Exjefe del Banco Central de Uruguay busca acelerar el crecimiento económico hasta 2030

El país podría crecer aún más si se concreta un proyecto de hidrógeno verde y si Argentina se recupera de su profunda crisis, según Diego Labat

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Bloomberg — Como presidente del Banco Central de Uruguay, Diego Labat logró controlar la inflación crónicamente alta. Ahora quiere tener la oportunidad de impulsar el flojo crecimiento del país sudamericano como jefe de Finanzas si los votantes le dan a la coalición gobernante otro mandato de cinco años en las elecciones de octubre.

El candidato presidencial del Partido Nacional, Álvaro Delgado, ya anunció que Labat sería su ministro de Economía y Finanzas. Delgado, exdiputado y secretario de la presidencia, prometió acelerar el crecimiento para convertir a Uruguay en el país más desarrollado de América Latina en 2030.

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La nación debería aspirar a crecer al menos entre un 3% y un 3,5% anual, con un potencial alcista si los inversionistas construyen un proyecto de hidrógeno verde multimillonario y si su socio comercial Argentina se recupera de su profunda crisis, dijo Labat en una entrevista. Un gobierno de Delgado también buscaría una meta de inflación del 3%, por debajo del 4,5% actual.

Aumentar la inversión privada a través de regulaciones predecibles, finanzas públicas saludables y abrir la economía a una mayor competencia es la mejor manera de lograr esos objetivos, dijo Labat a Bloomberg News en Montevideo.

“Uruguay tiene que crecer en forma sostenida a tasas más altas”, dijo Labat. “Vamos a tener un manejo fiscal responsable que asegure una trayectoria sostenible de la deuda”.

Los analistas prevén que la economía se expandirá un 3,3% en 2024, lo que pondrá fin a una década de crecimiento que promedió alrededor del 1% anual. Los candidatos de todo el espectro político dicen que reactivar el crecimiento es esencial si Uruguay quiere financiar su costoso sistema benefactor y abordar las desigualdades arraigadas. Si bien su tasa de pobreza del 10,1% es inferior a la de los países vecinos, casi una quinta parte de los niños y adolescentes viven en la pobreza. El sistema universitario produce profesionales talentosos, pero solo la mitad de los uruguayos se gradúan de la escuela secundaria.

Uruguay, un país de 3,4 millones de habitantes ubicado entre Argentina y Brasil, acudirá a las urnas el 27 de octubre, cuando once partidos, incluidos los de la coalición gobernante y el opositor Frente Amplio, presentarán candidatos. Si ningún candidato obtiene la mayoría absoluta, los dos con más votos se enfrentarán a una segunda vuelta en noviembre, en la que las encuestas muestran que Delgado y Yamandu Orsi del Frente Amplio son los contendientes más probables.

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Labat, de 54 años, se unió a la campaña de Delgado después de renunciar como presidente del banco central en julio. Durante su mandato de cuatro años y medio, la institución adoptó una tasa de interés de referencia y aplicó una política monetaria restrictiva que ha mantenido la inflación dentro del rango objetivo del 3% al 6% desde junio de 2023. Labat anteriormente formó parte del directorio del mayor conglomerado industrial de Uruguay, la petrolera y cementera estatal Ancap, y fue ejecutivo sénior de la filial local del Banco Santander de España.

En octubre también se someterán a votación dos plebiscitos, incluido uno de reforma de la seguridad social que fijaría una edad mínima de jubilación de 60 años en la Constitución y aboliría las compañías de fondos de pensiones que administran más de 940.000 millones de pesos (US$23.300 millones).

Labat advirtió que la aprobación del plebiscito de seguridad social probablemente obligaría al gobierno de Delgado a reorientar el gasto y renegar de su promesa de no aumentar los impuestos.

“Creo que ese es un escenario absolutamente disruptivo. Un escenario que va a poner a Uruguay en una situación muy compleja”, afirmó.

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