Bloomberg Línea — El juez Alexandre de Moraes, del Supremo Tribunal Federal de Brasil (STF), ordenó la suspensión de X (antes Twitter) en todo el país, el viernes 30 de agosto de 2024. A partir del sábado 31 de agosto, la app de X empezó a cargar de manera inestable, lo que indica que los proveedores de Internet del país comenzaron a cumplir la orden ese día.
La determinación judicial fue a raíz de que el CEO de la empresa, el magnate Elon Musk, se negó a nombrar a un representante legal en Brasil y a dar incumplimiento de las órdenes de moderación de contenidos del juez Moraes.
En este contexto, el magistrado exhortó al empresario a acatar el fallo en un plazo de 24 horas. Musk contestó mediante memes generados con inteligencia artificial y tildó a Moraes de “dictador”.
El conflicto entre la red social y el Estado brasileño surge a partir de que los seguidores del expresidente Jair Bolsonaro intentaron tomar el palacio de Planalto, el 8 de enero de 2024. Aquello fue una reacción frente a noticias falsas que difundían la idea de un supuesto fraude por parte del actual mandatario Luiz Inácio Lula da Silva.
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Según explica el sitio web Agencia Lupa, especializado en fact checking, Musk fue investigado en Brasil desde la primera semana de abril. En el expediente No. 4957, está bajo la mirada de los jueces por obstrucción a la justicia, participación en una organización criminal e incitación al delito. En la causa conocida como “Milicias digitales”, que instruye como relator el juez De Moraes (del STF) y está relacionada con los atentados ocurridos en Brasilia el 8 de enero de 2022, se lo investiga como parte de grupos sospechosos de difundir noticias falsas en redes sociales para influir en procesos políticos.
Asimismo, Agencia Lupa detalla que, el 7 de abril, De Moraes incluyó a Musk en la investigación y ordenó a X abstenerse de “desobedecer cualquier orden judicial emitida” por el Poder Judicial brasileño, incluida la reactivación de perfiles cuyo bloqueo había sido ordenado por el STF. También determinó que, en caso de incumplimiento, se impondría a la empresa una multa diaria de R$100.000 (alrededor de US$17.700) por perfil, y que los representantes legales de X en Brasil serían acusados de desobedecer una orden judicial.
“Elon Musk demostró su total irrespeto a la soberanía brasileña y, en especial, al poder judicial, colocándose como verdadero ente supranacional e inmune a las leyes de cada país”, dijo Moraes al refrendar su decisión.
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Asimismo, Musk amenazó a Lula, presidente de Brasil, con solicitar a Estados Unidos que incaute el avión presidencial. Según el magnate, esto sería una respuesta a la decisión del Estado brasileño de haber incautado activos de su empresa espacial SpaceX y también de X. “A menos que el gobierno brasileño devuelva la propiedad ilegalmente incautada de 𝕏 y SpaceX, buscaremos la incautación recíproca de los activos del gobierno también. Espero que Lula disfrute de los vuelos comerciales”, posteó Musk.
Musk está furioso, no solo con el juez, sino también con Lula, a quien considera corresponsable de la determinación. De hecho, se ha referido al mandatario brasileño como “perro faldero”.
Brasil es un mercado estratégico para X y otras plataformas. En Brasil existen alrededor de 40 millones de cuentas que acceden, al menos, una vez al mes a la plataforma, según el grupo de investigación de mercado Emarketer. Esto convierte al gigante sudamericano en el sexto mercado más importante del mundo para X.