Bloomberg — La misión que podría haber disminuido la dependencia gubernamental estadounidense de SpaceX, la compañía de Elon Musk, ha terminado con la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) recurriendo a ella en busca de ayuda, lo que destaca la influencia que ejerce el multimillonario y su empresa sobre las ambiciones de Estados Unidos en el espacio exterior.
Hace años que SpaceX es la única compañía estadounidense que ofrece viajes de ida y vuelta a la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) a través de sus cohetes.
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Además, la compañía de Musk es el mayor proveedor global de lanzamientos de satélites y su red Starlink, el máximo operador de servicios de internet desde la órbita baja de la Tierra.
Para contar con más posibilidades, la NASA deseaba usar Starliner, un nuevo cohete espacial de Boeing Co. (BA) para sus viajes a la ISS.
Los astronautas Sunita “Suni” Williams y Barry “Butch” Wilmore se convirtieron en los primeros en viajar en el Starliner a comienzos de junio, en lo que se esperaba fuera una visita de casi una semana.
Aún siguen allí.
Numerosos fallos técnicos con la cápsula espacial obligaron a la NASA a anunciar el 24 de agosto que los dos se verán obligados a regresar en un vuelo previamente programado para febrero a bordo de la nave Crew Dragon de SpaceX.
La medida supone un duro golpe para el negocio espacial de Boeing y una señal de lo dependiente que se ha vuelto la NASA de la empresa de Musk para las operaciones espaciales críticas.
“La NASA siempre quiso tener más de una opción”, pero eso no ha funcionado hasta ahora, dijo Carter Palmer, analista principal de sistemas espaciales de Forecast International, una empresa de investigación del mercado aeroespacial y de defensa con sede en Sandy Hook, Connecticut.
La agencia espacial estadounidense no ha renunciado al Starliner. El administrador de la NASA, Bill Nelson, dijo a los periodistas que está seguro de que Starliner volverá a despegar con tripulación.
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Disparidad de lanzamientos
Incluso antes de la crisis del Starliner, la posición dominante de SpaceX en el ecosistema espacial estadounidense ha llamado la atención, especialmente entre los críticos de Musk.
SpaceX ha lanzado más de 80 misiones de sus cohetes Falcon 9 y Falcon Heavy este año, incluidas varias para el gobierno estadounidense, frente a sólo cuatro de su rival United Launch Alliance y 10 de Rocket Lab USA Inc. La compañía espacial de Musk completó 96 lanzamientos para todo 2023.
El mercado de la puesta en órbita de grandes satélites geoestacionarios es un “monopolio temporal de facto”, según el analista de Bloomberg Intelligence John Davies. Escribió en una nota de investigación del 17 de julio que “sólo SpaceX realizó lanzamientos comerciales en 2023, aunque tres rivales tuvieron éxito en 2022″, entre ellos ULA y la europea Arianespace.
SpaceX también tiene una enorme ventaja sobre sus rivales en lo que se refiere a lanzamientos de satélites más pequeños a baja altitud. Su servicio de internet basado en el espacio Starlink cuenta con más de 6.000 satélites de comunicaciones ya operativos. Amazon.com Inc. (AMZN) tiene planes para construir una red rival, el Proyecto Kuiper, pero hasta ahora sólo ha lanzado dos satélites de prueba.
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El alcance global de Starlink se ha extendido al campo de batalla, incluido el acceso no autorizado de usuarios en zonas sujetas a sanciones estadounidenses.
Ucrania ha confiado en Starlink para proporcionar servicios de comunicaciones críticos durante su guerra contra Rusia, y Musk alarmó el año pasado a muchos de sus críticos tras decir que denegó una petición de Kiev de utilizar la red para un ataque contra objetivos rusos cerca de la costa de la Crimea ocupada.
A principios de este año, la inteligencia militar ucraniana afirmó que las fuerzas rusas estaban utilizando terminales Starlink en el frente, aunque SpaceX ha tomado desde entonces medidas para trabajar con funcionarios del gobierno estadounidense para limitar el uso ilícito por parte de Rusia.
“La influencia potencial ejercida por el señor Musk sobre la política exterior de EE.UU. y los recientes comentarios que parecen indicar una indiferencia hacia las preocupaciones de seguridad nacional de EE.UU. plantean interrogantes”, escribió la senadora por Massachusetts Elizabeth Warren en una carta al Departamento de Defensa de EE.UU. en mayo.
“Este problema se ve exacerbado no sólo por la riqueza personal del señor Musk, sino por el hecho de que SpaceX parece tener un poder de monopolio sobre el acceso a internet por satélite y la entrega de cargas útiles espaciales y los viajes de pasajeros, un preocupante problema de seguridad nacional”, escribió.
Contrat o con la Fuerza Espacial
SpaceX tiene una creciente cartera de acuerdos comerciales con el Pentágono. El pasado mes de septiembre, la empresa obtuvo su primer contrato de la Fuerza Espacial estadounidense para suministrar comunicaciones por satélite personalizadas para los militares.
El Departamento de Defensa ha rechazado las preocupaciones de que dependa demasiado de SpaceX, y un alto funcionario ha dicho que la empresa proporciona al gobierno servicios valiosos, pero también ha señalado que el gobierno espera que se desarrolle más competencia a finales de esta década.
Otra empresa estadounidense capaz de volar a la ISS es Northrop Grumman Corp (NOC), pero su carguero espacial Cygnus realiza misiones de carga sin tripulación, y su llegada más reciente a la estación espacial tuvo lugar el 6 de agosto.
Debido a que ha volado en tantas más misiones que cualquier rival, SpaceX está muy por delante en la creación de vehículos fiables y seguros, dijo Jonathan Clark, profesor clínico del Centro de Medicina Espacial del Baylor College of Medicine, cuya experiencia con la NASA incluyó servir como cirujano de la tripulación en seis misiones del transbordador espacial.
"La nave espacial más fiable que existe es la Crew Dragon", afirmó. "Se trata de adquirir experiencia y tener un sistema robusto y probado, y ahora mismo ese es Crew Dragon".
La creciente influencia de Musk en el espacio llega cuando ha desconcertado a muchos al meterse en asuntos políticos.
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El CEO de SpaceX y Tesla Inc. (TSLA) ha apoyado la candidatura a la reelección del ex presidente Donald Trump y llamó a la vicepresidenta Kamala Harris, que preside el Consejo Espacial Nacional y es la principal rival de Trump en la carrera presidencial estadounidense, “literalmente comunista” en un post del 7 de agosto en su plataforma de medios sociales X.
También avivó las críticas este año por ridiculizar las políticas de aliados de EE.UU. como Australia y el Reino Unido.
Algunos astronautas estadounidenses aún pueden viajar a la ISS a bordo de cohetes rusos, ya que la estación espacial es uno de los últimos lugares en los que Washington y Moscú cooperan tras la invasión de Ucrania por el presidente Vladimir Putin en 2022.
Donald Pettit, de la NASA, tiene previsto volar con dos cosmonautas en la nave rusa Soyuz MS-26 en septiembre. Pero la NASA no quiere depender de Rusia, a la que el gobierno estadounidense considera una amenaza estratégica en el espacio.
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