Jóvenes que ni estudian ni trabajan: ¿qué tanto se redujeron en LatAm frente al mundo?

En casi una década, la proporción de los ninis cayó apenas del 21,3% registrado en 2015 al 20,4% en 2024 globalmente. La OIT alerta en el informe por la disminución de la proporción mundial del ingreso laboral

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Bloomberg Línea — La tasa de jóvenes que no trabajan, no estudian ni reciben formación (ninis) se ubica en el 19,7% en América Latina en 2024, por debajo del promedio global del 20,4%, pero es la cuarta zona con mayor proporción de esta población, concluyó un nuevo reporte de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), divulgado este miércoles.

El reporte, titulado Perspectivas sociales y del empleo en el mundo, da cuenta de “un modesto descenso” en la caída de la proporción de jóvenes que no trabajan, no estudian ni reciben formación en el mundo.

En el caso de Latinoamérica, la proporción de jóvenes del grupo de los ninis cayó 1,6 puntos, desde la tasa del 21,3% del 2005.

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De acuerdo con cifras publicadas en agosto por la OIT, la tasa de desempleo juvenil en LatAm sigue cayendo y en 2023 se contrajo 4,5 puntos porcentuales hasta el 13,4%. Cerca de 6,8 millones de jóvenes han estado desempleados en América Latina y el Caribe en el último año.

En casi una década, la proporción de ninis cayó del 21,3% registrado en 2015 al 20,4% en 2024 globalmente. En el 2005, la tasa de ninis en el mundo era del 22,8%.

En el caso de las mujeres, la tasa fue del 28,2% en 2024, “más del doble de la que afrontan los hombres jóvenes”.

“Las diferencias de género en las tasas de ninis son mayores en los Estados Árabes (25,3 p.p.), seguidos de Asia y el Pacífico (19,1 p.p.), América Latina y el Caribe (17,6 p.p.) y África (12,5 p.p.). Las regiones de Europa y Asia Central y Norteamérica presentan las menores diferencias entre hombres y mujeres (3,5 p.p. y 0,2 p.p., respectivamente)”, según el informe.

Regiones con mayor cantidad de ninis

Entre tanto, las proyecciones apuntan a que el porcentaje de ninis se mantenga estable durante los próximos dos años.

Las regiones con mayor proporción de estos jóvenes son los Estados Árabes, con un 33,3%, seguidos por África (23,3%) y Asia y el Pacífico (20,4%).

Un escalón más abajo están América Latina y el Caribe, por encima de Europa y Asia Central (13%) y Norteamérica (11,3%).

“Las regiones con las tasas iniciales de ninis más bajas experimentaron descensos considerables. Por el contrario, la región de los Estados Árabes registró solo un modesto descenso, mientras que África no ha mostrado ningún progreso en la reducción de la incidencia de los ninis en las últimas dos décadas”, dice el documento.

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Caída mundial del ingreso laboral

La OIT también alertó en el informe por la disminución de la proporción mundial del ingreso laboral, que representa la parte de los ingresos totales obtenidos por los trabajadores, lo que podría aumentar la desigualdad.

De acuerdo a ese organismo, la proporción mundial del ingreso laboral cayó 0,6 puntos porcentuales de 2019 a 2022 “y desde entonces se ha mantenido estable, lo que agrava una larga tendencia a la baja. Si la proporción se hubiera mantenido al mismo nivel que en 2004, los ingresos laborales habrían aumentado en US$2,4 billones solo en 2024″.

Entre los principales factores que explican esta caída destaca la pandemia del Covid-19, en tanto que un 40% de la reducción de la proporción de ingresos laborales se produjo entre 2020 y 2022.

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Asimismo, la OIT identifica como factores influyentes los avances tecnológicos, incluida la automatización: “Si bien estas innovaciones han impulsado la productividad y la producción, los datos sugieren que también han contribuido a la reducción de la proporción de las rentas del trabajo”.

Por lo anterior, insta a desarrollar políticas integrales que garanticen un amplio reparto de los beneficios del progreso tecnológico para evitar que avances como la inteligencia artificial agraven la desigualdad.

Encarrilar el rumbo será determinante para el cumplimiento de los principales Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que avanzan “muy lentamente a medida que se acerca la fecha límite de 2030″, según la OIT.