Bloomberg — Desde la NFL se pretende generar millones de aficionados como Renan Ribeiro.
Este brasileño de 38 años creció en Brasil, obsesionado con el fútbol, sin conocer casi nada del fútbol americano.
Se familiarizó con este deporte gracias a películas como Ace Ventura: Pet Detective, en la que Jim Carrey intentaba resolver el secuestro de la mascota del equipo Miami Dolphins.
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Unos años más tarde, vio por televisión el final de un Super Bowl y quedó cautivado.
Aquí, en Brasil, el fútbol está “integrado en tu vida, te agrade o no”, explica Ribeiro, un artista de São Paulo que a menudo ve tres partidos de la NFL los domingos.
“En realidad, no me he planteado si realmente me gusta el fútbol, o si es sencillamente una cultura que se me impuso. El fútbol americano es una elección”.
La NFL aspira a ganarse a muchos más compatriotas de Ribeiro cuando el viernes por la noche se celebre su primer partido de la temporada regular en Sudamérica, cuando los Philadelphia Eagles se enfrenten a los Green Bay Packers en São Paulo.
El enfrentamiento forma parte de un impulso para hacer del fútbol americano un deporte global, y la liga ve a Brasil, hogar de más de 200 millones de personas y la octava economía más grande del mundo - como un mercado clave.
Hace aproximadamente una década, la NFL incrementó sus inversiones en el país y ahora afirma que cuenta con 36 millones de aficionados en Brasil, lo que, según las encuestas de una empresa de investigación independiente, lo sitúa en segundo lugar, por detrás de México, en cuanto a fanatismo internacional por la NFL.
“Esto puede ser un punto de inflexión”, dijo Bruno Koerich, CEO de Destra Licenciamento de Marcas, la empresa brasileña responsable de las licencias de la NFL en el país. El juego puede crear una relación más fuerte entre los aficionados y la marca, dijo. “Esto amplía la oportunidad de negocio”.
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El partido, que es el segundo de la temporada tras el inaugural del jueves por la noche, también se ha visto arrastrado por la política.
Algunos políticos republicanos de EE.UU. han pedido a la NFL que cancele el partido después de que un juez del Tribunal Supremo prohibiera el X en Brasil la semana pasada porque el propietario, Elon Musk, desafió las órdenes de nombrar un representante legal en el país. El multimillonario lleva meses discutiendo con el máximo tribunal sobre la regulación de los contenidos.
La NFL es, con diferencia, el deporte profesional más popular y lucrativo de Estados Unidos. Los medios de comunicación y las empresas tecnológicas siguen pujando por los derechos audiovisuales. La liga generó unos US$12.000 millones en ingresos en 2022, según las últimas cifras disponibles.
Pero la NFL quiere más, sabe que depender tanto de Estados Unidos podría acabar limitando su crecimiento.
La NBA (por sus siglas en inglés, Asociación Nacional de Baloncesto) ya cuenta con grandes bases de aficionados en el extranjero, y la Major League Baseball (Grandes ligas de beisbol) tiene grandes seguidores en Asia Oriental, Sudamérica y el Caribe. Ambas ligas también se benefician de contar con jugadores de todo el mundo, una forma de atraer a aficionados internacionales de la que carece la NFL.
A pesar de todo el éxito de la NFL en Estados Unidos, sus primeros movimientos para crear una base de aficionados internacionales fueron esporádicos y en su mayoría no dieron en el blanco.
En la década de 1980, la liga comenzó a celebrar regularmente partidos de exhibición en suelo extranjero. Después, durante más de una década, respaldó una pequeña liga con equipos en Europa. La entidad tuvo dificultades para arraigar y la NFL la desconectó en 2007.
Desde entonces, la NFL ha cambiado su estrategia y ha impulsado una presencia más consistente y mayores apuestas en los mercados extranjeros.
Un gran obstáculo para ganarse a los aficionados internacionales es que el fútbol americano apenas se juega fuera de Estados Unidos. Además, este deporte tiene muchas reglas extravagantes que pueden dificultar su aprendizaje.
