Bloomberg — Arif Husain dice que ya el año pasado estaba sonando la alarma sobre la subida de tasas de interés en Japón, un fenómeno que describió como la “falla de San Andrés de las finanzas”.
El jefe de renta fija de T. Rowe Price ahora advierte que solo hemos visto “el primer movimiento en esa falla, y habrá más” volatilidad de mercado por delante, después de que la subida de tasas del país en julio contribuyera a desencadenar un brusco desarme de posiciones de carry trade del yen.
Husain escribió en un reporte que si bien un Banco de Japón más hawkish (restrictivo) y la preocupación en torno a al crecimiento en EE.UU. desencadenaron una fuerte demanda por el yen el 5 de agosto, el mercado estaría ignorando una razón más profunda de la caída global de las acciones, divisas y bonos: las montañas de dinero japonés invertido en el extranjero y el riesgo de que vuelva a casa a medida suban las tasas en la cuarta economía más grande del mundo.
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“Usar el carry trade del yen como chivo expiatorio ignora una tendencia mayor y más profunda”, según Husain, cuya firma supervisa unos US$1,57 billones en activos. “El endurecimiento de la política monetaria del Banco de Japón y su impacto en el flujo de capital mundial no es nada sencillo, y tendrá una gran influencia en los próximos años”.
El repentino desarme del carry trade del yen —una operación que consiste en vender la divisa japonesa para invertir en activos de mayor rentabilidad— contribuyó a que el índice Nikkei 225 registrara su mayor baja desde 1987 y alimentó un repunte del índice VIX de volatilidad bursátil. Por un momento, economistas preveían que la Reserva Federal tendría que recortar las tasas de interés en medio punto porcentual o incluso actuar entre reuniones, el tipo de medida que suele reservarse para una crisis.
Si bien el yen se ha asentado en un rango de cotización cerca de los 140 frente al dólar, la volatilidad sigue alta. Los recortes de tasas previstos por la Fed y un mayor endurecimiento del Banco de Japón podrían sacudir de nuevo a los mercados más pronto que tarde.
Husain, quien cuenta con casi tres décadas de experiencia como inversionista, es partidario de sobreponderar la deuda pública japonesa por la probabilidad de que el capital vuelva a fluir hacia el país a medida que suban las tasas. También recomienda subponderar bonos del Tesoro de EE.UU., por posibles ventas de instituciones japonesas que traen el dinero de vuelta a casa.
Husain advirtió en junio del año pasado sobre el impacto de la subida de tasas en Japón. En ese momento el yen cotizaba en torno al nivel de 140 por dólar. La divisa se debilitó a un mínimo de 161,95 por dólar en julio, proporcionando a los inversionistas en carry trade una fuerte rentabilidad si lo hubieran utilizado como fuente de fondos y hubieran salido antes de agosto.
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La tasa del bono japonés a 10 años subió este martes 1,5 puntos básicos al 0,92%, el nivel más alto desde el 6 de agosto.
“En algún momento, rendimientos más elevados atraerán a las enormes empresas de seguros de vida y pensiones de vuelta a los bonos de gobierno japoneses desde otros bonos gubernamentales de alta calidad”, escribió Husain. “En efecto, esto reordenaría la demanda en el mercado global”.
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