Bloomberg Línea — La disputa entre Elon Musk, el hombre más rico del mundo, y Alexandre de Moraes, uno de los jueces más poderosos de Brasil, está alcanzando niveles inimaginados. Lo que comenzó siendo un pulso con opiniones disímiles en torno a la libertad de expresión en las redes sociales, escaló tanto que ahora no solo hay incertidumbre en torno a la continuidad del servicio de X en el país, sino dudas respecto a otra compañía del magnate sudafricano: Starlink.
La discordia comenzó con una orden de Alexandre de Moraes de suspender seis cuentas de X asociadas a usuarios con filiaciones bolsonaristas, entre ellos, una adolescente y un diputado. La determinación hace parte de una batalla que ha emprendido el juez —que además de ser magistrado del Supremo Tribunal Federal (STF), es presidente del Tribunal Superior Electoral de Brasil— para contener la incitación al odio y la desinformación en esta red social.
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Su labor obtuvo mayor legitimidad desde el 8 de enero de 2023, cuando seguidores de Jair Bolsonaro irrumpieron en el Congreso de Brasil, con fines categorizados como golpistas, pero también a la cadena de noticias falsas difundidas poniendo en tela de juicio el triunfo de Lula da Silva en las elecciones presidenciales celebradas en 2022.
Lo cierto es que lo que de Moraes considera una lucha contra la desinformación, Elon Musk lo ve como una violación a la libertad de expresión. De ahí su negativa a suspender las seis cuentas en X.
Musk aseguró que, como no acató la orden de la justicia brasileña, De Moraes amenazó a la representante legal de X en Brasil con una orden de arresto. Debido a ello, el empresario anunció el cierre de las operaciones de esta plataforma en el país, dejando claro que la red social continuaría funcionando con normalidad.
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En ese contexto, Alexandre de Moraes puso un ultimátum a Elon Musk: si no designaba un representante legal de la compañía, dado que la red social continuaba operando, suspendería X en Brasil en menos de 24 horas, lapso que ya se cumplió.
Aunque Musk asegura que el juez ha “violado repetidamente las leyes que ha jurado defender”, para el presidente de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva, la cuestión es sencilla: quien invierte en el país, debe someterse a las leyes.
“Todo ciudadano que invierte en Brasil está sujeto a la legislación y a la Constitución brasileñas. Solo porque tenga dinero no significa que pueda hacer lo que quiera. Debe aceptar las reglas del país y respetar la decisión de la Corte Suprema. Este no es un país con complejo de perro callejero”, afirmó el mandatario este 30 de agosto, en conversación con una emisora local.
Con Starlink, ¿qué pasó?
La tensión con la justicia brasileña se acrecentó a tal punto que trascendió a Starlink, una compañía de servicio de internet satelital que también pertenece a Elon Musk y hoy cuenta con 215.000 clientes en Brasil. Según la empresa, sus cuentas fueron congeladas.
“A principios de esta semana, recibimos una orden del juez de la Corte Suprema de Brasil, Alexandre de Moraes que congela las finanzas de Starlink y le impide realizar transacciones financieras en ese país”, informó la empresa, agregando que “ofrecerá el servicio gratis”.
El objetivo de congelar las finanzas de Starlink sería presionar a Musk para que designe un representante legal para X en Brasil y, también, que pague unas multa superior al millón de reales diario por no acatar las órdenes de la justicia.