“El 90% de la población brasileña no entiende las reglas. ¿Cuántos metros hay que correr? ¿Cuándo hay que patear el balón? ¿Qué es un touchdown?”, afirma Nicolas Caballero, que coordina el programa de MBA en gestión y marketing deportivo de la Escuela de Negocios Trevisan de São Paulo. “Pero existe un segmento muy apasionado entre los que juegan al fútbol y los que lo ven”.
En respuesta, la liga comenzó a invertir en el fútbol bandera en el extranjero a través de su programa NFL Flag, con el objetivo de enseñar el juego a los jugadores y convertirlos en aficionados. La iniciativa debutó en Brasil el año pasado. El deporte, que ahora es jugado en más de 100 países por unos 20 millones de personas, hará su debut olímpico en los Juegos de Verano de 2028 en Los Ángeles.
Hace unos años, la NFL también puso en marcha un programa de mercados globales, que permite a los clubes centrarse en la creación de bases de aficionados en mercados extranjeros.
Los equipos tienen ahora derechos en 19 países, desde Nigeria hasta Irlanda y Corea del Sur. Los Patriots de Nueva Inglaterra y los Dolphins tienen derechos en Brasil. Desde que obtuvo acceso a Brasil hace dos años, Miami ha celebrado fiestas de observación, ha organizado clínics para entrenadores y ha recurrido a antiguos jugadores para atraer a los aficionados.
Para aumentar el interés, la NFL comenzó en 2007 a disputar partidos de temporada regular fuera de Estados Unidos. La liga dice que ha celebrado tres docenas de partidos en Londres, cuatro en Ciudad de México y tres en Alemania.
Ahora se exige a los equipos que disputen un partido internacional cada cuatro años. Esta temporada hay cinco enfrentamientos de este tipo y podría haber hasta ocho en 2025. También está vendiendo más derechos de televisión para aumentar los partidos que se emiten en mercados extranjeros.
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La llegada de un partido de la NFL a Brasil llevaba años gestándose. La liga contrató a la agencia de marketing Effect Sport la década pasada para dar a conocer el deporte y la liga, con actos como la organización de una fiesta para ver la Super Bowl patrocinada por la NFL.
Effect Sport también ha promocionado la BFA, una liga profesional de fútbol americano que comenzó la década pasada y que ahora cuenta con unas tres docenas de escuadras. Muchos de los clubes de fútbol más populares también poseen equipos de fútbol americano.
“Hemos visto cómo crecía la pasión allí”, afirma Peter O’Reilly, vicepresidente ejecutivo de negocios de clubes, grandes eventos e internacional de la NFL. La liga nombró recientemente un director general para Brasil y planea abrir una oficina en el país. Para los partidos internacionales, “Brasil era una próxima ubicación natural, dado el tamaño de la base de aficionados”.
Los organizadores están tratando el partido como uno de los mayores acontecimientos deportivos del año en Brasil.
La estrella brasileña del pop Anitta actuará en el espectáculo del medio tiempo. Las entradas para el Arena Corinthians, con capacidad para 49.000 espectadores, se agotaron en menos de dos horas y ahora se pueden adquirir en StubHub por entre R$1.100 y R$9.300 (entre US$195 y US$1.647 ).
Mientras tanto, las camisetas de la NFL han aparecido en aeropuertos y escaparates de tiendas. Los influencers brasileños de las redes sociales están inundando sus feeds de contenido, incluso explicando las reglas del juego. Y un mural gigante del quarterback de los Eagles, Jalen Hurts, y de los Packers, Jordan Love, está colocado en el lateral de un edificio del centro de São Paulo.
“Estoy en éxtasis”, dijo Ribeiro, que asistirá al partido del viernes. Se considera seguidor de los Pittsburgh Steelers porque el equipo tiene una historia de clase trabajadora como el Corinthians, su club de fútbol brasileño favorito. “Siempre he querido ver un partido, pero no estoy en condiciones de ir a EE.UU., y mucho menos de pagar un partido allí”.
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