La búsqueda de Elon Musk en Latinoamérica: entre los negocios y la influencia geopolítica

Con un patrimonio de US$237 billones, el empresario sudafricano es el hombre más rico del planeta. Starlink, X y Tesla son sus apuestas en la región

Elon Musk
05 de septiembre, 2024 | 05:00 AM

Bloomberg Línea — En menos de dos meses, Elon Musk aceptó una pelea con Nicolás Maduro, respaldó a María Corina Machado, enfrentó al juez más poderoso de Brasil, elogió al presidente Javier Milei e hizo enojar a AMLO. Sus actuaciones pueden ser analizadas desde dos perspectivas: la de un astuto empresario que ve en los líderes políticos de derecha la posibilidad de explorar nuevos mercados en Latinoamérica y la de “un multimillonario egocéntrico que busca decirle al mundo hacia dónde debe ir”, según un experto consultado por Bloomberg Línea.

Musk siempre ha manifestado su opinión sobre temas de coyuntura: la invasión de Rusia a Ucrania, la organización de la Copa Mundial de Fútbol en Qatar, la crisis de fentanilo en los Estados Unidos, entre otros. Sin embargo, la atención que ha estado poniendo en Latinoamérica durante los últimos meses no puede pasar desapercibida y, por el contrario, invita a pensar a qué se debe.

Enrique Prieto Ríos, experto en Derecho Económico Internacional y profesor de la Universidad del Rosario, sustentó a este medio que quizá el objetivo de Elon Musk solo es aplicar la recomendación de los gurús de la publicidad: hacer que hablen de él, más allá de que hablen bien o mal.

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“Él, como multimillonario, ve que las alianzas estratégicas con los gobiernos puede generarle no solo una apertura a los mercados, sino resonancia de su nombre y de su marca. Como dicen los conocedores en mercados, es mejor que hablen mal de uno a que no hablen. Musk está desarrollando un conocimiento a nivel global gracias a todas estas intervenciones”, afirmó.

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Las buenas relaciones con el presidente Javier Milei, con quien se encontró el pasado 12 de abril, por ejemplo, propiciarían la exploración del mercado del litio en Argentina. Para nadie es un secreto que el país es uno de los mayores productores de este mineral en el mundo y que podría ser aprovechado por Musk en las baterías de los autos de Tesla, compañía que preside y que es la mayor fabricante de vehículos eléctricos en el planeta.

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Hasta el pasado 2023, Tesla solamente tenía seis tiendas en Latinoamérica, todas en México —dos en la capital, una en Jalisco, una en Nuevo León, una en Puebla y una en Yucatán—, pero el pasado febrero inauguró la primera sede en Chile, lo que acercó a la empresa al cono sur y al denominado triángulo del litio, del que también hacen parte Argentina y Bolivia.

Musk, además, tenía planes para México, con la construcción de una gigafactory de autos eléctricos en Monterrey (Nuevo León), no obstante, puso el proyecto en pausa ante la posibilidad de que Donald Trump llegue a la Presidencia de los Estados Unidos y cumpla su promesa de decretar aranceles del 100% para los vehículos importados de ese país, hecho que suscitó malestar en el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

Según el gobernador de Nuevo León, Samuel García, un confeso seguidor de Elon Musk, la megafábrica en Monterrey, sobre la que ahora hay dudas, representaba una inversión cercana a los US$5.000 millones en su primera fase, además de 4.500 empleos.

Gigafactory de Tesla en California. Elon Musk apostaba por México para la construcción de una fábrica de Tesla y, no obstante, hay dudas sobre si el proyecto sigue en pie.

¿Y Starlink?

El interés de figurar de Musk también podría estar relacionado con la consolidación de Starlink, un servicio de internet satelital que surgió como proyecto de otra de sus empresas, Space X.

Starlink, que arribó a Latinoamérica en 2023, hoy tiene presencia en Argentina, Chile, Colombia, México, El Salvador, República Dominicana, Perú, Paraguay y Brasil, este último, uno de sus mercados más grandes, con más de 215.000 clientes. Y su plan de expansión implica llegar a Uruguay, Bolivia y Guyana, entre el segundo semestre de 2024 y el primero de 2025.

“En este momento Musk no tiene un peso económico importante en Latinoamérica, pero puede volverse un aliado, claramente, con Starlink, con Twitter (ahora X), con Neuralink, no solo de Argentina, sino de cualquier país”, afirmó Enrique Prieto Ríos.

La segunda hipótesis: Musk busca ser un líder geopolítico

Aunque Elon Musk no tiene tanto peso económico en la región en este momento, sucede lo contrario con el peso político. Su discurso está calando en los seguidores de derecha, liberales y centroizquierda, según Prieto Ríos, lo que estaría llevando al magnate sudafricano a seguir opinando sobre Latinoamérica y compartir su visión de mundo a través de la plataforma X.

“Elon Musk tiene un interés personal, egocéntrico, de volverse un líder geopolítico. Un líder con capacidad tecnológica, financiera y empresarial con la que puede tener unas interacciones directas con líderes mundiales. Está decidido a influir en las políticas del mundo y que vaya hacia donde él cree que debe ir”, aseguró.

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El afán de influir en la esfera pública lo ha llevado a elogiar a Javier Milei y aplaudir a Nayib Bukele, además de manifestar su apoyo a María Corina Machado y a la oposición política venezolana, con quienes comparte ideología. Pero no solo eso, también lo condujo a ser más reaccionario en sus discurso, lejano del que años atrás lo llevó a apoyar a Barack Obama.

El cambio en la retórica del multimillonario también fue dejado en evidencia por el escritor Walter Isaacson, el célebre biógrafo de celebridades como Steve Jobs, en un apartado de su libro Elon Musk.

“A lo largo de 2022, pasó de los benignos elogios a la moderación, a las furiosas cavilaciones acerca de cómo los wokes y la censura impuesta por las élites mediáticas eran una amenaza existencial para la humanidad”, dice un apartado del texto.

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Un ejemplo de lo enunciado por Isaacson es la disputa que hoy tiene Musk con Alexandre de Moraes, magistrado del Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil, quien le ordenó cerrar seis cuentas de X asociadas a seguidores bolsonaristas por difundir noticias falsas e instigar al odio.

X estará cerrado en Brasil hasta que Elon Musk acate las órdenes de la justicia de ese país. Foto: Tuane Fernandes/Bloomberg

Musk se rehusó a seguir las órdenes de la justicia brasileña aludiendo que atentan contra la libertad de expresión, razón por la cual X permanece cerrado en el país y las cuentas de Starlink están bloqueadas.

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“Lo curioso en el caso de Brasil es que quienes se encuentran identificados con Elon Musk son seguidores de Bolsonaro. Si bien Musk apoya a dirigentes de derecha y los simpatizantes de derecha ven en él un aliado en Latinoamérica, para la extrema derecha en Latinoamérica la libertad de expresión que él defiende no es una opción. Hay un cortocircuito”, argumentó.

Pero, ¿qué garantiza el peso político de Musk? Su soporte en X, una red que en abril pasado registró 611 millones de usuarios en el mundo, de los cuales 196 millones lo siguen a él y alrededor de 20 millones se concentran en Brasil.

El top tres de países latinoamericanos con más usuarios en X lo completan México, con 18,02 millones, y Argentina, con 8,47 millones, es decir, donde Elon Musk ha contemplado hacer negocios.

“Como lo dicen los analistas, Elon Musk no compró Twitter para hacer dinero, sino para ganar poder político”, concluyó Pérez Ríos.