, la resistencia y la pureza. Galy ya dispone de pureza dado que el proceso se realiza dentro de un recipiente y no al aire libre. Eso le ha ayudado a conseguir un acuerdo de US$50 millones con Suzuran Medical Inc. para el algodón de grado médico, que Galy planea suministrar a lo largo de 10 años una vez que empiece a producir a escala industrial.

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Para la ropa, Bueno dice que Galy aún necesita mejorar la longitud de las hebras. Ese desarrollo necesitará inversiones en más investigación.

En un anuncio realizado hoy, Galy dijo que había recaudado US$33 millones de Breakthrough Energy Ventures, empresa dirigida por Bill Gates, H&M e Inditex, lo que eleva la recaudación total de la empresa hasta el momento a US$65 millones.

Martin Ekenbark, director del laboratorio de innovación circular de H&M, afirmó que el minorista de moda rápida está observando un aumento de la demanda de algodón. “Los clientes prefieren la sensación al tacto de los tejidos hechos con algodón”, dijo.

Después de que H&M dejara de utilizar algodón procedente de la región china de Xinjiang a principios de 2021, tras las acusaciones de trabajo forzado, se enfrentó a boicots chinos. H&M y otros consumidores de algodón están deseando encontrar soluciones que permitan producir algodón sin estos riesgos.

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Inditex ha invertido en más de 300 startups con el objetivo de encontrar nuevos materiales que tengan un menor impacto en el medio ambiente, dijo un portavoz de la empresa, y ahora está trabajando con Galy para "mejorar la calidad de la fibra a través de varias pruebas de concepto".

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Libra por libra, el algodón es mucho más barato que la carne y tiene un mercado más reducido.

El mercado mundial del algodón es de unos US$60.000 millones y el algodón se vende a poco más de un dólar el kilo, mientras que el mercado de la carne supera el billón de dólares. Por eso, el objetivo de Bueno no es sólo aumentar la producción, sino hacerlo a una mínima fracción del coste del proceso utilizado para la carne cultivada en laboratorio.

Hay algunas cosas que ayudan a Galy. Las células vegetales sólo necesitan azúcar para multiplicarse, en lugar del complejo material de crecimiento utilizado para la carne. Y dado que la gente no se va a comer el algodón, Galy puede utilizar reactores que no tengan que cumplir unas normas de higiene muy estrictas.

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Los obstáculos que quedan por superar no son pequeños. A pesar de la abundante financiación y del entusiasmo de los inversores, las empresas cultivadas en laboratorio han tenido dificultades para crecer debido a la naturaleza quisquillosa de la biología y a la lucha por vender los productos a un coste mucho más elevado que las alternativas tradicionales.

Galy se enfrentará al mismo problema y está recaudando dinero en un momento en el que las inversiones en tecnología climática se han reducido. Esa es una de las razones por las que Galy no se enfrenta actualmente a ningún competidor comercial importante para desarrollar algodón cultivado en laboratorio.

Peter Turner, socio de Breakthrough Energy Ventures, señala que el algodón de Galy se encuentra hoy en el mismo punto en el que se encontraba la carne cultivada en laboratorio en 2013. Fue entonces cuando el investigador holandés Mark Post hizo una hamburguesa de 5 onzas que, según se dice, costó €250.000 (US$276.000).

Eso provocó un rápido crecimiento del número de startups que perseguían el premio, y la financiación del sector alcanzó su punto máximo en 2021. Galy no quiso decir cuánto cuesta hoy su algodón.

"Esperamos que haya competencia", dijo Turner.

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